¡Ruido!

Un suspiro escapo de entre sus labios al juego de aquella mano, escondió su rostro tras sus cabellos que bajaron lentamente en una cortina apenas cubriendo sus mejillas que se veía en un leve carmín por el calor que empezaba a sentirse en su cuerpo, su mirada se alzo hacía el ajeno.

"...No diré nada..."

Susurro en esa inocencia que apenas aparecía en su ser, en ese pequeño juego lujurioso de seguir con su acto perfecto pues le entretenía engañar de esa forma sólo para propia satisfacción, se acerco a los labios ajenos dejando un beso infantil sólo tentando esos labios.

Se sonrió al sentir el beso sobre sus labios, correspondiéndolo, aunque de una forma mucho menos inocente, mordiendo levemente los labios ajenos, acariciando sus dientes con la lengua antes de dejar apenas un beso sobre los labios, alejándose un poco.

"Qué buen niño..." susurró soltando su entrepierna, hincándose frente a él, aun entre sus piernas, acariciando el borde de la prenda inferior del demonio, "porque voy a enseñarte... como se dicen los mayores lo mucho que se quieren"

Se sentía perverso en ese juego. El principito era mucho, pero muchos años mayor que él y, sin embargo, jugar a que estaba pervirtiéndole por primera vez, le excitaba. Demasiado.

Bajó levemente la prenda, sólo para descubrir la parte más privada , dejándola a medio camino antes de llegar a las rodillas, observando con obscena obsesión era área privada.

"Mira que tenemos aquí..."

"¿De verdad?"

Cuestiono en ese tonito ingenuo que dejaba en claro que desconocía lo que pasaría aunque su mente supiera a igual que su cuerpo lo bien que podía dejar ese sentimiento, esa lujuria que sólo podía se provocada por el deseo de los cuerpo a querer satisfacerse.

Se movió un poco cuando se le permitió bajar sus prendas, eso permitió que viera como reaccionaba su cuerpo y dejaba esa leve desnude en él, sus manos bajaron a cubrir como si se ahogara en la pena por sentirse observado.

"¿Qué pasa, lindura?" preguntó viendo su reacción, casi encendiéndose al instante por ella y, aunque maldijo por lo bajo, no podía ocultar que simplemente le había encantado, y aún más a su cuerpo.

Llevó sus manos a las del demonio para acariciarlas antes de tomarlas entre las suyas para tratar de quitarlas de allí.

"No sientas pena de mostrarme... sólo voy a ver un poco"

"...Pero..."

su voz sonaba tan dulce que era difícil de creer que esa persona era el príncipe de Hell, un pequeño demonio que estaba completamente corrompido y que hacía lo que su voluntad deseaba sin ninguna reserva, el que conocía perfectamente el pecado de la lujuria.

"....Yo... ¿Sólo poquito?"

Sus manos había terminado por ser guiadas igual, pero medió cerraba las piernas que apenas se permitía por la posición y el escaso movimiento que ahora podía hacer.

"No seas tímido... ¿no querías que te enseñara el amor entre adultos?"

Bajó una de sus manos al miembro del príncipe, acariciando suavemente la piel del prepucio y la punta con movimientos circulares a su alrededor, apretando ligeramente después, pellizcando suavemente la cabeza del pene.

"¿No te gusta como se siente?"

"...yo..."

Su mirada podía caer en una curiosidad tan infantil en esos momentos con la mancha del placer sobre ellos, lo cual provocaba que fuera un brillo profundo lo que marcaba el carmín de su mirada, un suspiro escapo de entre sus labios a sentir el movimiento de aquella mano haciendo que el suave gemido naciera ocultando su rostro entre sus manos dejando libre esa parte suya a la vista.

"...se siente...raro..."

"Oh... pero se siente bien también, ¿no?"

Se recargó un poco en el sillón con una mano, acariciando más su longitud antes de bajar las caricias hasta los testículos, apretándolos muy ligeramente en sus manos.

"¿Qué tal aquí?"

Bajó aún más su mano, forzando un poco su entrada entre ambas piernas para acariciar con el dedo medio un poco el ano del demonio, circundándolo.

"¿Y aquí?"

