En lo más profundo...(privado)

Ezequiel estaba recordando aquella sangre derramada en el suelo y como sus finas manos se teñían de aquel carmesí, sonreía psicópata y volvían a emerger sus implacables ondas de viento con tan solo levantar una mano, arrasando con todo a su paso. Todos habían perecido por su causa y tan solo vivía atormentado por la culpa.

-....-Entrecerró su mirada cristalina, vacía y distante mientras la fijaba sobre la hierba y sus dedos se deslizaron sobre esta notando el rocío de la mañana cubrirla suavemente. Llevaba algunas horas recostado en aquel húmedecido suelo, con el cuerpo recogido casi abrazado a sus rodillas y su hermosa y larga cabellera esparcida aleatoriamente. Lo mas molesto era ese sudor frío en su frente que aún no había desaparecido por completo.

Esa noche había sido especialmente macabra y Ezequiel no había logrado conciliar el sueño, siquiera unas pocas horas. Sin decir nada a sus sirvientes había desplegado sus alas a las cinco de la madrugada y se había alejado a toda prisa, con la pálida luna iluminando su camino hasta dar con aquel claro en el bosque.

La niebla que se había levantado en la mañana era especialmente fría y espesa, sus labios estaban pálidos y temblaba ligeramente ante la baja temperatura. En teoría ya estaba acostumbrado al frío y a las alturas, pero debido a su bajo estado de humor, ahora simplemente se encontraba débil y vulnerable ante cualquier cambio en el clima. Y apesar del frío estaba en paz con su espíritu, lo peor ya había pasado, allí recostado y mojado, notaba un dulce sociego en su cuerpo y mente.

Tan solo soñaba despierto dejando que la hipotermia hiciera el resto, no podía darse cuenta de que si se dormía ahora, tal vez no despertara nunca más. Ya no tenía esperanza de que aquel ser que esperaba volviese, parecía solo vivir por y para él sin saber si era amor o solo culpa , era simplemente insoportable ser un asesino y no tener oportunidad de ser perdonado.

-Perdóname Mirtros...

No era de extrañar que el demonio pasara por el puente demasiado a menudo, en especial cuando tenia ahora mas razones para visitar Heaven. Era aun demasiado temprano para siquiera pensar en llegar a la biblioteca del palacio celestial o ir a importunar a Jonathan, seguramente el castaño tendria un mañana de lo mas atareada.

Se dedico a deambular para matar el tiempo en los alrededores del puente. Le traia viejos recuerdos aquel sitio... con paso lento reocrrio el lago donde descansaba Solei y como cada visita que hacia rendia una oracion y una charla a su padre, como si buscara alguna respuesta correcta para lo que haria en un futuro, lo que hacia y la clase de vida a la que aspiraba.

Aquella mañana especialmente fria le habia hecho pensar seriamente en tomar algo caliente y acompañar el almuerzo en aquel restaurantito donde conociera al angel. Camino tranquilamente por aquel lugar, notando a distancia una figura que parecia descansar, hecho que en verdad le extraño, el rocio de la mañana no tendria demasiado tiempo y seguramente el pasto aun se encontraba humedo, que persona coherente podria estar tomando una siesta sobre suelo humedo con aquel frio, un suicida seguramente.

Apreto un poco el paso hasta distinguir los cabellos rubios y esa figura esbelta que el conocia bien, el estado del angel le extraño de sobre manera.

No tardo mucho en sacar un encendedor y manipular el fuego de tal manera que al encontrar o valerse de algunas de sus pertenencias para incrementar la llama pudiera hacerse del fuego suficiente para calentar el cuerpo del rubio una vez que las llamas fueron suficientes y los objetos que usara consumidos, las llamas quedaron en estado puro que gracias a la magia del demonio se mantenian ardiendo; las pequeñas bolas de fuego se esparcieron a una distancia considerable pero suficiente para tibiar al angel, mientras Michael sostenia el cuerpo ajeno contra el suyo, palmeo un par de veces el rostro de Ezequiel tratando de despertarlo.

