Let me Fall....

Le sorprendió la reacción de Maximilian, pero una parte del sabía por que aunque le costara reconocerlo, era demasiado obvio lo que al espíritu aguerrido de Ezequiel se le antojaba en negar. Iba a ser realmente difícil sacar de sus trece a ese ángel para que admitiera quien llevaba el control, tenía demasiados defectos, demasiados temores internos, sentía que su mundo interior estaba siendo invadido por ese sentimiento y...era como una cebolla con muchas capas. Lo observó con recelo y sonrosado, daba la impresión de que Maximilian fuera una especie de amenaza y lo pusiera nervioso.

-Yo...bueno...aún no lo tengo definido...solo digo...-apretó más la mirada observando tenso el beso al torso de su mano. Algo no andaba bien en Ezequiel. Estaba nervioso y parecía ir a peor, en su mente estaban surcando cosas a las que no estaba acostumbrado y era increíble lo que algo tan simple provocaba en él.

Se sobresaltó ante el gesto del mayor, notando aquella subción en su muñeca y quedando espectante al sentir la calidez de su mejilla. Moviendo sus propios dedos ante el suave contacto, dejando caricias. Se logró calmar despacio, su expresión cambió a una de pena ante los dulces gestos del demonio, se sentía débil cuando lo miraba así.

-Mmm...-lo observó silencioso, con una clara preocupación en su mirada y un brillo especial. Era un completo ignorante en el amor, por una vez no sabía que decir ante aquel sentimiento y tan solo analizaba , su mano se mostraba temblorosa y los nervios a flor de piel. Las alturas, todo estaba bien, realmente su reclamo era estúpido pero parecía necesitar una excusa.

-Esta bien... no es algo que tenga importancia ahora.- Dejo aquella mano en esa posicion, mirandole, era toda una revolucion lo que acontecia en el rostro del angel, en las reacciones de este. Deposito un beso en la palma una vez mas antes de soltar aquella mano, aferrandole por la cintura suavemente.

-Que sera de mi ahora?, que sera de ti?, justo ahora, justo esto.-

Menciono quedamente, un susurro solo para el angel, ahora que estaban en aquella posicion tan intima, tan cercana el uno del otro, un par de angeles habian pasado cerca de la pagoda, el vuelo uniforme de estos llamo la atencion del demonio haciendole surcar un par de preguntas. Miro al rubio con esa mueca enamorada y tranquila.

-Ezequiel, Ezequiel... tienes que responsabilisarte de hacerme romper mi promesa.-

Seguía confuso pero no tenía sentido seguir dándole vueltas sino sabía que desición tomar, era mejro tomárselo con calma. Algo lo sacó del trance, un moviento que no esperaba.

-Maxi...-se apenó al notar sus cuerpos más cercanos al ser abrazado firmemente, entrecerrando la mirada enternecido y dejando posar ambas manos sobre el pecho ajeno por reflejo. Se apenaba, pero le gustaba tanto tenerlo así para él que casi podía afirmar con seguridad que se olvidaba del pasado.-Yo..no...

Iba a responder a la pregunta cuando le distrajo el vuelo de aquellos ángeles, volteando a verlo de nuevo, se sentía realmente raro, pero una parte del, esa que ya había tomado la desición estaba más tranquila. Aunque no tardó en hundir la mirada cuando escuchó lo siguiente, olvidando la clara preocupación que le había causado la primera pregunta y apenas sonrosándose ante la seguridad que mostraba esa sonrisa en el ajeno.

-Espera un momento... mmh... tú también debes responsabilizarte de haberte antojado en estar conmigo...no es algo que yo apoyase desde el principio.- le reprochó y con claros motivos, acurrucándose de nuevo en otro y notando su corazón agitado ante las nuevas sensaciones que experimentaba. ¿acaso podía culpar a Maximilian de haberse enamorado?- Estaría bien empezar por hablarme de tí...del Maximilian de ahora pero antes quería saber, un poco más de esa promesa...

