Buscando algo de diversión (Libre)

Angeles Mensajes : 471 Fecha de inscripción : 05/04/2011

Sintio como aquellos dedos se enredaban en cabello y sabia lo que significaban, estuvo horrendamente tentado a continuar con aquella labor, la sola idea de saborear al rubio, su esencia, de probar aquel manjar le tento, pero sabia o mas bien pensaba que de momento debia cumplir con las exigencias de su ahora amante, a regañadientes y con toda la fuerza de voluntad que aun poseia con todo y su hormonal y despierto estado se levanto, alejandose de aquella presa caliente y palpitante.

Noto como Jay lentamente parecia mirar en todas direcciones, como si tratara de buscar algo a su parecer, se levanto poseyendo aquellos labios de manera arrebatada, exteriorizando las emociones que embargaban su cuerpo, la ansiedad propia de la edad, de su primera experiencia le hacian saltar a esa desesperacion.

Demonios Mensajes : 89 Fecha de inscripción : 06/04/2011

Cuando su sexo fue abandonado no pudo evitar un pequeño gemido desesperado que se negaba a aceptar aquella "dolorosa" separación, pero aquello se le borró de la mente en cuanto sus labios se unieron pasional y fogosamente, haciendo que su mente se olvidara de todo, de sus intenciones, de sus deseos, de la colocación de los muebles en aquella estancia, de todo excepto de aquel beso que le robaba el aliento y la razón, haciendo que desease que nunca llegase a tocar su fin, siendo inevitable que eso ocurriera cuando el aire se hizo insoportablemente necesario para los pulmones de ambos.

En cuanto la lucidez volvió a su anteriormente aturdida mente una sonrisa llena de malicia, seducción y lujuria se vio reflejada en su rostro y en sus orbes, iniciando segundos después un nuevo beso, mientras desvistiendo al más joven de aquella sala lo dirigía, ya en completa desnudez, hacia la cama King Size que había logrado apreciar, asegurándose de dejarlo tumbado de espaldas a esta, sentándose, casi sin tocarlo, sobre el vientre del menor, acabando con el demandante beso.

-La primera vez es mejor en la cama... La segunda... Ya podremos ser más creativos.

Su mirada estaba llena de malicia, deseo y promesas por cumplir, a la vez que sus manos ahora se encargaban de acariciar el torso ajeno, antes y junto a sus labios que comenzaron a marcar el cuello del habitante de Heaven, tomándose su tiempo para calentarle.

Angeles Mensajes : 471 Fecha de inscripción : 05/04/2011

Un verdadero demonio sin duda, lo tentaba, lo torturaba, cada caricia, cada mirada, los besos entregados, exigentes, pasionales que le hacian palpitar ante el trato que ambos rubios se estaban dando eran tan condenadamenta agradables.

Se dejo desnudar, sintiendo los roces quemarle la piel, durante segundos mientras le guiaba a la cama, su cuerpo disfruto del contacto piel con piel, seguro de que deseaba permanecer por siempre junto a aquel ser de mirada cautivante. Dejar su aroma en esa piel, marcarle como suyo, no importaba que fuera solo una victima de su lujuria, no era asi como se daba el sentimiento de amor?, nacia de la vista, el deseo, la pasion y la lujuria, la quimica de los cuerpos podia hacer posible la union sentimental y el en ese momento se quemaba de deseo.

Sintio al fin el tacto de la cama, es que estaba hecha de plumas? esa suavidad le era desconocida, contrario a lo que pensara o que la falta de aire seria un lio entre los besos o el peso de aquel cuerpo sobre el suyo, se dejo cautivar por las sensaciones agradables, el redondo y perfecto trasero de Jay sobre su cadera, la forma en que indecentemente se frotaban aquellas nalgas contra su miembro que estaba mas que despierto y dispuesto le provocaban un mar de pensamientos, disfrutaria su encuentro con el mayor, saborearia los placeres de aquel acto en ese instante. Al ritmo del rubio lo amaria, le tomaria, marcandolo con el fin de no dejarlo escapar.

