¡Ruido!

Sonrió como una respuesta bueno podía ser que lo fuera o tuviera algo de eso, pero era como un bono extra a su personalidad, vio su mano detenida, eso hacía que no pudiera seguir su travesura lo miro con cierto puchero antes de sentir sus labios tan cerca, el aliento era robado de él provocando que su pulmones buscara consumir el poco que le quedaba.

La sensación que rompía en una lava ardiente era la que ahora provocaba en él por la falta de ese preciado elemento en su cuerpo, lo miró ahogándose en aquella sensación profunda, entre soñolencia pero un profundo arde, aun así su mano libre busco mover pasando a tomar el cuello del ajeno, una sonrisa se dibujo en su labio a rozar su garrita contra el punto centro del cuello donde bien podía enterrarse y ya hacía un poco de presión.

El principito sabía lo que quería y cómo, al parecer. Pero él mismo también.

Le aceleró el corazón, apenas un poco, adrenalina, la que era casi su droga, la posibilidad de morir lentamente nunca la había descartado del todo, ni le temía. Pero eso de morir sin estar haciendo la gran cosa rayaba en lo patético y él era más del tipo... ¿exhibicionista? Extravagante, quizás era la palabra más adecuada.

La sonrisa no se perdió de sus labios y se permitió lamer los ajenos antes de separarse apenas un poco para soplar algo de aire, liberándolo de su control para dejar al albino (que se mostraba ya bastante rojo) respirar.

"¿Quieres robar un auto conmigo?"

Su garrita se clavo en aquel cuello sólo haciendo un leve rasguño antes de sentir que el aliento volvía a él, tosió por sentir de nuevo expandir sus pulmones, pero poco a poco se relajo lo miro, casi rió por aquel comentario, pero en realidad se vio darle un beso a aquel humano, lamiendo sus labios mordiéndolo antes de lamer su cuello allí donde hizo ese leve corte.

"Mm... Me parece interesante... Así que vamos..."

No se quejó por el pequeño corte, más bien le ofreció el cuello para que hiciera a su gusto, porque intuía que, al menos en ese preciso momento, no era objetivo del príncipe, era obvio que alguien como él, de desear aquello, encontraría una forma más divertida de hacerlo que sólo cortarle la traquea.

"Vistete y vamonos, yo traeré a mis niñas"

Lo dejo ir mientras pasaba a buscar sus prendas, se fue acomodando cada una de ellas de forma correcta aunque la sensación en su cuerpo quedaba aun impregnada en lo que habían hecho, pero no le tomo mucho interés por eso momento, se cepillo sus cabellos un poco con sus dedos porque tampoco le gustaba anda poco presentado.

“Listo... Me dejo guiar...”

Lo había dejado en la sala para entrar a su cuarto por sus dos precias niñas, sus pistolas que guardó en el interior de su chaqueta. Salió y verificó dejar el equipo de sonido, televisión y videojuego apagados y, todo en orden, se arregló también un poco la ropa... o más bien, sólo reviso que nada se "saliera" de su sitio y se pasó una mano por el cabello.

"Entonces a mover ese lindo trasero para la calle, sé exactamente cual carro quiero"

Un hermoso carro rojo a un par de cuadras de donde estaban al que ya le había echado el ojo y sobre el que sin duda iba con toda la intención de hacer suyo, aunque fuera por una noche, como amante caprichosa.

Lo escuchó parecía demasiado decidido en su presa y eso le daba curiosidad sin lugar a duda, empezó a andar para salir de ese departamento dejando aquel suave andar que se mostraba en un leve compás de sus cabellos deslizándose tan lentamente en su parte trasera.

“¿Qué modelo es el que tiene en la mira?”

"Ya verás... es un hermoso deportivo rojo, no me importa si tiene sistema de seguridad, no me lo pienso quedar..."

Sonrió, realmente tenía deseos de sólo echarlo a andar un rato, llenarlo de cosas y después, darle una linda despedida hasta el fondo del mar.

"Aunque, para disfrutarlo a gusto, creo que tendré que tomar precauciones"

Revisó su reloj y se apresuró la última cuadra, porque ya casi era la hora e hizo seña al demonio de que se detuvieran en una esquina para poder espiar un poco, esperar a que el dueño del auto saliera de su casa, sabía que vivía solo, lo había estado vigilando, por eso también sabía que a veces llevaba compañía.

Sonrió a escucharlo, bueno estaba bien al parecer tenia un buen gusto, seguía sus pasos con tranquilidad, mirando la dirección bien antes de notar el movimiento de adelante cuando le dijo que se detuviera, miraba con curiosidad peor sin ser obvió de hecho sólo lo notaba de reojo mientras parecía estar atento a otra cosa, aunque la propia calle podía ocultarlo un poco conforme se notaba.

Miró al terrano para ver cual sería su plan, aunque bien podía librarlo de forma interesante, pero por esos momentos se dejaría enseñar por marcarlo de una forma, sólo jugando con su cabellos un poco a pasar sus dedos entre ellos.