Susurró un poco más bajo su última frase, observándolo.

-Yo me responsabilizo de mis cosas, eres tu quien parecia mas reacio a responder cualquier cosa.-

Mentia deliberadamente, el mismo tenia esos sentimientos confusos, las ideas mezcladas, los vestigios de culpabilidad que anidaban en su interior, aquella profunda y lejana voz que gritaba en su mente, el error de aquellos recuerdos, el enamorarse de un angel, eran cosas que suponia no debia repetir y sin embargo, ahi estaba el sentimiento que nacia lentamente de esas semillas que llamaba deseo, el acoplamiento de las auras, de aquella curiosidad nata, quiza de algo mas era lo que alimentaba a ese diminuto y creciente deseo.

-Promesa... mas que una promesa es un recordatorio de algo que me dije a mi mismo.- Acaricio el rostro ajeno con la mirada perdida, observaba aquel rostro, pero al mismo tiempo veia mas alla de ello.- Que quieres saber de mi que te cause mas curiosidad, veremos si puedo responder honestamente.- Canturreo movido por el deseo de molestar un poco al angel.- Pero tambien tendras que dejar que mi curiosidad sea saciada.-

Acaricio la espalda, el sitio donde intuia nacian las alas del mas joven, lento y pausado recorrio la textura de la ropa, marcando el cuerpo bajo la misma.

-Esa doble alada que tienes, como fue que lograste controlar el vuelo?-

Promesas, promesas, se las llebava el viento sino se hacían con el corazón en un puño o ya no podían cumplir por que el destino se encargaba de romperlas.Estaba seguro que la promesa era volver a enamorarse, algo que ya llevaba cuestionándose interiormente desde antes y tomando en cuenta todo lo que había dicho. En fin, era algo sencillo imaginarlo. Enarcó una ceja, suavizando la expresión ante la caricia en su rostro y como la sentía impregnada por más tiempo en su piel.

-Honestamente tengo varias preguntas, pero quiero ir despacio.-Le sonrió cándido escuchando como canturreaba el demonio, ¿estaba feliz?. Lo observó, notando la caricia en su espalda y apegándose ligeramente más al otro por el suave empuje, notando un poco más de cerca su respiración. Se volbía a sentir extraño, más dulce de lo acostumbrado pero debía reconocer que era agradable.

-Bueno, fue algo complicado...llegaba a tropezar con ambas, solo hasta que descubrí que debía batir las alas en direcciones distintas...-comentó mirando de soslayo a donde sentía aquella presión.- y teniendo en cuenta el elemento que manejo, me ayudé un poco de este...aparte tambien recibía clases...hum...-la mirada avellana se entrecerró, sonriéndole divertido.

-¿Quieres verlas?...que cosnte que no las suelo mostrar en público...-aparte que con lo que estaba pasando con los ángeles puros, andaba más cauteloso, sería una pesadilla sentir aquello en su espalda. Sacudió la cabeza de pronto y observó al más alto, sin embargo no hubo expresión en su rostro que mostrara sus emociones. En cambio, no le costó sonreírle dulce- Bueno, dejémoslo para otro día...¿te parece si hablamos de tí? tus jovis...por ejemplo, ¿que sueles hacer en tus ratos libres?

Leyo algo en esos ojos, temor o precausion, que eran sinonimos de desconfianza, podia culpar al angel por semejante reaccion, no era creyende de la intimidad referente a las alas, muchos las usaban indiscriminadamente e imaginaba que las razones del rubio por mostrarse distaban por mucho de algo relacionado a la intimidad, segun recordaba, en su arrebato anterior, las solidificaba con tal facilidad y naturalidad que era seguro les daba un debido uso.