Poco a poco el frío comenzaba a entumecer sus huesos, ese frío que al mismo tiempo lograba calmar su inquieto espíritu. Había nacido maldito y seguro que así seguiría el resto de su vida, por eso simplemente no luchó, solo se quizo dejar llevar. Pero algo cálido comenzó a rodear su cuerpo, en ese estado casi no distinguía las hermosas luces que ahora le daban calor y comenzaban a devolverle un aliento de vida.

-¡¡No!!...no merezco...no quiero...-apretó los dientes y sus manos se aferraron a las telas de alguien. Había una persona que lo estaba sujetanto cuando notó que le palmeaban la cara. Sus ojos se abrieron de pronto asustados y observó al otro temblando ligeramente ante el cambio de temperatura.-¿Que?...

Lo observó estupefacto en cuanto lo reconoció, de pronto giró alterado por aquellas luces que se reflejaron en su mirada avellana y al ser completamente consciente de los sucedido frunció el ceño. Iba a empujarlo de inmediato pero sus manos no le respondieron, tan solo se quedaron tironeando con escasa fuerza y se enrojeció ante la cólera.

-¡Espera!...estoy cansado...-masculló débil, aquel calor que emanaba del otro cuerpo era agradable pero no para sus intenciones, además no estaba acostumbrado y le asustaba.-Aléjate...¡hazlo!...

Sintio como recobraba lentamente la temperatura y respido aliviado cuando escucho los torpes balbuceos del rubio, no compredio del todo lo que intentaba decir o hacer, sintio el agarre, estaba claramente consternado y desubicado y cuando vio el atizbo de razonamiento en los ojos ajenos pudo calmarse.

Le escucho una segunda vez, y noto el sonrojo, el ceño fruncido y los intentos de Ezequiel por apartarlo, por no demostrar cierta debilidad, no comprendia que habia sucedido y menos comprendia por que estaba en aquel estado el angel.

-Tranquilizate... si te mueves demasiado rapido te vas a marear...-

Le sujeto un poco mas fuertemente, tratando de recostarlo para que se quedara quieto al ver que aquellos intentos por alejarse de el se volvian mas intensos, habia recordado quiza demasiado tarde que el angel no estaba acostumbrado al contacto, no habia pasado ya en los sotanos?.

-No te tocare... pero deja de moverte... que te ha pasado?-

Uso esta vez un tono de voz un poco mas elevado a lo que acostumbraba, el timbre que utilizaba cuando queria hacerse escuchar y obedecer en alguna indicacion; aun si el gesto que presentaba su rostro era de preocupacion.

Podía escuchar los consejos de Michael perfectamente y ser cosciente de ellos pero Ezequiel era demasiado testarudo. Aquellas suaves llamas que los rodeaban le daban más y más estabilidad física, recobrando poco a poco las fuerzas.

-Nnng...-hundió el entrecejo al ser forzado a recostarse y agarró las muñecas de Michael, observándolo con ira. No debió haberle despertado, todo huviera sido mucho más facil si perecía y justo por ello que lo culpaba de no respetar su última voluntad. Su expresión se suavizó al escuchar aquella pregunta, razonando por fin y entendiendo que estaba preocupado.

-Yo...-suspiró allí recostado, le costaba decirlo, era un secreto demasiados años guardado y sentía que el pecho le oprimía.-Maldita sea¡...si me obsesionó otra vez volveré a ser ese mosntruo¡...no quiero volver a ser un peligro para nadie ¿entiendes?.

Estoy cansado de recordar otra vida...

Imprudente o no, sus emociones eran incontrolables y sus pensamientos nacían libres como el viento, aquel demonio accedería aunque Eze no quisiera. Su respiración se estaba calmando, con aquella mirada tan serena era obvio que el ángel estaba planeando algo nuevo y tan solo esperaba, solo un poco más y dejaría de sentirse entumecido.

Vio lo que adivino como ira y frustracion en aquel forceje, era como si le culpara por algo... no comprendia, no queria comprenderlo en el fondo, esos ojos parecian estarle cuestionando su intromision, comprendio por fin con una sola mirada del rubio que lo que estaba dejandose hacer, el simple hecho de dejarse morir de aquella manera tan lamentable era su deseo...