"Hazme un favor, princesa" lo llamó sin mirarlo, manteniendo la vista fija en el personaje que esperaba y le parecía ya estar por salir. "Cuando salga, mueve un poco la tierra de bajo del porche de su casa."

Señaló con una pistola el lugar, y sonrió cuando justo en ese momento la persona en cuestión salió con maletín en mano, pero parecía que de hecho si había alguien tras de él.

"Ahora, nena"

Lo vio cuando lo oyó sin prestarle demasiado atención pues sólo tomaba las palabras necesaria de la fresa, miró hacía el punto a mover y espero el momento justo antes de hacerlo, su mirada carmín había marcado bien la zona para hacer el leve movimiento que fuera perceptible pero no demasiado a evitar las olas que a veces se podía causar era más bien como si se pasara un algo pesado.

Suficiente movimiento para él.

Por su parte, sólo hizo que el viento se encargara de cerrar fuertemente la puerta detrás del tipo que salía, entre él y su acompañante, mientras el otro se desestabilizaba como para caer al suelo. Lo demás era cosa de acercarse, el sigilo no era del todo lo suyo porque tampoco pensaba que lo necesitara mucho.

Sacó ambas pistolas y sin miramientos disparó al acompañante al otro lado del cristal con una de las pistolas mientras apuntaba con la otra al tipo en el suelo.

"Llaves, si quieres tener tiempo de llamar una ambulancia para tu amiguita"

Lo vio avanzar, sonrió a notar lo que hacía muy llamativo en realidad pero era entretenido de aquella forma, aunque en realidad podía ser de muchas otras pero que más daba si terminaban con el mismo objetivo, su mirada carmín siguió el movimiento tembloroso de aquel personaje sobre el suelo que termino por pasar la llave al parecer si sabía pensarlo bien.

Sonrió y tomó las llaves, aunque apena las tuvo en sus manos hizo que un montículo de tierra se levantara y atrapara al terrano por la parte media del cuerpo.

"Mmm... no, cambié de opinión, puedes intentarlo cuando quites esto de aquí, ahora..." Mostró las llaves "La nena de rojo y yo tenemos un paseo que dar"

Se dio la media vuelta sin sentir preocupación alguna, abriendo el auto para él en el lado del piloto y haciendo una seña a la princesita de hell para que se montara también.

"Vamos, reinita, tenemos una agenda que cumplir"

"Ya veo que eres muy generoso."

Menciono a subirse al auto, eso le aprecio divertido en realidad, bueno no era de extrañar que su forma de diversión podía ser muy diferente a los de los demás, el destruir ciudades y causar tortura seguro que no era de lo más común, volvió la vista hacía el terrano y acarició su rostro, continuo el camino de su mano hacía su cuello y luego por el centro de su torso.

"Tal vez deba darte una recompensa por eso..."

Atrapó la mano de Kitsune donde estaba antes de sentarse y llevarselo con él para ponérselo sobre las piernas, en una posición que, normalmente sería bastante sexy de no ser porque en el carro era relativamente incómoda.

"Tú disfruta del paseo... y dame un par de incentivos para traerte de nuevo" sonrió mientras cerraba la puerta y arrancaba, sacando el carro a la calle sin problema alguno, empezando a acelerar mientras iba encontrando calles más despejadas.

Sólo llevaba una mano en el volante y la otra sosteniendo un poco a Kitsu. Era complicado manejar con ese pequeño gran obstáculo albino sobre sus piernas. Pero valía la pena.

Ahora se encontraba sobre el moreno sonrió a tenerlo así de cerca, aunque estaba el detalle de el espacio reducido que se encontraba, un pequeño detalle en realidad que podía hacerlo divertido en cierto punto, aunque primero superar un poco la incomodidad, una de su manos pasos por sobre el hombro ajeno sosteniendo así el soporte del asiento para sostenerse sin tanto movimiento.

"Mm entonces deberé de pensar muy bien que hacer..."

Coló su mano libre bajo aquella prenda que cubría el torso y acaricio con descaro el pecho de este siendo bueno a no interrumpir demasiado su conducir, pero aun así buscando mejores sensaciones, le permitía ver el camino mientras su rostro quedaba contra el cuello del conductor lamiendo pues le pareció más entretenido que el hecho de sólo mirar la nada, dejo algunas mordidas.

Su mano sobre el volante lo apretó con más fuerza mientras la otra empezaba a acariciar la espalda baja del demonio que ya empezaba a provocarlo con sus finos dedos y su lasciva lengua.

Soltó el aire para disimular un jadeo y aumentó un tanto más la velocidad apretando el acelerador, buscando el borde del pantalón ajeno para que su mano se colara en él, sintiendo la piel suave que después su mano apretaría y que realmente quería marcar como suya. Se pasó la lengua por el filo de los diente sintiendo los de la princesita en su cuello, aprovechando para rasguñar esa piel deliciosamente blanca que rogaba por ser pintada de rojo.