-Mis hobbies, por cual debo comenzar, mi tiempo lo desperdicio irracionalmente, movido mas por un deseo al deshacerme del aburrimiento que realmente por gustar de algo en especial.- Apunto pensativo, acariciando aun la espalda, el acercamiento de Ezequiel, fuera causado o por instinto lo insentivaba a continuar el reconocimiento mas compenetrado entre ambos.- Los paseos, me agradan mucho los paseos, me permiten observar con tranquilidad toda la belleza que nos rodea.-

Estaba a gusto con el demonio, pero Ezequiel no solo se mostraba reacio a mostrar sus alas en público por saber de otros que no las tenía y lo miraban de esa forma que no le gustaba, era simplemente que no quería recordar en ese instante. Sonrió incentivado por ese toque en su espalda enarcando una ceja cuando le mencionó que casi adoraba perder el tiempo, o más bien tener tiempo que perder.

-Leer...también te gusta leer...-comentó entretenido por su respuesta.-Te conocí en la biblioteca, supongo que igual que el príncipe de Hell, demasiado tiempo libre...-se escabulló con una facilidad increíble del abrazo y con sonrisa traviesa dirigio su pasos adentro de la pagoda, dejando a desición del demonio seguirlo o no.-Jajaja...¿Me pregunto a quien habré conocido realmente?.

Preguntó sereno y adoptando una actitud más seria mientras dirigía su mirada a un retrato. Paro cerca del, contemplándolo con más fijación mientras se cruzaba de brazos, y dejaba descansar el mentón en el puño.

-Mmm...supongo que ahora mismo no te importa lo que otros piensen de tí.

-Ezequiel... leer es algo mas que solo gustar o algo para matar el tiempo, absorber todo el conocimiento de este mundo es una de mis pasiones.- Le siguio con paso lento, no dejaba pasar ni un solo detalle del angel, la sonrisa dibujada en esos finos labios tentadores, los pasos elegantes y ligeros que daba el mas esbelto, los cabellos dorados bailando sutilmente acompañando y perfeccionando el todo, aquel perfecto cuadro de Ezequiel. - Es una de mis contadas pasiones.- Le observo intensamente.

No tardo en darle alcance, dejando un sutil espacio de 3 pasos entre ellos, miraba en primera instancia lo que parecia tener la atencion del angel, observandolo de reojo ante la nueva postura, que casi le daba un aire pensativo u ocurrente segun como se le mirara, ese angel era sencillamente un misterio, uno que le atraia cada vez mas, era por esa razon que quiza deseaba no encontrarse con el, jugando con la misma parte que le pedia a gritos ese contacto.

-No, no tiene importancia para mi lo que otros piensen de mi, es irrelevante en estas alturas.- Respondio escuetamente intrigado por el significado de aquellas palabras

No sabía por que, pero se imaginó una esponja cuando Maximilian le comentó lo de absorver el conocimiento de los libros. Sonriéndole grácil por ello, por muchas cosas, le gustaba tener cosas en común con él por que podían compartirlas.Lo ojeó un instante ante sus últimas palabras, por suerte su sonrosado solo fue momentáneo.

-Tiempo atrás estuve investigando con un buen amigo llamado Michael para averiguar como despertar a Remil, pero hace bastante que no sé de su paradero...una lástima...por que si supiera con quien estoy se llevaría una grata sorpresa. -le dió un cariñoso toque en la nariz.-Lo que me preocupa son sus planes revolucionarios... parece tener ideales parecidos a los tuyos, sobre las normas de Heaven, aunque tambien discute las de Hell...-hizo una mueca de resignación.-todas en realidad, ninguna le agrada por que busca igualdad para todos...me pregunto sino estará metido en algún lío con ese afán que tiene de superhéroe, ya le aclaré que no podía proteger a todos al mismo tiempo.

Jadeó con resignación y obviamente preocupado, recordaba al amable demonio de vez en cuando.

-Es como si todos a mi alrededor desaparecieran misteriosamente.

Es decir, tenía que buscar a tres personas, Remil, Michael y Mirtros, definitivamente iba a necesitar toda la ayuda posible y Devas podía ser un buen aliado.