-Es una lastima... que no sea el mio.-

Fue todo lo que dijo, quiza un poco tarde cuando vio aquellos ojos suavizarse, escuchar esa voz profunda y un tanto afectada a su parecer. La quietud en ese cuerpo que al parecer cedia al fin en los intentos de levantarse y continuar con aquella automatanza cesaron. Pero los ojos del rubio, esos pozos avellana podian dejar ver perfectamente lo turbia que estaba ahora el alma del angel. Pensamientos que se confirmaban con aquellas palabras, un monstruo que lastimaria a alguien?. Michael termino recordando aquella frase terrana. la calma antes de la tempestad...

-Si alguien tiene que tomar el papel para controlarte... ese, mi amigo, sere yo...-

Los ojos acerados estaban serenos, pero cada uno de los sentidos del demonio estaban alerta. El aura que emergia de una manera casi sutil del cuerpo ajeno ahi tendido, estaba claramente controlado por las emociones del rubio.

-No puedo dejar que alguien como tu comenta un error de juventud o se deje carcomer por sentimientos semejantes... en especial cuando es tan raro encontrar un amigo con un alma afin.-

Se sonrio, solo mirandole, tambien esperando solamente.

-Michael...-Aquello le sorprendió, pero las dudas y la inseguridad no dejaban de asaltarlo.En su rostro tan solo había pesar, era más dificil controlar sus emociones cuando los nervios le alteraban, como si sus palabras fueran inútiles.¿Controlarlo? no tenía la necesidad, después de todo Ezequiel pensaba egoístamente que sino pedía ayuda, no debían dársela, siquiera de forma desinteresada.

-¿alma afin?...je...-suspiró con desgana y permaneció silencioso. Pasaron los segundos hasta que soltó a Michael y se miró las manos, cerrando y abriendo los puños, notando incluso la sagre circular caliente por sus venas.

-No podrás jugar siempre al eterno héroe¡...-sus labios palidecieron y lo empujó hacia atrás. Girando sobre la hierba y milagrosamente logrando levantarse, sacando fuerzas de donde no las había.

-¡¡Permíteme!!...Para poder controlarme hay que hacer un pacto de pensamiento...y te faltan años luz para algo así...-sentenció firme y con una sonrisa irónica, al parecer el enojo era bastante y el demonio una pobre víctima de su sarcasmo. Pero con su cuerpo tan debilitado le sería más difícil escapar y alejar a Michael de sus problemas. No soportaba la idea de que otro se intrometiera en algo tan personal y Ezequiel tenía el defecto de no saber compartir la tristeza.
Derrepente se oyó un estruendo en el suelo, otra vez había decaído y estaba mareado, todo le daba vueltas. Sus largos cabellos le cubrieron el rostro algo perturbado.

-¡Achiís!...ugh...-era evidente que había pillado un resfriado...-Clavó los codos en el suelo y comenzó a arrastrarse por la hierba húmeda, un bastón, si, eso necesitaba, una rama seca. Ahora estaba demasiado caliente, tenía fiebre y comenzaba a ver borroso de nuevo, sacudiendo la cabeza como encolerizado.-Tsk...

Spoiler:

Conocia demasiado bien aquel dolor, un alma atormentada y la intromision que hiciera en su primer encuentro con el angel no le dejaba dudas sobre la referencia que hacia. Cuanto tiempo le habia tomado a el perdonar ciertos errores del pasado?, los angeles mataron a esa persona que amaba, pero, no habia pensando siempre que fue su propio capricho el que causara los problemas?, asi habia terminado con un corazon envenenado, culpando a esos pobres soldados que llevaban la sangre de ese ser tan amado en sus manos, les habia matado loco de ira, pero cuando aquella calma tras mucho tiempo, tras dejar su propio pensamiento libre para sufrir su perdida, se habia dado cuenta que la culpa no era de nadie mas, salvo suya.

Se habia culpado una y otra vez, los intentos de quitarse la vida habian cesado por que era inutil, el mismo no podia quitarsela, esa persona jamas se lo hubiera perdonado. Una curacion tal... habia tomado aun mas tiempo, hasta conocer a ese otro ser, sin esa guia, sin esa mano amiga que le rescatara del abismo en que vivia, seguramente habria perecido, habria perdido la oportunidad de conocer a ese angel de ojos verdes...

