Dilema moral (privado)

El agua de la cascada fluía con intensidad, practicamente se escuchaba a kilómetros. No sabía por que había sido precisamente citado en ese lugar, tal vez por que representaba algo intermedio. Donde todas las razas se juntaban y respetaban el entorno, tan solo disfrutando del mismo placidamente.

Se sonrojó ligeramente al ver la altura de la misma, parecía emocionado con cierta idea, pero no podría llevarla a cabo por que mas que nada se trataba de un lugar público. Pero el día que encontró aquel terrano tomando aquel baño completamente libre en la orilla del mar, algo lo empujó, seguramente ese sentimiento de libertad y de poder hacer lo que realmente deseas. Ultimamente estaba siendo arrastrado por esa duda. Sentir, sentir estaba prohibido para él en ciertos aspectos, sentir lo que sentía por el gobernante de Hevaen sin ir mas lejos. Cuanto podría incomodarle su distanciamiento después de aquel día que tomaron algo juntos no le importaba, le importaba más si su petición seguía en pie. Por que entonces el demonio le haría preguntas, preguntas concretas y prometedoras. Solo que, tenía motivos para ello, si Cromwell realmente deseaba que rompiera su trato para con los sacerdotes del lugar, si realmente quería que hiciera la ecepción con él, debería darle una buena justificación para ello.

-Alteza...-al pensar en él tan solo notó que el calor de sus mejillas aumentaba y su corazón respondía extraño. No sabía por que le habían condenado a sentir algo así, él lo evitaba y aún así ahora que lo tenía distante, parecía echarlo más de menos. Ausente hundió su mano en aquella suave cortina de agua y pudo sentir la fuerza del frío torrente. Era simplemente fascinante, estaba claro que aquellas aguas tan claras como su mirada tenía un poder especial. Hasta era capaz de despejar su mente y entonces lo vió...una sombra lejana que no podía alcanzar...

-Tsk...-retiró su mano de inmediato, se supone que las aguas más puras nunca incitan a algo que no esté en su deber. Mucho menos mostrarle imágenes basadas en sus propios deseos, aquellas aguas tan puras le dieron una valiosa lección, tan solo hablaban del interior, no había nada más. Y cada cual debía ser consecuente con sus actos.

No sé que hacer...Solei...ayúdame...

El sonido del agua siempre le había gustado, tanto como ese lugar, o quizás porque le hacía pensar en ese lugar, era difícil saberlo, pero siempre había representado una especie de calma para él el escuchar el agua caer, fuera en forma de cascada o por una pequeña fuente del jardín.

El punte era el punto de reunión por excelencia por la promesa hecha siglos atrás entre las naciones y cada una de las especies. Se suponía que fuera la parte neutral, y lo era, un lugar para ser más objetivo, para aclarar las ideas, para no sucumbir a la presión exterior y, por eso, ahora estaba allí, por eso había citado al pequeño demonio en esa zona precisamente.

Lo divisó a lo lejos y se acercó a él con calma, apenas dando muestras de su presencia, mas escuchando que le nombraba por su título, supuso que el había visto ya.

"¿Le hice esperar mucho?"

Respiraba tranquilo pero su respiración no tardo en acelerarse cuando escuchó la voz de Cromwel. Pero había tenido tiempo, el príncipe pacientemente no lo había presionado sino había decidido verse con él unos días después. Eso hablaba mucho a su favor, mientras atribuyera su nerviosismo tan solo a su petición, el demonio se sentiría a salvo. A pesar de su nerviosismo logró levantarle la vista, logrando mantenérsela, milagrosamente.

-No...lo cierto es que en este lugar el tiempo da la impresión de detenerse...digamos que no soy consciente del tiempo que puedo llevar esperándole.

Sin más le sonrió cristalino, esa sonrisa era diferente de las anteriores, será que iba acompañada de desiciones. Le gustaba estar con él aunque si era un cambio en verdad. Cuando quiso recapacitar dirigió su mirada a las aguas y juntó sus propias manos, jugueteando con el toque de sus dedos.

Le regreso la sonrisa, aunque la propia se notara más reservada al tiempo que se acercaba para quedar al lado del demonio, echando un vistazo al lago, sonriendo sutilmente deteniéndose para ver hacia dónde miraba el mismo Mirtros.

"¿Estás a gusto?" preguntó, pese a haber notado como jugaba de forma casi nerviosa con sus manos, aunque apenas lo había notado en su visión periférica. "Pensé que tal vez aquí sería más fácil para ti hablar."

Cerró los ojos un segundo para disfrutar de las suave brisa llena de la humedad que se levantaba de las gotitas que salpicaba la cascada, la sensación del aire y agua contra la piel siempre le había agradado mucho.

"Me alegra que hayas venido, tenía la impresión de que estabas evadiéndome" comentó sincero, volviendo su mirada a Mirtros, buscando los ojos turquesa del capitán, porque algo en era inocente y, más que transparente, translúcido. "¿Todo está bien?"

Escuchó su voz y le asintió, claro que había acertado con el sitio, incluso en palacio no estaría tan a gusto como en aquel lugar. En realidad no había lugares comparables a los que se encontraban en lo que denominaban el Puente.

-Por suspuesto...no podría estar mas a gusto que en este lugar...-aunque en cierto modo era curioso que fuera justo ese. Después de todo consideraba Heaven su hogar, pero tampoco podía negar que era hermoso.-¿Eh?.

Su mirada se llenó de sorpresa, eso había sido directo y digamos que en Mirtros el tema se le volbía especialmente delicado. Desvió su mirada de nuevo al agua, era mejor observarla por un rato y centrarse en sus palabras.

- Si se refiere a...-Selló los labios un momento y simplemente se vió obligado a observarlo.