-Es gracioso lo comun de ese nombre... conosco... conoci a un hombre con ese mismo nombre, un demonio hace mucho tiempo atras, con unos ideales encantadores y un sentido demasiado soñador, pero era un buen hombre.- Le acaricio el rostro cuando se percato de un poco de dolor en esos iris del color de la crema, dedicandole una mirada comprensiva y al tiempo una mirada de apoyo.

-Querido mio, hay algo que debes de decirle a ese demonio, puedes proteger lo que esta al alcance de tus manos, proteger algo mas alla de todo eso podria ser peligroso...-

Le beso la frente acariciandole los cabellos rubios, atrayendole de la nuca.

-Aquello que hemos perdido, tarde que temprano reencontrara el camino de regreso. Siempre debes confiar en ello. Aunque en ocasiones ir en busca de lo que nos es preciado es vital para nuestras almas y corazones.-

-Desde que le conocí me dí cuenta que teníamos muchas cosas en común, más de lo que el antepasado que llevo en mi interior es capaz de ver...-lo observó sonriéndole amable y hasta algo sonrosado, sintiendo las dulces caricias y tras escuchar lo de querido.-¿querido? supongo que deberé acostumbrarme a ese diminutivo afectuoso entre otros...-susurró con alegosía y escuchando atento y muy curioso el resto de lo que le decía. Cuando notó como lo atraía por la nuca, por reflejo agarró apenas la tela en la camisa ajena, cerca del vientre y notando la dulce y cálida respiración del ajeno.

-¿Y según tú? ¿que crees que debo decirle a ese demonio?...-de pronto le negó con una sonrisa en los labios que no parecía irse, al mismo tiempo que la nostalgia y la tristeza invadía ligeramente su rostro. Solo que estaba tan a gusto así a su lado que tampoco podía afirmar estar del todo triste por lo que estaba aconteciendo a su alrededor.

-Lo aprecio mucho, por que Michael Larrks me salvó la vida y en parte siento que tengo una deuda pendiente con él aunque....el mismo se antoje en tan solo verlo como un favor....ya te dije que es bien testarudo.-¿Y con quien estaba acaso no lo era? Entrecerró su mirada observando a "su" pelirrojo, podía afirmar que eran diferentes y sin embargo Maximilian le resultaba más intrigante y peligroso y Michael más sincero, alguien que incluso se mostraba enamorado era mejor cuidarse un poco las espaldas del mismo.-Algo me dice que estamos hablando del mismo, de alguien con un pasado interferido y obsoleto por culpa de Sebel.

-Michael... Larks...- La mirada se perturbo, pero el resto del rostro y el cuerpo del demonio no mostro la infinidad de pensamientos que le brotaron.- Michael Larks fue o sigue siendo un general importante en Hell, uno de los dos hombres que fueron los mas cercanos a Devas. 4 generales estaban dispuestos para el ejercito de Hell, esa persona lidereaba una de las grandes tropas.-

La suave respiracion del rubio le causo escalosfrios, sello aquellas palabras con un beso, gentil, caballeroso, acariciaba los labios de Ezequiel con los propios, tentando e invitandole a explorar dejo que su lengua se abriera paso en los labios del angel, saboreando aquella boca delicadamente, jugueteando con la serpiente rojiza de aquella cavidad humeda.

-Si te salvo la vida... me tiene en deuda en esta vida?- Se separo de aquel contacto, aun manteniendo la cercania, aspirando el aliento del rubio.- Sebel, cego muchas vidas para saciar su locura, afecto otras tantas, no me sorprende que Michael se aferre a esos deseos de cambiar las cosas, siempre fue un hombre idealista e ingenuo en algunos sentidos, pero le admiraba profundamente.-

Lo observó sorprendido al escuchar lo que le decía, bajando un poco la vista ante la suavidad de la tela entre sus dedos, tanteando tal vez en pequeñas caricias una parte de aquel cuerpo. Luego alzó la vista a verlo de nuevo, sonriendo suavemente.