Sintio el empujon tras aquellas palabras, esperaba un golpe, algo mas que aquel pequeño empujon, por lo que se sostuvo del suelo humedo con las puntas de los dedos permaneciendo aun arrodillado, le miraba fijamente. Solo pudo sonreir cual padre al ver a su hijo tratando de portarse rebeldemente aun cuando ha sido atrapado en alguna travesura.

-Hablamos de dos cosas muy diferentes... no planeo manipularte... -

Solo pretendo ayudarte a sacar ese dolor que llevas Fue todo lo que penso, no habia posibilidad ahora que el mismo confesara la invasion que le diera a esa mente hermetica tiempo atras, menos en una situacion similar.

-Vas a lastimarte seriamente, si sigues actuando como un chiquillo.-

Sentencio el mayor solamente siguiendolo a un par de pasos, mirando fijamente el cuerpo que se movia en el suelo.

-Debere esperar hasta que pierdas el conocimiento de nuevo para llevarte a tu hogar o algun sitio donde puedan atenderte?.-

-Tú no lo entiendes¡...da igual cuantas veces lo evites, al final alguien saldrá lastimado...y no pretendo que seas tú...-comentó descansando un poco ahí votado en el suelo y siendo cosnciente de que Michael se le acercaba por detrás, podía escuchar sus sigilosos pasos en la hierba fresca. Su tono de voz se calmó de pronto, extasiado intentó en un último suspiro alejarlo, confundirlo, lo que fuera con tal de que no indagara más.

- Es solo cuestión de tiempo que me obsesione por alguien, desde que mi corazón quiera saber más allá de lo que hay...desde que sienta dudas más allá de la vida sencilla que llevo, es mejor perecer...si el monstruo que llevo dentro vuelve a despertar,nnng...no quiero ni pensarlo...

Después de que asesinó a su propio padre en su lecho se había vuelto completamente hermético, dormía con la creencia de una bestia interna esperando el momento y la excusa ideal para salir. Tenía miedo de darle una oportunidad al nuevo Ezequiel y de ponerlo a prueba.

-¿Eh?...perder el conocimiento...-giró de inmediato y lo observó asustadizo. Si pretendía esperar, tan solo significaba una cosa. Entrecerró su mirada con una profunda melancolía y giró de inmediato. Encagando su mentón en la hierba con la mirada perdida, definitivamente había sido vencido.

Soy un completo estúpido ¿que necesidad tenía de hablar de más?...tan solo debía ceder esta vez...¿ahora que pensará de mí?. ¡Oh si!....el corazón obsecionado de un reencarnación, gran estrategia...maldito ignorante...

Parecía un gato descansando a placer en el pasto completamente estirado y con sus conflictos internos debatiéndose entre sí. Si huviera estado más cuerdo y menos ensimismado, habría caído en la cuenta de que huír era inútil. Estaba débil, ¿no era obvio?

Vivo cerca...

Arqueo una ceja divertido en parte por las palabras del angel y conmovido por que pensara de aquella manera en su seguridad.

-Sobre estimas un poco mi capacidad de lucha.-

Continuo la caminata, lenta y de paso firme, escuchando lo que decia. Que podia decirle para tranquilizarle? para detenerle en su intento de evacion, era mas que evidentelo que intentaba el rubio, pero no podia sencillamente hacerse el desentendido y dejarle asi en esa condicion, en especial cuando mas afirmaban sus palabras la desesperacion que tenia.

-Ademas... todos llevamos un monstruo dentro...-

La mirada se hizo seria, cuando le vio detenerse se sorprendio y solo termino de cunclillas junto al angel.

-Si te has calmado aunque sea un poco... permiteme ayudarte... no te estoy pidiendo explicaciones ni pretendo que hables de algo que no deseas... Soy sincero cuando digo que me preocupas, me preocupa mucho esa deliberada mentalidad de intentar matarte.-

Le aparto un par de mechones del rostro, un movimiento rapido, lo suficiente como para que no resongara o se moviera freneticamente de nuevo por el suelo.