-Ahora y cada vez que lo miro...tan solo me viene a la mente el respeto que le debo, deber ser por eso que me bloqueo...-su mirada bajó a las aguas de nuevo, realmente le preocupaba.- Es todo a raíz de ese pacto que usted me pide...

Las reacciones de Mirtros eran como las de un niño, hasta cierto punto, y no que pensara que eso estuviera mal del todo. Casi podía imaginar ese cambio en su persona como un niño pequeño que ve con atención una burbuja de jabón y se revienta en sus pequeños dedos al querer tocarla. Una extraña analogía para el caso, considerando que con quien hablaba era un demonio y un capitán, pero... había sido lo más cercano que podía describir a la reacción que le parecía haber notado en el joven albino.

"Ya veo..." respondió con serenidad, sin poder decir que estaba del todo sorprendido, más que nada porque el tema lo había comentado antes con el ángel que se llamaba hermano de Mirtros y algo así le había dado a entender, que a Mirtros eso lo preocupaba.

Desvió un poco su rostro, como si observara también el lago, aunque su mirada permaneció en el demonio a su lado.

"Si mal no lo recuerdo, me habías mencionado que tu familiar solía bloquearse también, cuando no podía mantener todas sus cabezas en un estado emocional neutral" mencionó como sólo una referencia vaga, recargándose con los brazos cruzados en el borde del puente. "Es normal sentir algo de... ¿miedo, puede ser? Pero creo recordar haber accedido a tomarnos un tiempo para conocernos antes. ¿No fue lo que pediste?"

Lo que menos necesitaba era que más cuestiones del albino lo bloquearan. Escuchó atento como mencionó a su hidra y sus ojos turquesa simplemente lo flecharon, algo no andaba bien.

-Mil perdones...pero fue usted quien inició esto...lo que menos podía hacer era tomarme tiempo para meditarlo-se explicó y es que a parte de su confusión lo que no estaba dispuesto a permitirle a su superior, era darle la razón en todo o que saliera airoso del caos mental que le había generado esa petición. Ezequiel simplemente no trató mas el tema con Mirtros y por lo tanto, el demonio ignoraba los verdaderos motivos de Cromwell.

Iba a ser difícil ocultárselo, podría parecer cristalino la mayoría del tiempo y hasta ingenuo, pero tambien era astuto.

-Haa...nada de esto huviera sucedido...- sus mejillas se sonrojaron y cerró su puño en el pecho. Era como si deseara arrancarse algo del corazón, una pequeña parte.- Sé que le juré lealtad y precisamente por eso...sería una ofensa hacía el gobernante de Heaven y a Heaven mismo, hacer un pacto de esa índole...y menos comprendo la facilidad con la que lo trata...que desea realmente lograr...

Lo observó firme a pesar del enorme sonrojo que había en sus mejillas, por que aparte de todo eso, lo amaba, pero eso no debía saberlo a menos que fuera lo suficientemente persuasivo. El príncipe debería explicarse bien, aunque no le formulase la pregunta directamente, era obvio lo que necesitaba escuchar.

Spoiler:

Lo miró serio, ocultando la ligera sorpresa que sentía por su respuesta, aunque podía darle la razón en sentir algunas cosas, la lealtad de la que hablaba, el pacto que sabía que había debido hacer para con los sacerdotes, el templo, Heaven y ante Solei para poder formar parte de su ejercito.

"No es tan fácil" corrigió, mirando hacía el lago nuevamente, un tanto más serio, "cuando uno hace esta clase de pactos, también debe entregar algo de él, se supone que ambas almas llegan a cierta comprensión que va más allá de las palabras, aun cuando la telepatía es una opción, son otras cosas las que se comparten también para la comprensión del otro, para el entendimiento de ese par de seres..."

Sebel no lo aprobaría, eso era evidente, y era algo que también podía asustarle, angustiarle incluso y, a veces, desear echarse para atrás con esa idea, pero también era alguien más bien lógico, que había buscado demasiado entre las leyendas y los libros y se había hecho de sus teorías y... ¿no era parte de una persona lógica buscar probar que lo que pensaba estaba bien antes de darlo por sentado?

"También he dudado."

Suspiró casi de forma imperceptible al tiempo que una de sus manos se cerró sobre el borde del punte, mientras veía los tenues colores de un arco iris que se formaba por el sol que se colaba por las gotas que salpicaban de la caída del agua.

"Heaven le ha pedido mucho, ¿no es verdad? Que demuestre su lealtad, que haga obras sus promesas, que ignore la naturaleza con la que nació" enumeró, tranquilo, aunque sin mirar a Mitros mientra lo hacía. "A veces, los que piden también deben de dar algo que justifique eso, pero no puedo pedirle a ninguno de mis hermanos que haga lo que yo, ni se los pediría... Si le abriera mis pensamientos, la forma en la que entiendo el mundo y también mis sentimientos, anhelos y compromiso con Hevean y Eterna, pensaba que quizás pudiera ser más fácil entender porqué se le ha pedido tanto. Y a la vez, para mí... me gustaría entender su sentir y lo que realmente impulsa sus decisiones, su fe, su lealtad. Tal vez para aquello que pretendo sea una retribución para usted le parezca que sea más sencillo si sólo le abriera mis pensamientos para que los leyera, pero, para mí que algo así es desconocido, no sé si llegué más allá de una simple imagen y palabras, cuando esas últimas nunca las he negado en voz alta, cuando se trata de un sentir que va más allá de sólo eso."

Spoiler:

Lo observó preocupado cuando le reveló que estaba confuso que a pesar de todas las normas impuestas entre ellos Cromwell se afanaba en defender más sus ideales, deseaba llegar más lejos con un demonio, mucho más lejos, dándole a entender tantas cosas a Mirtros. De pronto le sonrió de forma cálida, por algún motivo habían sentido que su caos unido al de Cromwell daba un fruto diferente, compartir, compartir los sentimientos y las inquietudes que ambos tenían juntos. Buscar similitudes entre ambos, era como si quisiera encontrar algo en Mirtros.