-Ahora lo entiendo, ha vivido más de lo que imaginaba, eso quiere decir que tú eres más joven que él al nacer después...Entonces tus...-las mejillas se le sonrosaron de nuevo y sus ojos se abrieron de par en par al notar aquellos deliciosos labios sobre los suyos. Entrecerró su mirada antes que cerrarla, observando tierno los ojos dorados del ajeno mientras los sentía y le correspondía timidamente, solo hasta que notó aquella lengua y dió un respingo. Quedó en shock notando el resto de lo que le hacía sentir y sintiendo la necesidad de huír. Esa lengua, esa lengua otra vez...

-Tsk...espera¡...-frunció el ceño alterado y nervioso, observándolo fijamente como si debieran haberle pedido permiso. ¿ Debía?, bueno, aquel tipo de beso para Ezequiel era nuevo, era como un niño descubriendo nuevas emociones.-Tsk...no digo que no tengas que admirarlo, pero...¿la vida?...solo sé que necesito encontrarlo. El igual que mi hermano Mirtros, ninguno de los dos ha regresado.

Tragó notando un nudo en la garganta, puede que fuera gruñón por naturaleza pero aquello lo superaba y no podía dejarlo pasar.
-Oye...podrías mantener esa lengua quieta cada vez que me besas...Tsk...-se alteró aun más.-No es que no me gusten tus besos pero...pero...la lengua me pone de los nervios.

Spoiler:

-No fueron tus palabras esas?- Arqueo las cejas sorprendido y una risilla le broto de los labios del demonio tras lamerlos suavemente.- Te ayudare a encontrarlos, imagino que sera mas facil si somos dos los que emprenden la busqueda.-

-Pero, debes comprender que si no desean ser encontrados posiblemente no les hayemos.- Acaricio aquellos cabellos dorados, apartando algunos mechones rebeldes de los hombros del angel, los movimientos bruscos que el otro daba agitaban esas hebras doradas dandoles vida propia. - Estas preparado para eso?-

Una sonrisa torcida y maliciosa, acompañada de unos ojos amoroso y divertidos aparecieron en la faz de del demonio de cabellos rojizos - No te gusta mi lengua o no te gusta la sensacion alocada que provoca a ese corazon tuyo rejego que se quiere resistir a lo que siente?-

-Puede que Michael haya desaparecido por su propiavoluntad...solo tal vez...pero sea como sea, pienso averiguarlo.-comentó poniéndose más serio.-sin embargo no puedo opiniar lo mismo de Mirtros, lo conozco desde que era un huevo por que vivió conmigo, es un extraño caso de un demonio en Heaven.

Asintió agradeciendo el ofreciemiento del mayor por ayudarlo, sabía que solo por eso ya debería ser más consecuente con la ayuda. La mirada avellana se entrecerró con cierta malicia al escuchar al otro hablar tan seguro de sí mismo.

-Disculpa, pero tu mismo lo dijiste, despacio...¿no?-le recordó.- si es despacio para conocerte, tambien deberá ser despacio para intimar conmigo físicamente.

-No estoy acostumbrado al amor, por decirlo de alguna manera...y no solo al que se procesan dos personas que se aman. Siempre he sido bastante escurridizo para dejarme querer...me estoy esforzando por ser un poco mejor para tí.

Y a lo dicho, se sonrojó violentamente de nuevo, solo que en ese piel tan blanca destacaba mucho más y no precisamente a su favor. Su corazón ya latía como loco por Maximilian y lo había obligado a dejar de lado sus temores, por fin algo fuerte forzaba a Ezequiel a cambiar y dejar de ser tan distante con la gente. Pero al mismo tiempo tenía miedo de ser dañado, entre tantas dudas que por lógica asaltarían a alguien que ha huído de tomarle demasiado afecto a otros durante toda su vida. Todo culpa de su antigua reencarnación.