Asintió con sus mejillas sonrojadas por el acaloramiento que sentía su cuerpo, ese calor que iba subiendo lentamente por todo su ser en pequeños cosquilleo, no se pudo evitar dejar escapar un gemido cuando el paso de aquella mano fue hacía su otro lugar privado, se atrapo aquella traviesa cuando cerro las piernas un poco.

"...No... Allí no..."

Dijo apenado antes de sentir un estremecimiento de deseo por más, pero el juego parecía ir tan bien, se apoyo contra el pecho del "mayor" ocultando su rostro tras su cabellos que se agitaron al movimiento.

"¿Allí no?" Preguntó con una sonrisa en los labios, sin dejar su intento de acariciarlo, quizás notándose más forzado, menos dulce, podría decirse. "Pero si pareces estremecerte cuando te toco"

Sacó su mano de entre sus piernas con algo de dificultad para pasarla a acariciar la parte desnuda de los muslos del demonio antes de tomarlos con un poco más de fuerza, moviéndose para alzar sus piernas, sosteniéndolas ahora por la parte de atrás de las rodillas mientras contemplaba su parte más intima con total descaro.

"Así se ve mejor"

Eso estaba mal, estaba cayendo en las manos de la lujuria tanto que seguir con aquel papel un poco más sería difícil porque su naturaleza parecida al fuego deseaba liberarse, dejando ese desenfreno de puro placer, era un estremecimiento que buscaba encontrar donde hacer arde en solo un segundo, se mordió el labio sólo ahogando su voz por esos instante que el otro lo miraba de esa forma, sus mejillas estaba en ese carmín que revelaba como fundía el calor en él.

Sonrió al ver ese rostro de que casi cualquiera confundiría con vergüenza en su máxima expresión, al ser examinado de esa manera por una mirada ajena, por ser visto con esa lujuria que no se ocultaba.

Tanteó con una mano el sillón hasta alcanzar el control del videojuego, apretando algunos botones hasta el menú de opciones, en la que activaba y desactivaba la función de vibración en el control, que para el juego funcionaba cuando su personaje recibía golpes pero que, en ese juego, podía encontrarle otra utilidad. Eligió que se quedara al vibración y, como muestra, el juego hizo vibrar el control dejando escuchar ese sonidito típico.

"¿Quieres jugar?"

Bajó el control hasta la entrada del menor, dejando que sintiera la vibración contra ella.

"A los niños les gustan los videojuegos, ¿no es verdad?"

No pudo evitar seguir el acto que pasaba a hacer aquel humano viendo lo que sujetaba antes de escuchar aquella vibración viendo ese control, lo que si fue sorpresa fue el roce sobre su entrada porque estaba provocando que fuera escandaloso aun cuando se mordiera el labio para que esto no pasara.

"...No...Etto... Si...Ahm"

Sus ojos empezaban a mostrarse con algunas lagrimitas que era causar de placer del deseo de seguir el juego y de desear más al mismo tiempo.

Verlo así lo provocaba en formas inimaginables, sentía su propia erección palpitando necesitada, pero renunciar al juego era... No, simplemente no podía perderse de esa diversión, sólo retrasaría un poco más su liberación, pero eso haría que la disfrutara mucho más y, es que usualmente no era de los que fuera pacientes, pero eso, ¡eso! lo valía.

"Apuesto que te encantan estos controles... quizás quieras incluso otro..."

Llevó el joystick al pecho del príncipe, dejándolo sobre uno de sus pezones dejándolo hacer su trabajo.

"Cuídalo allí, tengo otros más interesantes..."

Todos a la mano, después de todo era el sillón que usaba para jugar. Sólo tuvo que moverse un poco al pequeño estante a su lado para sacar otro objeto que era más bien un aditamento en forma de pistola, uno de sus favoritos.

"Yo sé donde quieres este..."

Donde había estado el anterior, por supuesto.

Sentir las vibraciones era como alborotar el cosquilleo que ya existía provocando que deseara de nuevo más, era una sensación rara lo que podía hacer poca vibraciones, el movimiento leve que podía forma en la punta de su pezón cuando se estaba cerca de el.

"...¿Donde...?"

Si voz sonó más como un jadeo de placer más que como la propia palabra estremeciéndose de cierta forma a darse una idea de manera fugaz, movió su mano pasando a buscar de sostenerse de algo porque se sentía caer aunque no fuera precisamente así, era más bien esa sensación de nublo que enloquecía sus ideas.