-Es usted quien tiene miedo...-su sonrisa a la par que cálida también se volvió comprensiva.- La inseguridad genera miedo, es algo que yo siempre he experimentado y por eso luego me bloqueo.Esa inseguridad en su alma de no saber hace que se anteponga a las normas.

Estaba buscando algo en el capitán, era demasiado obvio.

-Algo le arrastra, un motivo más fuerte que los propios valores de Heaven, sus teorías se confunden, dala impresión de buscar una respuesta desesperadamente.-se asombró ante lo que estaba meditando, nunca imaginó que alguien como el príncipe pudiera dudar.-Como si algo se negara en su interior, por eso quiere darme una oportunidad...es firme en sus convicciones, conozco demasiado lo que piensa de los de mi raza. Solo que algo ha sucedido, algo que sobrepasa su firmeza y ese soy yo. Al no poder encarjarme en un sitio le he desestabilizado, sus teorías han chocado. Su confusión le ha llevado a pensar que tal vez por eso me necesite, piensa que soy la solución.

Sus sentimientos por Cromwell eran demasiado fuertes y su deseo de poder ayudarlo, practicamente terminaría de convercerlo y despitarlo de lo que debía ocultarle. En vez de intentar enredarlo todo y lograr ocultar sus sentimientos, velaba más por el gobernante.

-Si es así...lo haré...¿Pero podrá dar marcha atrás?....una vez se haga el pacto, ¿ese compromiso será de por vida?...me gustaría saberlo.-jadeó ligeramente y algo sonrojado bajó la mirada.- Toda esa confusión que pone en peligro sus propios ideales...¿no estará empujado por algo más y que aún no se haya dado cuenta? incluso dudar no me resulta un motivo demasiado sólido...usted desea algo más.

Sus ojos turquesa se afilaron y dió un paso en falso hacia atrás sin dejar de mirar al frente. De pronto le negó con la mirada entrecerrada y critalizada, negando efusivamente una y otra vez.

-Usted no solo buscas resolver sus dudas...hay algo que le supera...¿me equivoco, verdad?.

Sólo lo escuchó y se aseguró de guardar silencio, dejándolo terminar, arreglándoselas para mantener un semblante neutral, mirando el lago más que a su interlocutor y la gama de emociones que parecían desbordar en su voz mientras hacía aseveraciones, una tras otra, sobre su persona y su sentir, como si hubiera visto a través de su alma un montón de respuestas a preguntas que quizás sólo el mismo demonio se había planteado...

Sintió como se echaba hacía atrás mientras él mismo permanecía ecuánime, analizando cada una de las palabras que había soltado el albino... Después, una suave sonrisa curvó una esquina de su boca.

"¿Es normal para los demonios escuchar sólo lo que desean oír?"

Su mirada acerada al fin se encontró con la turquesa, sin dudas esta vez, aunque notaba algunas reacciones que quizás en otro momento hubiera sentido como las más sinceras, con la transparencia que brindaría un infante, pero...

"Más que inseguridad, experimentación; una búsqueda de respuestas, sí, pero no desesperada, pensada, controlada." Se movió para encarar completamente al menor, con el porte digno de su puesto, del dirigente de Heaven "¿Realmente puede decir que conoce demasiado lo que pienso sobre su raza? Si bien, no creo haber pretendido nunca frente a usted, tampoco creo que pueda saber realmente lo que pienso, ese era el fin de ofrecerle un pacto.

Por desgracia, no creo que usted sea la solución... Sebel lo es, un ángel, el más puro de ellos. Mis ideales siguen siendo los mismos, hacer ver a las otras razas que nuestro estilo de vida está bien para nosotros, y que quien desee vivir en Heaven, deberá adaptarse a sus normas. Lo único que podía poner en peligro mis teorías, era que usted pudiera de hecho vivir bajo esas normativas y pudiera suprimir su naturaleza. Dicen que dudar es de sabios y decidí darle la oportunidad a las demás razas con un ser criado en Heaven... era, sí, la prueba que podía redimir a su raza con Heaven... pero parece que los leones amaestrados no dejan de ser leones. Su naturaleza, casi me engaña, lo que es una prueba más de lo que suele hacer su raza, su... forma de querer convencer con palabras y caras bonitas, tengo que admitir que me siento desencantado... su hermano, no, Ezequiel, parecía tener tanta fe en usted..."

Dio un paso al frente, sin titubeos, porque no los había en su persona en ese momento, después de todo, el demonio lo había dejado todo claro de nuevo. Gracias a Solei por no permitir que el pacto se llevara a cabo...

"Si quieres saber... quizás no sólo quería resolver mis dudas, quería confirmar mi teoría... gracias por hacerlo por mí"

Spoiler:

Aquella pregunta lo sorprendió, hasta ese momento había intentado indagar en lo que podía sentir Cromwel y no es que huviera tenido la necesidad escucharlo para saber un poco de lo que pensaba. Sus hombres hablaban y le advertían de que el gobernante era algo especial respecto al tema de otras razas.Tan solo le negó cuando mencionó lo de búsqueda desesperada, Mirtros tan solo se refería a su apuro en buscar una solución con él, aunque basicamente ¿no era lo mismo? Por un momento deseó que el sonido de aquella cascada fuera lo suficientemente fuerte como para no escuchar las palabras del príncipe. Esas hirientes y realmente le estaban haciendo daño, pero sabía que los ángeles tambien sentían odio y tambien torturaban a los de su propia raza. ¿Entonces? si odiaba a los demonios por que habían intentado asesinar a sus padres y a los ángeles lo veía como una sociedad más equilibrada. ¿Que era lo que realmente estaba fallando en todo aquello? Cromwel lo observaba fijamente y cuando despertó tras tres segundos bajó la mirada de pronto, el calor en sus mejillas ahora tambien lo notaba hasta en las orejas.