Arqueo una ceja, mirandole con cierta suspicacia, para terminar viendolo con un aire divertido, en verdad que ese angel le insitaba a sentirse como un jovenzuelo.El sonrojo en aquellas mejillas tan palidas y blancas como el papel le extasiaron y le sacaron una sonrisa aun mas descarada.

-Querido mio, he sido yo el que ha dicho que vayamos paso a paso, pero.- Le estrecho un poco mas contra si, como si evitara o previera que la doble alada le diera a su adorado rubio una posibilidad de fuga.- Es que tu puedes asegurar que no me estoy conteniendo y tomando literalmente lo que he dicho al pie de la letra?.-

La sonrisa ladina que se dibujo en aquellos labios, la mirada penetrante e intensa casi taladrando aquellos ojos de color claro examino el rostro ajeno, Maximilian en tiempo pasado podia hablar con honestidad total sobre los amantes que tuviera, no era algo pecaminoso en la mente del demonio, su experiencia basta le daba ventaja ciertamente sobre el angel, pero esa misma experiencia le propinaba la temple para aguardar el momento indicado, para no presionar demasiado a ese angel inocente y puro que tenia entre brazos, no mancillaria algo que pintaba para algo mas que solo una aventura ocasional, aun si el mismo se negaba el sentimiento de amor, Ezequiel era diferente de los otros con los que tratara, ese angel a un si pesaba sobre la conciencia de Maximilian, era especial.

-Sobre esos otros dos demonios que quieres y estimas y con los que estoy dispuesto a compartir tu corazon, te tienen tan preocupado... pienso que hay alguien que puede ayudarnos, aunque no aseguro que acepte de manera gratuita el prestarnos un poco de su sabiduria.-

-No sé, pero creo que no me acostumbraré a esa lengua...es demasiado íntimo.-se apenó de nuevo, negándole con la cabeza algo testarudo. Y dándose cuenta que con él había que ir despacio, no tanto por lo que le había dicho Cromwell de que los ángeles no necesitaban siquiera distinguirse en sexo, que no formaba parte de su naturaleza enamorarse. Ezequiel no pensaba de ese modo, solo era que los demonios tenían un modo de vida diferente. Alzó su mano y acarició con dulzura los labios ajenos, notando la suavidad de los mismos y al mismo tiempo vislumbrando la tentación en ellos.

Lo observó de reojo después de notar como lo estrechaba por la cintura, era cierto que tenía razón en aquello. A diferencia de lo ocurrido en la biblioteca Maximilian se mostraba más respetuoso con él y poco a poco, conseguiría ganarse un poco más la confianza del ángel.

Ezequiel por igual sabía que debía ser cuidadoso, por que realmente conocía muy poco de Maximilian y sus orígenes, quería saber mucho más del, con tantos años detrás aunque mucho menos que Michael . Se preguntaba mas o menos que edad podría tener cuando fué uno de los generales de Devas y este falleció. Justo ese tiempo que Maximilian era criado practicamente desde un huevo, había sido el mismo tiempo con el que el moreno contaba para poder superar aquella pérdida de la que tanto le había hablado.

-Esta bien Maxi, solo dime...-lo observó a los ojos un tanto preocupado al escucharlo.- ¿que pide a cambio?...aunque antes debo especificarte un poco como desapareció Mirtros.

Mordisqueo suavemente aquellos deditos delgados que tocaban su boca, apresandolos con los labios suavemente, arqueo una ceja sutilmente cuando le escucho aquello ultimo y una sonrisa picara y relajada adorno los labios gruesos del pelirrojo.

-Tienes plena seguridad en poner en mi el cobro de la ayuda?.- Entono la palabra cobro con un sutil cambio en la voz, sugestivo, incitador, lo poco que conocia a Ezequiel le adelantaba la reaccion en la mente, era acaso movido por eso?, debia de igual forma ir zanjando esa distancia entre ambos, sabia... sentia que era una mala idea, pero no podia parar ya las voces de su corazon las de su cabeza por mas que le intentara, si le arrastraba a tragedia poco podria hacer, solo el destino y nada mas que el podria salvarle de la agonia que suponia era su propia existencia.- Si es asi... cuando lo encontremos pondre un precio, dos cosas a escoger y el valor lo daras tu.-

Estaba curioso de sentir y sabía que aquello iría en aumento a medida que pasara más tiempo con el demonio. Le sorprendió sentir aquellos mordisquitos como si de un pequeño aperitivo a degustar se tratase, entreabriendo los labios y sonrojándose con embelesamiento.

