¡Ruido!

¿Qué si era desconsiderado con sus vecinos? ¿Él? Sí sólo tenía puesto el teatro en casa con el volumen hasta lo más alto para poder jugar a gusto su videojuego de pistolas favorito. ¿Cómo iba a saber de donde salían los malitos si no podía escuchar sus fuertes pisadas a su oído? ¿Qué las paredes eran muy delgadas? Ah, no, lo sentía, no escuchaba nada, es que el volumen estaba ¡tan fuerte!

Oh, pero es que era su nueva adquisición, y como niño chiquito, lo primero que había que hacer era estrenar el juguete, ver qué tanto podía hacer... porque después del videojuego seguía una película y, para terminar, música, porque no podía faltar.

Ah, si, alguien estaba tocando la puerta, seguro para reclamar. Bheee... que se esperara a que llegara al check point... o no, mejor que se fuera, porque igual no le iba a hacer caso.

Se encontraba en ese lugar, bueno cualquiera diría que había ido a destruir en teoría si, pero antes deseaba hablar con cierto humano que conoció noches pasada, según lo investigado allí vivía, entrando en ese lugar se encontró con el departamento más ruidoso bueno espero se atendido tocando a la puerta como una persona buena, pero no era de lo más paciente en realidad.

Miró aquella puerta que no se abría, lo mejor sería tirarla, pero no, eso sería muy salvaje de su parte y como ya sabía el lugar lo único que necesitaba es dar un pequeño paso hacía el interior por lo cual no necesitaba conocer el sitió, desapareció de aquel pasillo para aparecer tras de la puerta, viendo ese departamento.

Se le salió la sonrisa al saber que sólo necesitaba una bala más para acabar con ese nefasto Boss y lo tenía ya en la mira, cosa de tirar del gatillo de plástico de su joystick.

-Traga plomo -oh, sí, no era la frase más elaborada pero, ¡por favor! ¡estaba hablándole a una pantalla!-. ¡Eso es todo, chingón!

Celebró tirando el joystick al mullido sillón, pues ya estaba puesto de pie, con refresco de cola en mano para voltear apenas la mirada y notar una figura a su puerta, dejando la bebida medio inclinada, con el liquido amenazando por caer...

Uy...

-¡Hey! ¿Qué te trae por aquí, guapa?

Lo miro con una ceja arqueada por ver sus diálogos tan elaborado con la pantalla antes de notar que no lo había sentido ni siquiera un poco, bueno eso no le molestaba igual podía curiosear solo, pero prefería tener a alguien a quien molestar para que de esa forma pudiera sentirse bien.

"Normalmente cuando tocan la puerta la acción a seguir es abrir."

Dijo caminando hacía aquel humano deteniéndose cuando estuvo cerca de él, alzando aquella bebida antes de que pudiera caer y luego dar un golpe en la barbilla ajena con dos de sus dedos.

"Curioseando..."

-Sí... algo así me había contado antes.

Respondió con algo de cinismo, antes de dejar la botella de refresco en la mesita de café que parecía llena de bolsas de frituras y... cosas.

-Así que... ¿curioseando, eh? ¿Y cómo qué le provoca a la princesa? ¿La vista?

Como era de esperarse, se señaló a sí mismo con evidente vanidad y una sonrisa pintada en el rostro antes de acercarse para rodear con un brazo la cintura ajena, atrayéndole peligrosamente a él, dejándolo sentir su aliento sobre sus labios justo después de lamerlos con descaro.

-¿O la comida local?

Miró su vanidad o mejor dicho la escuchó, eso parecía interesante pero no pensaba juzgar nada de ello aun, siguió moviéndose por esa habitación hasta que sintió aquellos brazos alrededor de su cuerpo, lo miró como esperando ver que más haría ademas de tenerlo así de cerca.

"Pues hasta ahora nada al parecer alguien hace muy mal su trabajo en eso de tentar..."

Abrió la boca como para decir algo, pero luego de la ligera sorpresa en su rostro apareció una mueca de ligero des interés.

-Ah, sí... -admitió al tiempo que soltaba del demonio para tirarse de nuevo en su sillón y grabar el juego como se debía y apagaba la consola para tomar el control remoto de la televisión y encenderla, acostado...

-Entonces, ¿qué? ¿Quieres curiosear por aquí o quieres salir? ¿Quieres pedir de comer? ¿quieres ver algo en la televisión? ¿Robar un auto? -sonrió con eso ultimo, tomando un largo trago de su refresco.

Lo había dicho en broma, aunque... bueno, eso no estaría tan mal realmente. Robar un carro, alguna tienda de golosinas y después ir al cine antes de tirar el carro de algún puente, la cita perfecta. (O algo así)

"Eso suena tan divertido..."