-No puedo regresar, no pertenesco a Hell...-Su voz se quebró, se limpió con suavidad las lágrimas pero en su interior algo rugía.-Además...acabo de preguntar si me equivoqué...-Murmuró más bien para sí mismo pero lo suficiente para que el mayor lo escuchara.

-Tenerme controlado de ese modo tan solo tiene una respuesta, pero nunca imaginé que el propio gobernante de Heaven fuera capaz de algo así...y sí, se volvió a equivocar, por un momento estaba buscando algo más en usted...-comentó con una expresión neutral a par que valiente. El capitán de la guardia tambien tenía bastante temperamento. A cuantas humillaciones fué sometido y nunca se rindió, de pronto se sintió mas aceptado por otros ángeles.-Nada puede justificar lo que usted está haciendo. Ni se me pasaría por la cabeza pensar que se ha enamorado de mí y por eso desea justificar el acercamiento que pretenda con mil razonamientos. Los hombres de mi ejército creen en mí, mi hermano cree en mí...incluso los sacerdotes me respetan al ver como cumplo las normas a raja tabla...incluso si en el fondo desconfían de mí otra parte de ellos no. Me ofrece una oportunidad de oro o así la califica, no sé si resulta una oportunidad saltarme las normas para tenerle en bien y ser señalado como un traidor. Todo por hacer un pacto conmigo. Es egoísta y yo pierdo demasiado.

Entrecerró la mirada de pronto con pesar. Cálidas lágrimas descendieron por sus ojos, frunció el ceño con un evidente enojo ante el desamparo y un amor no correspondido. ¿Aunque eso quien podía saberlo? el príncipe con su eterno cinismo no se había percatado de ello. Se alejó mucho más del príncipe, ahora tenía más motivos para no desearlo cerca. El demonio obstinado como el que más hizo unos dulces y rítmicos gesto en el aire, cuando de pronto se abrió un óvalo y del mismo nació su hidra. Las siete cabezas gruñeron elevado y muy agudo, aunque no algo ensordecedor, más bien parecía enojada.

-¿Quería verla? ¿no?...solo que en este lugar no puede atarcarme ni yo a usted...-Su familiar simplemente se echó frente al príncipe, cruzando las enormes zarpas y observándolo con pasmosa parsimonía. Mirtros jadeó ligeramente y bordeó a su famliar acercando unas de sus manos y tironeándole de un cuerno a la tercera cabeza. Esta negó ligeramente pero le bastó una mirada para quedarse centrada.

Se cruzó de brazos, apoyándose algo revelde en su hidra. Sus ojos seguían cristalinos pero ¿podía importarle a alguien?. Una lengua serpentina lamió ligeramente aquellas lágrimas, pero siete cabezas intentaban en vano acurrucarse en un solo punto, gruñendo algo molestas y permitiéndole a las tres principales dar pequeños toques con el hocico a su amo-amigo.

-Lo de león amaestrado es un completo absurdo...me sigue aburriendo.-dijo sin más con evidente enojo en su mirada y testarudo en buscar más respuestas.-Ha sido el único capaz de encontrar el fallo que tuve con mi familiar, le pedí perdón a mi hidra por lo que usted dijo y entendí que tambien tiene sentimientos. No sé como ha sido capaz de valorar de ese modo a mi familiar con semenjante teoría generalizadora. Generalizar sería el último recurso de un despechado pero no de una persona centrada...Ya ve, algo tan simple como una pequeña conversación en el jardín de palacio. Si es que no mentía sobre sus valores y el que me intentaba manipular era usted, con respecto a mí ahora si lo está haciendo...Explíqueme ese pequeño detalle, por favor...sus contradicciones, si no es mucho pedir.

Spoiler:

Había cosas luchando dentro de él... la que se reflejaba ecuánime pese a las lágrimas y los ojos rojos del demonio y la que sentía su pecho ser estrujado por eso mismo, por una vocesita que, a la par, parecía pedir disculpas, justificarse y, también, enfrentarlo.

No quiero esto... fue el suave susurro en sus pensamientos, uno que no alcanzó a llegar a sus facciones cuando presenció la invocación de la imponente hidra y su fuerte rugido para el cual, la reacción más natural del ángel, fue abrir un escudo de protección, cruel, quizás, precisamente por haber sido invocado más por instinto y sin pensar, reflejando mucha de esa desconfianza que ya antes sus palabras parecían haber hecho evidentes. Pero no se echo para atrás, sino que sus ojos acerados se mantuvieron firmes sobre los del animal, ignorando incluso esa parte de él que...

Su boca permanecía sellada, pero el palpitar de su corazón parecía acelerado, angustiando en cierta forma, casi suplicante, pero eso era algo que nadie más que el mismo Cromwell podía notar... hasta que esa mirada que se había mantenido casi fría había cedido, por momentos, para mirar al punte sobre el que estaban, bajando, quizás no su rostro, pero si las platinadas pestañas.

Cuando separó los labios, estos se sentían como si hubieran estado sellados, pegados entre ellos como con engrudo:

"Tengo que proteger lo que es preciado para mí" las palabras salieron sin pensar "Si confío en ti, si los dejo seguir confiando en ti, bajarán la guardia con otros demonios, unos que no pueden ser como tú"

Apretó los dientes y los puños con rabia contenida, porque sus palabras dejaban notar que ponía a ese demonio en específico en otro plano, en uno donde sólo estaba él, Mirtros, y ningún otro, y saberlo... le daba rabia... Sebel estaría tan molesto con él si supiera que se estaba dejando manipular por uno de esos seres, parecería un hipócrita frente a todos, por eso... también estaba poniendo demasiado en riesgo, pero ¡necesitaba una razón para alejarlo antes de que...!