"Papi educó bien a su niño..."

"Si... Demasiado bien..."

Sonrió sobre aquella piel antes de dejar una mordida en el hombro, vio la marca que le dejo a separarse un poco de aquella piel y lamió la zona afectada, pero como remarcando esa marca chupo con fervor dejando que se notara un tono carmesí que empezaba a ir cambiando y hasta había saboreado unas gotitas de sangre que al parecer provocaron sus dientes a rasgar un poco la piel.

“...Tu sangre es demasiado atractiva...”

Se lo debió de haber esperado... pero no. Cuando sintió la mordida, reaccionó moviendo el volante algo violentamente, pero al menos sus reflejos le permitieron retomar control después de un susto casi de muerte y de algún imbécil que ahora le gritaba groserías por la ventana y que no tardó en dejar atrás.

El corazón se le había acelerado a mil haciendo de la experiencia algo... mucho más intensa de lo que se suponía fuera una simple mordida.

"Woow... contrólate o nos matarás"

Pero no había enojo en su voz, sino una gran sonrisa en sus labios cuando le dio una sonora nalgada para castigarlo, aun sientiendo como trabajaba en su cuello.

"Todo yo soy demasiado atractivo"

El movimiento brusco del auto no paso desapercibido para él pues era gran causante de adrenalina más que del miedo mismo que parecía no existir en su persona, bueno en realidad todo ello era divertido, sintió su castigo que fue esa nalgada que provoco que se moviera su cadera empujándose contra el ajeno en un roce de su pelvis.

"Jaja, ya lo veo..."

Mordió su garganta.

"Eso me parece bien porque iré entreteniéndome en cada parte que me guste."

Hizo una mueca al sentir cosquillas donde había dejado la nueva mordida y bajó sólo un poco el rostro para frotar su nariz con el cabello blanco de Kitsune y el aroma a demonio que tenía... sexy.

"Estarás muy entretenido entonces"

Sus dedos jugaron hasta el borde del pantalón para meterlo mano, sintiendo lo cerca que estaban sus pelvis la una de la otra, empezando poco a poco a excitarse, por el auto y por el cuerpo sobre él. Acarició el canalillo entre las nalgas ajenas, usando su dedo indice y medio para separarlas y acariciar con el dedo medio el ano, donde aún podía sentir vestigios de lo hecho recientemente...

"Procura que no se nos acabe el camino antes de acabar tú"

“hn... Descuida, tendremos un camino largo.”

Declaro con una sonrisa casi como si supiera que de pronto el camino sería el doble o el timple de lo que normalmente era, pero claro que sólo jugaba, pero si era necesario no duraría en hacer el mismo truco que ocupaba en los pasillos de palacio en hell. Decidió pensar menos en todo eso y continuo su juego donde saboreaba aquella piel que tenía un sabor exquisito.

“...No pienso perderme nada...”

Su labios bajaron por el torso decidiendo juzgar con unos de los pezones, estremeciéndose a sentir aquel dedo, era lo malo de siempre desear más tras sentir eso.

Cerró los ojos sólo un segundo, soltando un leve jadeo y, sin querer, pisó solo un poco más el acelerador. Se iban a matar, pero de entre todas las formas que se le ocurrían, ¿cuál podía ser más exquisita que por estar haciéndolo con un príncipe en un auto robado que iba a toda velocidad? Definitivamente, no imaginaba muchas mejores.

Rozo la entrada del demonio moviendo insistentemente su dedo sobre ella, separándolo para sentir hilitos de semen crearse entre su dedo y el trasero ajeno.

"Terminaras... con el trasero sobre el volante a este paso, entonces tendré que cambiar mis manos de lugar para conducir"

Oh, ¿y quién se quejaría de tener un volante así?

A la par que entraron en uno de los túneles, hizo a su dedo entrar en el príncipe, de forma casi poética, pero era cosa sólo de la oscuridad que lo provocaba a hacer más, empezando a mover su dedo dentro de él al instante.

"Eso no parecería tan malo..."

Suspiro a sentir aquellos dedos, ya la velocidad no importaba ni el hecho de ver más que líneas del camino, estaba entretenido con la sensación que ese dedo provocaba en su cuerpo y con lamer aquel torso, disfrutando del sabor salado del cuerpo cuando no era tan caprichoso como para rasgar la piel y hacer que la sangre brotara provocando que el sabor y el olor de ello lo excitara como si fuera afrodisíaco.

“Ahm... Ya veo... Que deseas más que yo...”

A ese paso la idea de desearlo cabalga sin importa lo incomodo que podía estar era tan tentador, su mano empezó a masturbar aquella hombría que parecía con tanta vida, dejando que siguiera el movimiento colándose entre sus cuerpos. Esa misma sensación hacía que se rozara parte de su brazo contra su hombría provocándole mucho más esa lujuria naciente..