Se acerco hacía donde estaba tirado el otro, se subió sobre él sentándose en su cadera sin ningún pudor, sólo se acomodo allí como si fuera su sillón, se inclino hacía el rostro del humano pasando a lamer sus labios lentamente antes de decirle.

"Pero al parecer tu deseas iniciar con algo más..."

Movió un poco sus caderas.

"Me dirás que él o tendré que imaginarlo yo solo."

Siguió con la vista al albino hasta que éste quedó sobre su cadera, con esa sensualidad nata de los demonios... Aha... en realidad sólo de algunos, algunos como ese específico demonio.

Sus manos fueron en automático a los muslos ajenos para acariciarlos y su lengua salió de su escondite al sentir la otra, acariciándola con gusto antes de que pudiera terminar de retirarla, sonriendo a sus acciones, removiéndose también un poco debajo de él, dando rienda suelta a sus pensamientos.

-Mmmh... ¿alguna vez lo has hecho en un auto en movimiento?

Le gustaba estar de aquella forma más porque al parecer el humano no sabia de quedarse quieto, eso estaba bien porque tampoco era muy amante de sólo el reposo, escuchó aquello, sonrió antes de susurrar sobre aquellos labios entre un juego cercano de su lengua y la ajena.

"Mm, no, ¿Acaso me harás tachar eso de mi lista?"

"Lo haré... pero no en cualquier auto..."

Sonrió mordiendo un poco el labio inferior del príncipe, sin perder esos ojos de vista al lamerlo, encantado por esa fina cintura y blanca piel que invitaba a marcarla.

"Vamos a robar un hermoso convertible rojo"

"Mm, demasiado codicioso, pero me gusta la idea..."

Alzo un poco sus cadera bajándola de nuevo, moviendo así de esa forma tentadora que se acercaba a lo que podía pasar, no, mejor dicho a lo que pasaría, porque no tenía muchos deseos de dejar aquel personaje irse si haberlo complacido en todos los sentidos.

"Mm, entonces vamos o quieres un previo..."

Separó los labios al sentirlo moverse sobre sus cadera moviéndose de esa forma. El lindo príncipe era todo un sátiro y eso... no podía decir que le disgustara en lo absoluto.

"Mmm... un previo no estaría mal"

Sus manos se posaron en las caderas ajenas mientras se movía debajo de él, meciendo las caderas ajenas adelante y atrás un par de veces.

"Pero... tenemos que deshacernos de algo de ropa"

"Nada difícil..."

Dijo lamiendo por debajo de su cuello cerca de donde se hacía unos de los botones ajenos, mordio este antes de ayudarse con su lengua para ir quitando cada uno de ellos de su lugar de descanso y de igual forma aprovecharse para disfrutar de lamer un poco de esa piel.

"Mm ves muy fácil..."

Dijo a separase de aquella prenda, viendo sobre la piel aquel brillo del camino que hizo de esa manera traviesa, sus dedos dejaron un roce juguetón sobre las tetillas de aquel humano, mirándolo para ver que más haría en ese juego.

Sus dedos se colaron bajo la camisa ajena mientras la boquita ajena deshacía los botones de la suya mientras le lamía. Badru acariciaba esa cintura y sentía las costillas bajo sus dedos conforme iba subiendo la penda y acariciaba las tetillas ajenas con los pulgares, dejándole escuchar roncos y suaves sonidos por las atenciones recibidas.

Cuando el albino se separó suficiente de él, le quitó la camisa, sacándosela por arriba, dejándole hacer a esas traviesas manos de largos y finos dedos a su gusto sobre su pecho. Su mano, mucho más callosa y grande que la otra, acarició el vientre plano del demonio antes de dibujar circulitos con las yemas al rededor de su ombligo antes de bajar para colarse entre sus piernas.

"Sí... muy fácil"

Sentía aquellos toque y ni reparo en dejarle hacer ya que también permitió que una de sus prendas abandonara su cuerpo, miró el dorso ajeno pasando a mirar muy bien los detalles de aquel tatuaje que pintaba la piel en un tono más oscuro, la yemas de sus dedos acariciaron tan lentamente como si de una pluma se tratara dibujando de nuevo aquella expresión.

Lamió su cuello cuando se acerco para poder morder este tras dejar la huella de aquel surco, sintiendo aquella manos decidió detener su avance jugando con él pasando a sostener una entre la suya empezando a guiarlo por otro camino.

Su piel se erizó bajo el toque de los dedos que pasaban tan suavemente sobre su piel, por lo que la sensación de la lengua contra su piel fue mucho más vivida, así como la mordida, algo que dejaba un leve dolor que resultaba placentero.