"Tu sola existencia me molesta..." al final las emociones habían tocado su voz, y el enojo y la molestia que se habían dejado escuchar en la voz de Mirtros poco antes, ahora se sentían reflejados en su voz "No quiero sentir consideración por ti, ni deseos de halagarte, ni preocupación por si estás bien... no quiero verte como parte de Heaven"

Pero... ¿eso no implicaba que ya lo estaba haciendo?

No quiero esto... detenlo...

Spoiler:

No lo culparía al ver como invocó su escudo, practicamente había sido la reacción de Ezequiel cuando le presentó a familiar. Solo que con una pequeña diferencia de esta vez, la anterior la hidra estaba en proceso de entrenamiento y Mirtros para esos días no había practicado aún lo suficiente con ella. Aparte de todo aquello estaba accediendo a parte de los pensamientos en Cromwel, era algo que sucedía cuando alguien se alteraba demasiado y dejaba libre parte de sus pensamientos. De algún modo deseaba que fueran escuchados incosncientemente.

-¿Eh?...-amplió su campo de visión al escucharlo, como lo diferenciaba de otros. Confuso no pudo evitar que otras lágrimas descendieran por su rostro y se las limpió enseguida algo molesto consigo mismo por dejarse llevar de ese modo.

Ya casi parecía preparado para escuchar de casi todo sobre los de su raza o su propia persona. Y todo tan solo por tratarse de un demonio. Conocía ese rechazo perfectamente, el propio conde y padre de Ezequiel, a pesar de darle aquellos estudios igual que al ángel siempre lo mantuvo en un plano inferior por tratarse de un demonio. Y sin embargo, cuando salvó a sus padres de las garras de la muerte todavía y hoy en día se seguía preguntando por que lo había hecho.


-Pero yo...¡yo ya soy parte de Heaven!...-Sus mejillas le ardían fuertemente y su corazón le respondía extraño, todo era demasiado extraño y confuso para él. Entendía que lo apreciaba y eso había frenado su creciente enojo. Pero no otra parte del del seguía bloqueada y no sabía exactamente hacia donde dirigir sus ideas como frenarlo. Algo en su interior lo empujó, terminó esa distancia entre ambos y para sopresa suya misma se oyó un golpe seco.

-Y me haces daño.-Murmuró con la voz temblorosa agarrando con pesar su propia muñeca después de aquel tortazo. Pero nunca imaginó ver al principe así, no podía parar de llorar por el motivo que fuera. Su mirada seguía cristalina, sin pensarlo dos veces lo abrazó fuerte por cintura y buscando del calor ajeno apoyó la cabeza en el pecho del mayor, escondiendo allí el rostro.

-Eres un cobarde, te prometí estar a tu lado, te juré lealtad y a pesar de todo tienes miedo. Lo que no voy a permitir es que el gobernante de Heaven mienta a uno de sus súbditos...-murmuró suave y negó bastante necio con cambiar de opinion.-Yo soy uno más de los tuyos, tú me lo dijistes...he cumplido con mi deber y eso no puedes negarlo...no puedes mentirme, no puedes pretender que rechace todo aquello en lo que tu mismo me has hecho creer.

Spoiler:

Estaba tan... ensimismado peleando con esa ambigüedad que empezaba a gestarse en su interior que apenas y podía mantener a su cuerpo a raya de reaccionar de formas más violentas cuando fue una fuerza exterior la que le hizo voltear el rostro y apretar con más ganas los molares...

Su mirada ni siquiera se fijó en el capitán, y tampoco se movió de su sitió cuando lo abrazó por la cintura y lloró, casi sollozando contra su pecho. Lo oía, pero se resistía... tantas teorías, tantas malas experiencias, tantas creencias, tantos miedos y ahora veía ese... ¡ese demonio a pretender que nada de eso importaba! A llorar en su pecho como su fuera otro más de sus hermanos y hacerlo sentir como sí... como si realmente...

Entre ellos se abrió una brecha que creó al abrir un campo de protección para alejar a Mirtros de él. Su rostro seguía desviado a un lado y sus hombros estaban tensos, tanto que parecía que en algún punto empezarían a temblar. Las palabras ajenas resonaban en sus oídos con insistencia y sus labios soltaban suaves jadeos porque en su pecho se sentían gotitas cálidas donde habían quedado los rastros de lágrimas que parecían doler por sí mismos como navajas contra la piel.

¿No era la naturaleza de un ángel tratar de proteger? Quizás por eso dolía saberse la razón de que ese ser del otro lado de su barrera estuviera llorando, pero iba a traicionarlos en algún punto, lo sabía, era la naturaleza de los de esa raza, era... Era algo que también le estaba haciendo daño, entonces, ¿por qué sentía la vista empañada por él? ¿por qué había borrado también la barrera? ¿y por qué su mano se extendía con la añoranza de borrar las lágrimas que caían de esos ojos turquesa?

Aquella brecha que abrió entre ambos y el temblor de la tierra hizo flaquear sus pies pero logrando mantener el equilibrio. Lo observó con cierto asombro y las lágrimas cosquillearon en sus mejillas de nuevo, ya no había nada para frenarlas. Con el ceño fruncido se las limpió inutilmente, el borde del lagrimal estaba tan humedo que cada vez que parpadeaba otro caudal de sal descendía y a pesar de todo su corazón lo seguía empujando a buscar, a creer en algo que parecía invisible a los ojos. Obtinado como el que más, el gobernante no lograba convencerlo de que se fuera y mientras solo intentara apartarlo por ser un demonio no podría.