-No piensas en lo que dejas atras?, las personas que conoces que llorarian tu muerte?.-

-Mmmh...No pretendía preocuparte Michael, pero no es tan sencillo...creo que solo me dejé llevar y esperar, el frío te permite dormir hasta no recordar ni esperar tener esas malditas pesadillas...cuando te das cuenta tan solo hay oscuridad y...-sus labios se silenciaron entrecerrando su mirada al sentir aquella fugaz caricia, tan solo dejándose hacer y con una idea más clara de lo que estaba sucediendo. Le gustaba ese pequeño calor humano ahora mismo, en cierta forma lo relajaba aunque otra veces prefiriese una distancia prudente.

-Tan solo una persona...puede...-murmuró más bien para sí mismo, pensando en su hermano. De pronto se incorporó quedando arrodillado sobre el suelo húmedo pero notando un poco más de calor. La cabeza le volvía a dar vueltas y se llevó allí la mano algo incómodo. Al tenerlo justo de frente suspiró largo y tendido presionándose la frente.-Tks...creo que necesito un hombro...

Amplió su campo de visión al ver algunos rayos de sol penetrar entre la maleza, justo por donde comenzaba el alba. Graciosamente después de decir aquello tuvo otra recaída y su rostro quedó prensado en el hombro ajeno. Era una situación embarazado a la que no estaba adaptado.

-Arg¡...-se apartó enseguida otras vez molesto y se sobó los ojos, no había pegado ojo en toda la noche y estaba agotado. Era gracioso verlo meciéndose como intentando mantener el equilibrio.

-Chiquillo.-

Fue todo lo que dijo con media sonrisa en los labios, Ezequiel en aquella forma le causaba hasta cierto punto ternura e incrementaba la sensacion de proteccion, de querer ayudarlo. Imaginaba ahora el escandalo que haria el angel, pero tenia una ventaja en aquella situacion aun si se enojaba el rubio, luego tendria tiempo para contentarlo.

-Tratar de olvidar lo que se ha hecho con estos metodos, solo es una manera de huir de los problemas. Esta bien esquivar un poco ese tipo de situaciones, pero nuestros pecados jamas desapareceran.-

Le tomo suavemente, deslizando un brazo por la espalda del rubio y el otro por la corva de las piernas, levantandolo sin mucho lio, estrechandolo contra su pecho a modo de inmovilizarlo.

- La oscuridad puede dar miedo, puede traernos recuerdos amargos, pero, es la unica manera real de saber quienes somos, de poder emerger de nuevo a la luz. Como dicen los terranos, hay que tocar fondo para poder subir nuevamente.-

Comenzo a caminar en direccion de Heaven, con el angel en brazos.

-Dime a donde debo llevaete ahora?.-

Hundió las cejas al escuchar la palabra chiquillo. Le huviera afectado más de no ser por la dichosa fiebre y le huviera devuelto aquel comentario. Su carácter aguerrido estaba allí y la amable sonrisa se había desvanecido temporalmente.

-...-Entrecerró su mirada perdido en sus propios pensamientos. Había vivido demasiadas desgracias en sus pesadillas, le dolía pasar de las sonrisas de un amigo íntimo a un estado colérico y casi psicópata por un corazón que dolía. ¿Había sido un egoísta por obsecionarse de aquel modo al borde de la locura? ¿Acaso no servía para sentir algo con intensidad o era su falta de sinceridad lo que lo condujo a encerrarse en si mismo?.- Por más que analice esos macabros recuerdos no logro...¡¿como?¡

Cuando se quiso dar cuenta el otro se había ofrecido voluntario a llevarlo en brazos. Su reacción al instante fue empujar a Michael , el contacto lo alteraba. Apurado notó como lo apretaba contra su pecho y logró escuchar la respiración ajena.

-¿Hub?...-se quedó paralizado un instante con los ojos como platos.-Aaah...diablos...¿no peso mucho para tí?.