"¿Por qué no sostienes tus piernas en el aire y te lo muestro mejor?"

Encendió el control haciendo igual que el otro, apuntando con él a la entrada del demonio acariciándola con el "cañón" antes de acercarla a su longitud.

"Es una lástima que seas un chico... si fueras chica hubiera usado tus dos entradas, una para el joystick... y otra para el cartucho de juego, supongo que tendré que tener prioridades..."

"...P-Pervertido...."

Sonó su voz titubeante entre avergonzada fue un tono que no se podía ignorar fácil, su mano bajaron hasta sus piernas sosteniéndola para así exhibirse el mismo delante del otro, escuchando aquel comentario, lo miró pasando a casi repetir con su mirada aquella palabra que había dicho a media voz segundo atrás.

"..."

Mordió su labio cuando provoco que nuevamente un gemido deseara escapar de entre ellos por aquellos toque, el juego estaba ahora mucho más interesante y realmente no estaba muy molesto por aquellos accesorios que haría de compañía.

"Pero no soy el único, ¿no es verdad?"

Separo con sus dedos las nalgas del albino, viendo su entrada en todo su esplendor, lamiéndose los labios con lujuria.

"¿Qué debería hacer con esto? ¿Debería penetrarlo con los dedos, o con la lengua? O quizás con un gran miembro, o un joystick"

Mientras hablaba su pulgar derecho acariciaba el ano, mientras el izquierdo se entretenía estimulando los testículos.

"Debería violarte enfrente de tu padre, en frente de tu reino, pequeño príncipe promiscuo" Metió entonces su pulgar en el príncipe, empezando a moverlo a dentro y afuera. "Debería grabarte jadeando de placer y dejar que te escuchen en el templo de Heaven"

Sacó su dedo y llevó su mano hasta su propio miembro para sacarlo de su prisión tras sus telas.

"Pero aquí..." acercó la punta de su excitación a esa apenas dilatada entrada antes de arremeter contra ella en una estocada que le hizo gruñir por un segundo antes de sonreír "aquí sólo te haré estremecerte y chillar hasta que te quedes sin plumas"

Era cierto, él también era un maldito lujurioso, le encantaba ese sentimiento de perdicción era lo más exquisito que se podía disfrutar y llenaba de una sensación de calma todo su cuerpo tras aquella explosión de emociones simplemente era demasiado placentero como para no serlo.

"..."

Podía aceptar muchas de esa opciones tal vez un juego que no sólo cayera en el sentir de algo, pero lo que más deseaba en ese segundo era se penetrado por él y sentir el palpitar caliente de aquella hombría en la unión de sus dos cuerpo.

"Ahn...no..."

Se escuchó justo cuando dijo de enfrente de su reino aunque la maldita lujuria no le dejaba pensar bien, seguro sería muy excitante, pero la negación era más hacía el leve movimiento en su interior que desprendía su hambre aun más deseando sentir algo más grande. Grito cuando sintió aquella única estocada que le clavo aquel firme miembro, su cuerpo estremeció contrayéndose su interior ante la reacción natural por esa violenta penetración.

"¿Qué piensa el Edreid de que su hijo grite como puta?"

Se burlo, aunque a él mismo se le había escapado un gruñido de placer por la resistencia del cuerpo ajeno y la forma en la que ahora parecía, a la vez apresarlo, por verse contraído, y tratar de expulsarlo como el intruso que era. Pero eso poco podía importarle, sus manos se aferraban con esa misma fuerza a las piernas de albino, como para marcarlo.

"¿Será cierto lo que dicen en los barrios bajos de Hell? Que a papi le gusta jugar a la casita con el pequeño príncipe"

Apenas dio tiempo de que se relajara un poco ese interior cuando empezó a moverse, quizás no rápido, pero si bruscamente, disfrutando las sensaciones de ese cuerpo que se resistía y lo magnífico de lo estrecho que estaba.

"¡Ah!... Estaría complacido..."