Pero sintió su mano siendo detenida para ir por otro camino, uno en el que esperaba una sentir esa suave piel y marcarla de la misma forma que había hecho el albino. En venganza, movió su cadera debajo de las del otro, buscando sentirlo y dejarse sentir también.

"Eres... un niño travieso"

Aquella mano que guiaba subía por su pecho dejandole aquella caricia, siguiendo el camino hasta poder tocar con sus labios aquellos dedos recorrió uno que le guió hasta la palma de aquella mano y así jugo dibujando aquellas lineas de expresión.

"Si, y me gusta serlo..."

Declaro rozando como ultimo la expresiones de la muñeca antes de volver a jugar con los dedos de aquella que era capturada, chupándolo y mordiéndolo como si le dejara imaginar que podía hacer su boca.

Lo dejaba hacer con su mano, sintiendo como preparación las bondades de esa boquita real que parecía más que entrenada para hacer.

Lo miraba detallando en su cabeza la expresión del demonio mientras atendía su dedo, llevando su mano libre al pecho pálido del príncipe para acariciar una de sus sonrosadas tetillas, apretándola ligeramente en sus dedos antes de torcerla levemente, dejando escapar un mudo gemido porque la reacción ante lo que hacían con sus dedos era reflejada en otra parte de su anatomía varios centímetros más abajo.

"Lo noto..."

Se removió bajo el algo ansioso, tronandose el cuello tratando de liberar de esa tensión, aunque sus dedos empezaban a jugar más en esa boquita, buscando estarse acompañando, celosos los otros dedos de que sólo uno de ellos estuviera recibiendo esas atenciones.

Empezaba a sentir la reacción en aquel cuerpo, sonrió pues estaba encantado de que esa parte de su anatomía ya se mostrara de esa forma, moviendo las caderas para darle un poco de "alivio" jugando con él, viendo como aquellos dedos abandonados deseaba también atención pasando su lengua por ellos antes de permitir el paso de algunos a su boca.

Podía seguir jugando un poco más con aquella idea de sólo tentar pero también deseaba más que ello aunque ver quien cede primero sería el verdadero juego, una de sus manos decidió seguir jugando y paso por el abdomen del humano dejando el camino hasta el pantalón abriéndolo para colar su mano en travesura buscando hacer cierta maldad allí.

Empezó a mover sus dedos en esa boquita que parecía una experta (y seguro lo era) en ese oscuro arte de la tentación, imaginando ese mismo ritmo en... justo eso que ahora buscaba tocar, haciéndole apretar las molares para contener un jadeo al sentir el rose de esa mano contra su extensión caliente y ya erecta.

Su mano libre bajó por el costado del albino, casi en venganza, para colarse en su pantalón, pero por la parte trasera, acariciando con los dedos ese canalillo entre las nalgas del demonio, buscando con el dedo medio su entrada.

Sus dedos rodearon aquella excitación tras dejarlo libre dando una poca de atención mientras se distraía con el juego de aquellos dedos en su boca, siguió el tacto del deseo que continuaba en todo, los dedos traviesos que rozaba su entrada pasaba a ser un deseo mucho más, movió su cadera hacia delante negando aquel paso.

Dejo de atender a esos dedos para acercarse a los labios ajenos, dejando besos inocentes como si de un pequeño se tratara, era un juego de inocencia a cambiar esa mirada picara por una de inocencia.

Maldito demonio que jugaba a tentarlo de aquella forma, huyendo de sus caricias y al mismo tiempo que le propiciaba otro tipo de atenciones... ¡Y el muy bastardo ponía esa carita inocente de "viólame por favor"!

Quizás debía hacerlo.

Aprovechó su cuerpo más grande para girarse y tumbarlo debajo de él en el sillón, tomando ambos lados de su cadera entre sus manos, apropósito, restregándose un poco contra su mano, mirándolo con apetito de cazador. Pero su voz... sonrió.

"Si eres bueno..." comentó con voz deseosa, de lo que sería el cliché del pervertido de una película porno barata... ¡lo que daría por una cámara en ese momento! "te compraré un helado"

Escuchó aquellas palabras, podía sonreír con travesura por aquellas palabras, pero ahora era un niño bueno, un pequeño "angelito" inocente que no sabía nada de lo que pasaba en ese mundo de pecado, hablo de forma dulce hacía aquel humano en el juego de seguir su papel de ingenuidad.

"¿De verdad?, Mi sera un niño bueno...."

Sonrió antes de bajar su mano a la entrepierna del príncipe, acariciando sobre la ropa antes de intentar meter mano, sintiendo la extensión del que jugaba a ser sólo un indefenso menor.

"Pero no puedes decirle a nadie lo que haremos aquí" susurró, como si de verdad se tratara de un menor, haciendo apenas una leve presión en su entrepierna antes de empezar a masturbarlo "será nuestro secreto..."