Apoyó su cabeza contra el otro otra vez vencido por la fiebre y ese ligero bienestar, esa seguridad y ese calor que desprendía el cuerpo ajeno era en verdad agradable. Siempre huía del contacto, era así de arisco con casi todo el mundo, sobre todo si le pasaban unos centímetros. Apretó la tela y se acomodó un poco mejor, dudando que insistir sirviera de algo, Michael le había desmostrado ser firme en sus ideas. Lo escuchó atentamente, tenía demasiada razón para su gusto pero admitir o arrepentirse de que estaba mal lo que había hecho, todavía le llevaría algo de tiempo.

-En cuanto salgas del puente debes girar a la derecha...-murmuró más sereno. Y es que después de la tempestad venía la calma. Al menos la ventaja de ser rescatado de sí mismo a esas horas eran las calles vacías.-Por cierto...¿siempre deambulas tan temprano?.

-No es necesario que encuentres realmente una respuesta ahora.-

Le miro unos instantes, podia sentir la temperatura del cuerpo ajeno, estaba en pesimas condiciones y el como demonio no tenia la habilidad para curar. Podia emplear aquel medicamente, que llevaba consigo, quiza cuando llegaran a su destino.

-Apresurar las cosas tampoco da un buen resultado. Las cosas solo debes dejarlas seguir su curso, pero... debes comprender que llegado el momento indicado, tienes que enfrentar tus demonios internos.-

La frase le causo cierta gracia por las ultimas palabras, siempre serian identidicados como una especie de peste o similar de seguir las cosas asi.

-Eres tan ligero como una pluma... asi que no te preocupes.-

Lo sintio relajarse al fin, solo sintiendo el movimiento lento y acompasado de aquella respiracion, la tibieza del cuerpo por culpa de la fiebre, anduvo con paso ligero y sin contratiempo hasta donde le indicaba el rubio, nada mas girando...

-Bien... de la derecha a donde?.- Se quedo un poco pensativo con respecto a lo que responderia ante la nueva pregunta, no quizo ahondar mas en los lios del angel, si deseaba contarselo lo dejaria mas adelante, no queria forzarlo demasiado a compartir algo que parecia realmente doloroso, algo que tocaba directamente el alma y corazon heridos de Ezequiel.

-Si, tengo un monton de cosas por hacer de aqui a alla, los dias no suelen ser suficientes... imagino que soy de esas personas que deberian contar con un dia de 48 horas para tener el tiempo necesario de ordenar mis cosas.-

Embarazoso, esa era la única palabra que podía describir el trauma del ángel enfermo. Ahora simplemente se sentía un estorbo cuando estaba costumbrado a dar otra imagen de sí mismo, no con pantalones de pijama y el pelo alborotado. Quien iba a pensar que tras aquella continua sonrisa y saber estar iba a encontrarse un suicida.

-En serio, si tuviera más fuerzas solo te dejaría...¡achis¡ servirme de apoyo.

Debió recordar que Michael no había sido capitán de la milicia en vano, aunque se preguntaba cuanto tiempo había pasado desde aquello, tal vez años. Después de todo cada uno tenía secretos inconfesables y habían sufrido demasiado por ello. Eran todo tan curioso, su mirada avellana se alzó desde aquella extraña perspectiva, observando la profundidad de aquellos ojos acerados desde abajo. Cuando se dió cuenta tenía restos de hierbajos en el largo cabello, quitándose algunos.

-Continua recto por esta acera...-cada vez estaban más cerca de la zona de los cultivos, la mansión del conde gozaba de una ubicación aislada de la contaminación acústica de la urbe.

-Mjmjmj...el bar averno debe robarte mucho tiempo, a no ser que cuentes con un encargado de tu plena confianza.-murmuró con una semisonrisa, al final no le quedó más remedio que acostumbrarse al contacto del demonio. Después de todo no había un aura repelente a su alrededor ni nada por el estilo, era simplemente cálido.- Por cierto, eres un necio de primera línea...

Comentó de pronto, esperando ver cualquier reacción curiosa pero Ezequiel estaba serio.

-Tengo gente que se encarga, es muy raro que desconfie de las personas con las que me rodeo.-

Continuo tranquilamente por donde le indicaba el rubio, el cambio de paisaje era paulatino y casi no se sentia, un sitio tranquilo y bastante agradable sin lugar a duda. el paso era tranquilo, no lograba nada con salir corriendo para tratar de ayudar a Ezequiel y no podia saltar tranquilamente por que no sabia a ciencia cierta a donde iba.