Se relamió lentamente sus labios tras su respuesta y escuchando aquella otra pregunta sólo sonrió sin responder nada a eso, pero no dejó sólo así al ajeno paso a jalar sus cabellos para que se acercara más aun y cuando sus labios pudieron rozarse los mordió antes de atrapar su aliento en un beso demandante que rompía aquellos labios en leves cortada cuando deseaba un poco de sangre. Sus gemidos morían en aquel beso mientras su interior sufría un poco por el recibir esa palpitante hombría pero a la vez satisfecho, moviendo sus caderas un poco.

No tuvo tiempo de otro comentario astuto o vulgar cuando el albino jaló de sus cabellos y decidió hacer y deshacer con sus labios lo que le placía.

Hijo de...

Maldijo en su cabeza cuando los dientes de Kitsune rompieron sus labios, sólo para beber su sangre en ese demandante beso que se arregló para seguir, quizás cobrándolo de una forma igual de demandante, cerrando sus dientes al rededor de la lengua ajena, mordiéndola sin llegar a romperla, succionando a su alrededor.

Sus manos jalaban los muslos ajenos, mientras lo sentía moverse a la par, buscando más de ese acto que se sentía más bien salvaje, como un par de fieras en celo en busca de reclamar el dominio por medio de mordidas, sangre y sodomizarse... Pero, bufando entre ese beso que fácilmente dejaría a cualquiera con el aliento trabajado, al final, sólo quedaba recordarse que todos eran animales, al final de cuentas.

Quizás los angelitos tenían razón en temer a demonios y terranos, escondiéndose en Heaven para no ser mirados con lujuria, o violados con ese mismo salvajismo... pero sólo los provocaban, como lo había hecho el príncipe con él, con esa pretendida inocencia, como seguro lo había hecho de niño también estando frente a su padre. Al final, en el sexo, todos terminaban gimiendo en alto, como pequeñas rameras que eran.

Spoiler:

El dolor surco por unos segundo en la mordida que dejo en su lengua, pero sonrió de cierta forma pasando a solo saborear su propia sangre, eso estaba sólo avivando su lujuria, era la perfecta invitación para seguir con ese danzar tan desenfrenado donde el propio latir de su corazón era como la música que entonaba para continuar con aquel baile.

Se separo de esos labios cuando sentía que su aliento casi se había ido por completo dejando un jadeo que apenas ayudo un poco a su ser en el desenfreno que había provocado, se relamió los labios calmándose un poco.

“Hmh, Sabe...bien...”

Spoiler:

Dejó los otros labios con el sonido de un jadeo en los propios, lamiendo la sangre que había quedado en sus labios, sonriendo, porque, sí, sabía bien.

Salió de él por completo, sólo para comodarse, quitando por completo el pantalón del príncipe para tirarlo en algún lado de la sala, y acomodarse sobre una de sus piernas, alzando la otra para penetrarlo "de lado", acariciando con una mano su pierna y con la otra la entre pierna con la maestría de un chelista tocando su instrumento... que... bueno, era casi lo mismo a ojos del terrano.

Imaginarse a ese caprichoso príncipe siendo realmente virgen y siendo tomado por primera vez. Bendito y maldito el bastardo que había tenido la satisfacción de enseñarle por primera vez como mover sus caderas. ¿Cuántos años tendría entonces? Ojalá no muchos... Sólo imaginar su pequeña entrada virgen y un cuerpecito aún más pequeño llorando mientras...

Gruñó apretando sus manos sobre la piel.

"Contraete más..."

Lo miró cuando le hizo estar en esa nueva forma, ladeo su rostro, provocando el agitar de sus cabellos haciendo que los mas largos acariciaran de una forma más natural el suelo dejando sólo algunos verse jalar por su piel a pegarse un poco a ella, suspiro cuando empezó a embestirlo haciendo que su cuerpo sólo pudiera reaccionar al ritmo del otro.

"...hn... Ere un... Lujurioso... ¿En que estas pensando?..."

Su voz se ahogo a sentir el roce en aquel punto que daba una sensación tan placentera provocando que su paredes interna se tensara atrapando aquella hombría deseando detenerlo unos segundo.

"...O... Debería decir... Imaginando..."

Movió su mano acariciando el dorso de la mano ajena aquella que pasaba a sentirse de aquella forma placentera dándole atención, subió por ella hasta su brazo y luego volvió a no poder ir más de allí.

"...Dame más fuerte.... rompeme..."