-Nnng...espera, ¿cobrármela como?...hum...tengo bastante capital, si es lo que necesitas...-su dedo índice no tardó en seguir delineando el contorno de la boca, era suave y acolchada, y besaba tan bien. No sabía exactamente a que podría referirse el grandullón o tal vez sí, pero una parte del no podía afirmarlo hasta estar del todo seguro. Lo miró directo a los ojos, escuchándolo atentamente mientras le decía aquello, de seguro se trataba de alguien muy exigente.

-Suena peligroso, lo es ¿verdad?...-permaneció un rato pensativo, preocupado por su querdio hermano Mirtros, puede que debiera ayudarlo, puede que estuviera desorientado y necesitara de alguien que lo encontrara. Sabía que si le daba demasiadas vueltas tardaría muchos días en meditarlo. Suspiró pesadamente asintiendo con la cabeza preocupado. -dime...lo que debo hacer.

Le cruzo una sonrisa dificil de interpretar, parecia recordar algo, de la misma manera en que parecia pesarle algo, clavo los ojos en aquellos iris ajenos, recorriendo con la mirada aquel rostro que se sonrojaba graciosamente, el angel no podia negar lo bello que era y lo ingenuo que parecia ante aquellas pequeñas atenciones.

-No es peligroso, solo es particular, un favor se paga con un favor, pero los precios que pone a veces distan mucho de lo que debieran ser.- Suspiro atrapando una de las manos del rubio, depositando un beso en aquella palida piel.- Estos no puedes negarmelos, no es asi?.-

-Es decir...consideras que exige más de lo que debería...¿no es así?.- le sonrió ligeramente y mas tranquilo al escuchar que no se trataría de algo peligroso, que mejor se preocupaba de ser consciente en ese momento de cual de las dos opciones escoger.-bueno, a veces se puede persuadir un poco a las personas, ninguna raza en concreto, ¿verdad? igual si no es posible pues habrá que aceptar sus condiciones, supongo...

Lo observó a esos ojos dorados percatándose en silencio de como lo contemplaba el grandullón. Debía ser una ventaja poder leer pensamientos ajenos aunque el tenía la capacidad de poder sentir un poco del otro, un poder que nunca había utilizado mucho pero que llegado el momento, tal vez, solo tal vez...

-¿Mi dedos?...supongo que no...-se fingió ingenuo, sonriéndole mientras tomaba el otra mano y le besaba el torso. Entretenido al parecer en esperar una respuesta.

-Edreid... es en realidad un ser caprichoso y juraria que jamas se bien que esperar de el... aun asi, tu aceptarias pedir su ayuda?.- Menciono levemente, deleitado con Ezequiel, su dulce angel de caracter reacio, el pequeño rubio renegon que le sacaba mas de una sonrisa y la posibilidad de amar de nuevo, si pesaba o no la decision que tomaba lo sabria con el tiempo y temia, recordo a otro angel y la charla que tuvieran y suspiro dejando un beso el tambien en aquella mano.

-Mi dulce amor, tendras que hacerte responsable por lo que has despertado en mi interior.- Hablo de repente mas sumergido en su propio pensamiento que en aquellos problemas, no deseaba ser descortes, pero aquella emocion que creia olvidada, ese anhelo y deseo de ser feliz se volvia mas grande conforme el angel le respondia.

-Primero deberemos ir a Hell, hay un sitio donde presiento podremos encontrar a Edreid, si no habra que tratar con Kitsune... aunque a el le tengo un poco mas de miedo.- Se sonrio y los ojos color oro cobraron mas vida, dejando en el aire una interrogante que suponia el angel trataria de indagar.