Le escucho comentar aquello ultimo con tranquilidad -Un necio de primera linea- no hizo mas que sacarle una buena carcajada, no sabia si era el tono de voz completamente serio o la frase por si misma. No le molesto, no era la primera vez que escuchaba algo similar y quiza un poco mas respecto a su caracter, aunque el mejor que nadie conocia lo intrigado de su caracter.

-Me lo han dicho, que soy necio y terco... siempre me he preguntado que vision tienen de mi los demas.-

-Ya me hacía una ligera idea...algo me dice que eres hábil ganándote a la gente.-comentó sereno y áun así el tiempo para Michael no era suficiente, ciertamente para él tampoco. Habían antiguos manuscritos que llevaba tiempo buscando, contenía hechizos de magia blanca muy poderosos, tenía una fé ciega en dar con ellos algún día y por fin liberarse de su condena.

A veces algo necio intentaba levantar la cabeza para no dar una imagen demasiado dependiente o sumisa, pero al rato volvía a tumbarse sobre el pecho de Michael y lo sentía respirar,los latidos del corazón. En cierta forma era relajante cuando se acompasaban con sus pasos. A esas horas corría una suave brisa que peinaba continuamente los extensos campos de trigo allá a los lejos, una hermosa mezcla de sonidos. Poco a poco se estaba dejando dormir.

Cuando el otro río, en un interior vibró el sonido y Ezequiel apartó su oído algo perturbado, despertando de su ensoñación.

-Puede que te juzgue mal, pero deberías cuidarte un poco más del peligro...al final comprobé que no seguiste mis indicaciones...-entrecerró su mirada, volviendo a él aquella expresión seria.- Los sótanos están protegidos, podrían parecer un fácil acceso al palacio, pero sin los conocimiento necesarios te podrías perder o peor aún...allí moran criaturas peligrosas...

Dió un ligero respingo con la nariz y bufó preocupado, algo le decía que le advertía en vano.-No sé que tanto interés tendrás en encontrar allí...pero de seguro me haces precuparme más de lo que debo, ¿conoces el laberinto? ¿me equivoco?

-Me sorprende que te enteraras que segui vagando un poco en el sotano. Pero sabes, tengo una ventaja realmente buena si termino perdido dentro del mismo-

Hablo tranquilamente, en momentos lo veia dormitar, relajarse, solo para continuar con lo que parecia una lucha interna de no parecer debil o algo parecido. Le daba un aire realmente encantador al angel de cabellos rubios, siguio con el andar tal y cual le indicar Ezequiel, comenzando a divisar una estructura que se resaltaba en aquellos campos.

-Aun puedo saltar a voluntad a algun sitio solo con pensarlo.-

La parecio demasiado pomposo mencionar siquiera su habilidad de lucha, conocia bien los posibles peligros que habia en aquellos sotanos y su entrenamiento le mantenia preparado para casi cualquier cosa y si la fuerza no era suficiente tenia su sagacidad y pensamiento para salir bien librado de casi todo.

-Pero te equivocas... desconosco por completo los sotanos de Heaven, quiza eso es lo que me causa tanta curiosidad.-

No pensaba con claridad, pasaban desapercibidas sus dudas sobre lo que realmente Michael andaba buscando en aquellos túneles.

- Si ves una bombillita de un azul verdoso en la lejanía que se mece, solo huye...no te me vengas a quejar luego de una herida que no sana...-bostezó sin más, sobándose los ojos. La criatura que era amiga de Ezequiel era simplemente poderosa, tan solo se le podía derrotar en grupo y aún así, las probabilidades de salir con éxito era escasas.

Lo que nunca se iba imaginar Ezequiel es que protegía el lago por algún motivo, algo se escondía en su interior, tal vez aquello que el ángel deseaba. ¿pero acaso de podía nadar en aquellas aguas subterráneas?

-soy él único que conoce la cura...coff, coff...es aquella mansión...-el sueño lo vencía, poco a poco y contrario a su estado de humor, el sol iba saliendo.