-No pienso rendirme...-murmuró ensimismado y ahora ausente, ni cuenta se dió cuando Cromwel desvaneció la barrera y alagarba peligrosamente su mano para limpiar sus lágrimas. La hidra en un gesto sumiso tan solo inclinó sus cabezas y observó la escena de reojo, parecía resignada pero no se sabía con quien.-No sé a quien pretendes prevenir y de que...ni siquiera apoyo el mestizaje. En realidad mi ideales son bien sólidos, por eso no acepté el pacto...podré ser amigo y confidente de un ángel, pero nunca...


Sus ojos se abrieron como dos platos disminuyendo al límite sus pupilas demoniacas sonrojándose violentamente. Si los dos pensaban igual, ¿cual era el inconveniente? se lo recordaron con un simple gesto. Como si un huracán huviera sacudido todos sus pensamientos su mente quedó en blanco, completamente shokeado al sentir aquel tacto en su mejilla. Tuvo el impulso de tomarlo por la muñeca e invitarlo a permanecer allí, silencioso y confuso, sin nada más que decir. Sus labios temblorosos no cuestionaron nada, tan solo buscó la mirada del príncipe, que Cromwel hiciera algo rápido, lo que fuera, pero que no pensara antes de arrepentirse, por que sabía que lo harían, tarde o temprano.

"¿Por qué eres tan insistente?" la pregunta parecía más un pensamiento en voz alta, un rezo para uno mismo que no se suponía que alcanzara voz o sonido en el viento que pudiera llevarlo a oídos de otro y, sin embargo, había salido y había surcado ese pequeño tramo entre ambos como deseando, anhelante, en esa voz baja y casi ronca, acariciar los oídos ajenos.

Sintió las gotas cálidas que, con la brisa, pronto se volverían frías en las yemas de sus dedos, pero que quedarían como rastro mientras la caricia bajara, sin saberse caricia por si misma, por el fino rostro del albino hasta donde las lágrimas se perdían, a la altura del mentón, recorriendo ese mismo camino triste y salado donde las gotitas se agrupaban para caer después al suelo, suicidas, llenas de sentimientos y pensamientos condensados al punto de hacerse materiales, líquido...

"Siendo tan firme... ¿por qué reaccionas así?"

Sintió miedo de pronto, demasiado, como su por un momento, sin querer, hubiera derribado una barrera que le había hecho sentir una sensación conocida y le hizo retirar su mano al sentir que invadía eso sentimientos sin consentimiento ajeno, pero era tarde, la sensación se había quedado en sus dígitos, en su pecho, clavada como daga, fría y a la vez... rodeándose de sangre que llenaba la herida.

Si era.... si...

El mismo sintió deseos de arrancarse ese algo del pecho al tiempo que se llevó la mano que había recogido esas lágrimas a la altura del corazón, donde sentía ese pesar, y tuvo que bajar la mirada, porque sólo podía pensar en un alguien en ese momento. ¿Cómo era posible que de entre todos fuera un demonio, ¡un demonio! el que le recordara a su pecho esa sensación?

Lo observó fijamente cuando le hizo aquella pregunta, pero simplemente no encontró respuesta en aquel instante. Habían tantos sentimientos acumulados en su pecho que no sabía cual de ellos ojear. Sin embargo algo en su interior se había calmado y el llanto silencioso que mantenían sus ojos se frenó poco a poco como si una simple caricia fuera la cura. Tan solo un simple gesto.

-Que sea firme no quiere decir que tenga dureza para reprimir mis emociones...supongo que alguien como yo es difícil de catalogar...-murmuró de pronto y tan bajo que la hidra tras él dió un ligero respingo que llamó su atención. Notó un molesto empujón que le hizo soltar sus manos de las se Cromwel y notó un enorme nudo en la garganta. Su primera reacción fue pasar la yema de su dedo bajos los ojos y notarse un pequeño bulto, los ojos le dolían y se notaba los párpados ligeramente inchados de llorar tan seguido.

"Grrr..."

-Mmmh...¿Que voy a hacer contigo?...-murmuró de pronto observando al otro con una sonrisa cálida. El príncipe daba la impresión de seguir tenso pero más calmado.- Necesito que te tranquilices, que te controles...sería más sencillo hablar para mí...pero sin embargo cuando intenté comprender que pensabas te alteraste, no leí tus pensamientos, nunca lo hice.

Se llevó la mano a su propio pecho sabiendo demasiado bien lo que le sucedía, pero se preguntaba si después de aquella fuerte discursión entre ambos Cromwel estaría preparado para escucharlo. Mirtros pensaba demasiado y eso no siempre era bueno, tan solo se había vuelto a sonrosar.

-Precisamente por que quiero protegerte, algo me dice que de haber echo ese pacto te alteraría más.- negó de pronto y lo observó, dió un ligero paso hacia atrás como medida de precaución ignorando el empujón de su famliar. La hidra sin embargo parecía molesta, ¿y donde estaba la respuesta de por que Mirtros huía? había sido el comienzo de todo aquello y el pobre príncipe aún no sabía que continuaba ocultándole, pero tan solo con verle huír como corderito asustado era suficiente para saber que solo se le podía sonsacar presionándolo. Simplemente no tenía remedio, por suerte sus reacciones a veces podían delatar una parte.

Spoiler:

Por un momento no estuvo seguro de si Mirtros le hablaba a él o a su hidra. ¿Qué haría con ella? ¿qué haría con él? No es como que pudiera simplemente bajar la guardia frente a uno de los de su tipo, y sabía que en parte estaba predispuesto a tomar ciertos comentarios de otras razas para mal que, de venir de un ángel, quizás no haría, mas...