-Realmente deseo encontrar a Mirtros o a Michael, cualquier imformación que pueda proporcionar me será de utilidad...esperemos que no pida algo demasiado comprometedor...-lo observó con asombro, para luego sonreír ligeramente y asentir después de descubrir algo. Sonrió dulce al sentir aquel beso en su mano, aquellas muestras de afecto le resultaban realmente agradables y cálidas.

-Tu parte antigua es la que lo conoce, pero solo hazlo si realmente te sientes preparado a revivir un poco a Devas..-lo observó preocupado, por que sabía que a Maxmilian no le gustaba recordar y sacar a su otro yo, ya se lo había dicho en varias ocasiones lo de no mirar atrás.- Edreid antiguamente había sido el hermano de tu antiguo...si estás dispuesto a tratarlo para ayudarme, me haces sentir realmente alagado...gracias.

Comentó sincero y eternamente agradecido, le robó un dulce beso, ni corto ni largo, pero en ese instante solo sabía que había necesitado hacerlo.

-¿Kitsune?...pero si es un encanto...-sonrió temerario hasta casi no verse los irises.- es solo que le han dejado demasiado tiempo libre...

-Si, un encanto de criatura, un ser monisimo y caprichoso, tan libre como el viento- Suspiro para sus adentros, afilando la mirada de manera perspicaz.- Sabias tu que no hay nada mas temible que un pequeño crio con deseos tan inauditos como caprichosos?.- Arqueo una ceja mirando con aire entretenido al rubio.

-Hace poco, imagino que te enteraste de un pequeño incidente en las calles de Hell, no es asi?.- No sabia si dudar o no de que el angel tuviera semajante conocimiento de tal acontecimiento, despues de todo habia sucedido en Hell.- Fue un pequeño berrinche del principe travieso, alguien le habia quitado algo que deseaba.- Le beso la frente, acariciando el menton, dudaba en realidad de cuanto podria tardar en hacer uso de aquellos instintos que gobernaban a un demonio por naturaleza, pero de saltarle encima a Ezequiel con toda la pasion de la que era presa, esperaba no asustar demasiado al angel una vez que lo devorara.- Temo por lo que pueda desear o la treta que pueda ponernos.-

-Sobre lo otro... ya veremos la situacion si es con Edreid con quien trataremos....-

-Desea lo que más se le complica, cuando has corrido la suerte de vivir rodeado de lujos te distancia mucho de la gente y se pueden generar diferentes personalidades según la persona...Kitsune, es una buena persona a su manera, tal vez, complicada de tratar...pero me he dado cuenta de que alguna parte del desea acercarse más a la gente...no negaré que de seguro debe resultar peligroso en alguno de sus berrinches.-entrecerró su mirada al ver a Maximilian poniéndole ese rostro de incredulidad, mejor no contarle quien le había robado su primer beso en su visita al palacio de Hell.-¿Que hizo exactamente?

Selló sus labios un instante ¿como era posible tratar con esa pasividad su propio pasado?. La preocupación en su rostro fué fugaz, notando esas suaves caricias en su piel que lo relajaron al instante, tocó suave aquella mano mayor a la suya. Aunque a veces, el ángel daba la impresión de temer poco al riesgo, era extraño saber que lo hacía ser como era y dar la impresión de ser imperturbable como si fuera capaz de sonreírle al peligro.

-Esta bien, trataremos lo de Edreid llegado el momento, hay algo que quiero que me respondas...-enarcó una ceja y se le quedó viendo al misterioso demonio fijamente.¿Cuando iba a aprender que eso solo lograba provocar mas a Maximilian?- hablas del peligro que puede suponer alguno de ellos y sus tretas...¿cuales son las tuyas?.-le sonrió malicioso.-pequeño encantador...¿has sobrepasado el límite en alguna de tus acciones?.