La niebla se había disipado y como todas aquellas frías mañanas, observaba el horizonte atento desde aquella terraza, esperando alguna señal de su querido Ezequiel. Se inclinó alterado al divisar una melena rubia, flechando con sus bellos ojos turquesa al moreno que lo venía cargando.

Nervioso corrió como un rayo escaleras abajo, saltando escalones de dos en dos, incluso de tres. Escuchó los reclamos de su madre en la cocina alterada por los ruídso y solo frenó un instante, continuando la ruta costumbrada.

Lo más preocupante es que Ezequiel había necesitado que alguien lo trajera, dándole una idea de su estado. Corrió por el jardín y abrió la elegante puerta de un color anacarado, tomando la dirección desde donde los había visto.

La figura de alguien que se acercaba a ellos con preocupacion y evidente apuro le dio una idea a Michael que se trataba de un conocido del angel. No tuvo ni a 2 metros de distancia al ajeno cuando ya le hablaba con calma

-Imagino que le conoces. Se encuentra bien, pero necesitara una muda de ropa y algo caliente.-

Miro al angel tras detenerse un par de pasos.

Notaba como el otro lo cargaba, cada vez se sentía más débil y comenzó a temblar ligeramente. Tan solo asintió a Mirtros cuando se acercó hasta ellos con aquella preocupación tan evidente y desvió su mirada del mismo.

Sin decir más nada se agarró al demonio silencioso como si necesitara esconderse de los posibles reproches del menor. Odiaba que aquella forma de mirarlo se repitiese, era la parte que menos le gustaba cuando lograba regresar por su cuenta tras instentos fallidos.

No tardó mucho en llegar a donde ellos se encontraban, escuchando a aquel desconocido que portaba a Ezequiel entre sus brazos. Logicamente se imaginaba lo peor, pero al llegar a ellos lo primero que hizo fue comprobar que Ezequiel no tuviera arañazos o signos de alguna pelea.

-Hermano....-retiró el mechón de pelo que cubría su rostro y lo encontró sudoroso, notandolo demasiado caliente.-Sígame...

Le indicó a Michael para que lo siguiera a dentro de la casa, en el recibidor había una señora preocupada, que nada más verlos frunció el ceño y se dirigió hacia el pasillo maldiciendo algo por lo bajo.

-Si madre...otra vez...-murmuró Mirtros con pesar.Subió unos tramos la escalera y le indicó a Michael que lo siguiera.-por aquí...

Entró en la segunda habitación y abrió el armario buscando una muda de ropa.

-Debo suponer que no es la primera vez que hace algo similar.-

Menciono al seguirlo hasta el cuarto, aquella mujer era bastante peculiar y la nota de molestia evidente no la pudo definir. Se quedo pensativo, si aquella seria la habitacion del rubio o no.

-Puedo preguntar quien eres?-

No se parecian y la esencia del joven era la de un demonio, podia identificar a los de su raza con facilidad. No era un empleado, ni mucho menos un esclavo, la ropa que el joven vestia, los portes y la familiaridad con que se movia en aquel cuarto le hacia pensar en un amigo querido del a familia o algo parecido.

Dejo a Ezequiel sobre la cama, la debilidad del angel era evidente, aquello solo le preocupaba mas, comenzo a desvestir al rubio mas que nada preocupado por el frio que parecia no querer dejar aquel cuerpo.

-Sí...lamentablemente no quiere reconocer que tiene un problema..-suspiró largo y tendido.-No hay forma de poder tratarlo sin su consentimiento.

Se paró un instante observando con preocupación el estado de Ezequiel, esa forma de tiritar la había visto muchas veces para su gusto, uno de los tantos síntomas de la hipotermia. Los dedos de sus manos y pies estaba algo morados. Pero la pregunta del otro lo sacó de su ensimismamiento.

-Me llamo Mirtros...-comentó con cierta dureza dejando la muda sobre la cama.-haa...Muchas gracias por haberlo traído...

En cuanto vió como Michael lo desvestía lo ayudó con la tarea. Iba a tomar los pantalones para ponérselo cuando de pronto le dió unas palmadas en la cara.

-¡Ni se te ocurra dormirte!...¿me oyes?...-comentó ahora poniéndoselo.