Frunció ligeramente el ceño, manteniendo la mirada en algún punto del puente donde no se encontrara el capitán, porque un lado quizás más inocente dentro del ángel confiaba mientras que todo el resto de su persona se resistía. Ese lado inocente y hasta ingenuo de su persona había sido siempre el más confiado, entregado y también, el más lastimado... Y a la vez había sido siempre suficientemente fuerte para mantener una promesa, un recuerdo, una esperanza a la que simplemente no iba a soltarse nunca y que lo mantenía en pie. Y le molestaba al resto de su ser ver ese mismo reflejo de ese ángel adolescente en el demonio, en esas promesas que se rezaban mudos "sin importar qué...".

Y pensar que pudiera ser por razones similares, que sentimientos de esa edad se vieran reflejados en otro joven soldado aparentemente dispuesto a aceptarlo todo por...

Negó a sus pensamientos, y se reprendió una y mil veces por siquiera considerar ponerlo en el mismo plano que a él y a sí mismo a...

Volvió su mirada al demonio a tiempo sólo para verlo dar un paso hacia atrás y la aparente reacción en su familiar por aquel acto, por lo que reaccionó dando él mismo un paso al frente, hacia él, sin decirle palabra, sólo... mirándolo a los ojos, indagando en esas reacciones... a una parte de él le molestaba que Mirtros llorara y huyera.

Spoiler:

Estaba tranquilamente hablando y esperando una respuesta por parte del príncipe, pero para su sorpresa, recibió de todo menos palabras, como si todo aquel diálogo al otro le huviera parecido un simple parloteo. El demonio estuvo a punto de reclamarle algo, pero los ojos fríos como el acero tan solo se había apartado del como si desde minutos atras el otro personaje meditara en solitario, como si Mirtros simplemente no estuviera ahí.

Dió un fue fuerte sobresalto y se esponjó como una magdalena al verlo seguirlo, sonrojándose violentamente ante la escrupulosa mirada del mayor.

-¿QUE?¡...-tenerlo ahora así frente a él lo volvió a paralizar unos segundos y su mirada se movió nerviosa buscando algo, parecía asustadizo, como si aquel gesto por parte del otro lo tomara a reproche. Y era exactamente eso ¿un reproche, regañina silenciosa tal vez?.

Frunció el ceño colérico, no tardó en apretar lo puños hasta casi sentir que se clavaba las uñas. ¿Con que derecho lo ignoraban de aquel modo? Maldito témpano de hielo que todo lo puede, definitivamente no le iba a consentir aquel desplante. Le hizo frente en una lucha silenciosa de poderes, el albino no se iba a salir con la suya, claro que no...Los ojos turquesa cambiaron, su color azulado menguaba peligrosamente a uno amarillento.

Las siete cabezas de la hidra no tardaron en percatarse y se alzazon alerta tras Cromwel, no consideraba que ese fuera el método para decirlo.

-Grr¡¡...¡TE AMO!!...¿y que más da?...¡¡para sacarme de Heaven tendrás que matarme!!...-sentenció finalmente, simplemente no renunciaría a su vida en aquel lugar y aquella ignorancia se la tomó demasiado a pecho y claro.-¿Mmm?

Otra vez esa horrible sensación, la misma que con Ezequiel, había pasado de apegarse a un ángel para enamorarse de otro, ¿pero quien podía culparlo?, entonces se dió cuenta de que estaba solo. Sus padres no entraban en aquel plano y su corazón lo traicionaba. Su mirada se humedeció en un segundo en una expresión de infinita soledad, giró sobre si mismo y corrió lo más fuerte que le dieron sus piernas.

-Desaparece...-murmuró a su familiar, su hidra gruñó enfurecida mientras se desvanecía del plano astral.

Notó las reacciones del cuerpo ajeno, violentas desde aquél grito que demandaba alguna respuesta con una pregunta poco clara. La tensión en los hombros y puños ajenos era más que evidente y se remarcaba en un ceño fruncido y ojos que por un momento parecían pronosticar todo lo que un demonio era, a su parecer, muerte y deseo de sangre.

Instintivamente se había preparado para abrir un escudo de protección si era necesario, pero ningún escudo pudiera haberlo protegido de las palabras liberadas por la boca ajena: "¡Te amo!... ¿y qué más da?"

La expresión de genuina sorpresa se dibujó en su rostro y el sonido de golpeteo, latidos, había llegado hasta sus oídos como la bomba que había sido soltada por los labios del demonio. Sorpresa, miedo y... Coraje. Sí, coraje en forma de molestia que le hacía a él mismo apretar los puños hasta dejar sus nudillos blancos y adornados con pequeñas chispas, como truenos.

¡Y se atrevía a correr después de eso!

Apenas y había alcanzado a mirar al imponente familia cuando había gruñido para verlo desaparecer. Pero el dirigente de Heaven no se iba a quedar así. Sus blancas alas de dejaron ver tras su espalda y tras flexionar las piernas para darse impulso, buscó adelantarse e interponerse en el camino del capitán aterrizando frente a él, con mirada severa y voz demandante.

"Repite lo que dijiste..."

Simplemente no quería verlo más, le suponía una tortura su simple presencia y ahora Cromwell debería hacerse la idea de que él sería el ignorado. Corrió con todas sus fuerzas con su familiar ya en otra dimensión , simplemente no quería verlo, alguien a quien servir y jurarle lealtad como él hizo no debía siquiera permitirse el lujo de dudar de sus intenciones. Mirtros no era el auténtico demonio en aquella ocasión.

-Ugh¡¡...-Tropezó de golpe y porrazo contra el pecho del mayor, siquiera había escuchado sus palabras cuando dió un paso atrás, observándolo con sorpresa frente a él.-¿que repita el que?...nng... ¡ni hablar!...¡mejor se lo escuchas a un ángel!.

La sola idea de verse junto a él le parecía una auténtica locura aunque por un momento sintió celos de lo que el mismo estaba diciendo, ¿quee diablos? nunca apoyaría el mestizaje y aunque odiara a los de su raza eso no quería decir que...que...De pronto lo empujó a un costado para apartarlo de su camino.

-Agradecido deberías estar de que trate de olvidarte, no es complicado de entender...-el estruendo de la cascada llegó a sus oídos, estaba tan ensimismado que no vió aquel límite a tiempo mientras intentaba alejarlo y dió un paso en falso. Antes de darse cuenta estiró el brazo para agarrarse de lo que fuera sin éxito, notando la nada en sus pies mientras caía.

- Kiaaaaaaa¡¡...

Spoiler:

¿Si mejor se lo escuchaba un ángel? Claro, porque las connotaciones para esa frase de la boca de un ángel eran muy distintas, mucho mas inocentes, cuando se trataba de ángeles que no se hubieran desviado del camino, pero ahora venía este... este demonio atrevido a confesar algo como eso y luego decirle que debería agradecer que hubiera tratado de olvidarlo. Agradecido hubiera estado si ahora no sintiera una tremenda incomodidad por sólo imaginar la clase de pensamientos del que ese demonio lo hubiera hecho participante...

Se quitó cuando trato de correr, más bien forzándose a no moverse y contenerse de actuar en respuesta a sus palabras de una forma no necesariamente dulce, aunque el sonar de un grito lo hizo reaccionar, quizás como lo haría para cualquiera de sus hermanos, abriendo un campo de protección al rededor de aquel que había gritado para evitar la caída y empujarlo de vuelta al puente mientras él mismo se acercaba a pasos relativamente tranquilos.

"Debería empezar a tener más cuidado, capitán"

Vio una luz expendirse y frenas su caída, aterrizando por fin en algo llano. Notó que intentaba subirlo y salvarlo de una muerte segura, nadie sobreviría a semejante altura. Pero estaba tan ensimismado que sus sentimientos comenzaron a manejarse por sí solos. Aquel campo de fuerza que el príncipe había creado poco a poco lo elevaba de salvo el puente y de rodillas observaba con asombro el agua descender y provocar aquella niebla que no le dejaba ver el final.

-¿que pretendes?...-murmuró ensimismado, casi deseando rasgar aquel escudo que ahora lo protegía de sí mismo y terminando por abrazarse a sí mismo. Algo estaba sucediendo, el escudo comenzaba a flaquear y su luz parecía estar siendo forzada a desvanecerse. Mirtros sin darse cuenta estaba invocando los poderes de las sombras con una fuerza desconocida, bloqueado en su propio mundo para no ser dañado.- Tan solo aléjate...

El sello fue roto y simplemente lo caer al vacío, Cromwel necesitaría algo más que un escudo para salvarlo esta vez.

¿Por qué todo lo que involucraba a ese demonio tenía que ser complicado? ¿por qué todo tenía que suponer sacrificar algo entorno a él? ¿no se suponía que odiaba a los de su raza? ¿eso no le daba sólo más motivos para dejarlo morir y quitarse de problemas?

Y aún así, aunque reprochándose internamente por eso, sus alas se abrieron una vez más para elevarlo, sólo para dejarse descender en picada para alcanzar al demonio que parecía rodearse de esa fuerza oscura que, tan sólo teniéndola cerca, a Cromwell le provocaba nauseas...

Su postura le ayudaba a cortar el aire y aminoraba la resistencia, lo que le hacía descender a mayor velocidad que el otro, y alcanza a meter los brazos debajo de él antes de maniobrar en el aire para no lastimar a ninguno de los dos por el cambio brusco de velocidad y, sin embargo, poder ascender, apenas a centímetros de que ambos tocaran la parte baja de la cascada.

Se cubrió y cubrió también a Mirtros con un campo para no chocar contra el suelo, al ver que era mucho más factible buscar un lugar en el cual reposar ambos abajo que tratar de volver al puente. Claro que al hallar tierra que chocó contra su campo, apenas aterrizó, sintió la real tentación de sólo dejar caer al demonio de sus brazos.

Odiar a los demonios lo mantenía en secreto, nunca lo confirmaba y tampoco lo negaba, simplemente lo dejaba en duda siempre que podía. Puede que ni él mismo estuviera seguro de lo que realmente quería y menos en aquel instante, pero algo si tenía claro, Heaven era su hogar.

¿Como podía ser tan idiota? él no deseaba morir y sin embargo había roto aquel escudo del gobernante que intentaba ponerlo a salvo, era su -extraño y desquiciante desprecio- lo que le había evocado todo aquel odio, la incertidumbre de no poder averiguar que pensaba realmente de todo aquello. Cromwell no estaba siendo sincero, sus labios parecían estar cocidos por el desdén.

-...-estaba seguro que el otro no deseaba su muerte pero le dolía demasiado el resto de su actitud, no lo soportaba. Silencioso quedó cuando lo tomó en brazos, en un intento de salvarle la vida o más bien de sí mismo, de su bloqueo. Cuando tocaron suelo una parte del no deseaba que aquel contacto se perdiera pero la otra sí. Por reflejo se agarró al albino, notando su respiración cerca y sus rebeldes cabellos acariciando parte de su cuello cuando de movió.

Permaneció silencioso y con los labios entreabiertos, sus lágrimas volvieron a humedecer la camisa de Cromwel pero no decía nada, solo permaneció allí aferrado. Al menos su poderes oscuros se habían menguado. La cercanía del mayor parecía ser su medicina y al mismo tiempo su emfermedad, no podía pensar con claridad cuando lo tenía cerca.