Los ojos se clavaron en los ajenos besandolo, dandose el tiempo para acariciar y recorrer con sus manos el cuerpo ajeno, conociendolo, grabandolo en su tacto.

Demonios Mensajes : 89 Fecha de inscripción : 06/04/2011

Su cuerpo se estremecía ante las suaves y dedicadas caricias que le dedicaba su acompañante, tan llenas de sentimientos sinceros y entremezclados que nunca creyó que surgirían en aquel “primer” encuentro, a pesar que desde el primer momento que sus vidas se cruzaron supo que ese joven no sería como los demás, que tenía algo especial, algo que le atraía irrefrenablemente, haciendo que no pudiera evitar querer estar a su lado, con sus cuerpos y sus almas unidas lo más estrechamente posible. Debía haber sospechado algo desde el momento en el que comenzó a marcarle como si de su propiedad se tratara la primera vez que se vieron, pero los sentimientos era algo demasiado confuso que ni él mismo era capaz de comprender si se referían a su persona, siempre evitando afrontarlos, y ahora era todo tan natural que surgía por si sólo sin esfuerzo alguno.

Su mente se olvidó por completo de todo pensamiento a medida que el deseo iba en aumento y las caricias se volvían más presentes, mientras sus manos y sus labios seguían descendiendo por el cuerpo del más joven. Ahora, estos últimos, se encontraban atacando la marcada y tentadora clavícula ajena, deleitándose con el sabor de aquella piel, antes de que su organismo fuera recolocado para poder descender con sus rojizos pétalos por el pecho ajeno, jugando por algunos minutos con los botones ajenos, ayudándose con sus suaves y hábiles dedos. Seguidamente, su recorrido siguió aquel camino descendiente, haciendo que su lengua recorriera cada uno de los músculos que componían el abdomen del más alto, entreteniéndose especialmente con su obligo antes de comenzar a besar y a lamer la hombría de su amante, taladrando con sus orbes miel los luceros opuestos.

Angeles Mensajes : 471 Fecha de inscripción : 05/04/2011

El tacto humedo en su virilidad le descoloco, era demasiado agradable, que estuvo a punto de pensar que con ese simple "beso" le haria correrse, jadeante se tuvo que recordar lo que deseaba en realidad, acompaso su respiracion tratando de calmar la loca revolucion que se daba en su cuerpo. Se irgio lentamente, apoyandose en los codos antes de quedar sentado, observando el rostro, deleitandose la imaginacion con la imagen erotica que el rubio le brindaba, era mil veces, no; un millon de veces mejor el llevar a cabo las cosas solo imaginarlas.

Enredo los dedos en los cabellos rubios dorados, sintiendo los movimientos que la cabeza hacia al tocar esa boca su parte mas sensible. Deslizo lentamente el dedo medio e indice a su boca, humedeciendolos, lubricandolos antes de atacar su objetivo en la espalda baja de Jay, dio un par de toques rapidos, humedeciendo el anillo rosado, antes de dejar un par de pellizcos en las nalgas del mayor, para terminar atacando y profanando el cuerpo ajeno, la punta del dedo indice presionando con fuerza y gentileza al mismo tiempo comenzaba a abrirse paso.

Demonios Mensajes : 89 Fecha de inscripción : 06/04/2011

Cuando tuvo la seguridad de que aquellas orbes seguirían cada uno de sus movimientos no pudo evitar introducir por completo aquel sexo en su boca, antes de sacarlo lentamente, a tiempo para que pudiera atender con su lujuriosa lengua los dedos que le eran tendidos, humedeciéndolos por completo, tratándolos como si fueran el sexo ajeno, emitiendo una queda queja cuando aquellas falanges huyeron, olvidándose de ello en cuanto su entrada fue profanada, mirándolo con pudo deseo, sorprendiéndose de la extrema gentileza que el joven ángel mostraba, algo a lo que se había desacostumbrado y que hasta el momento no se percató de lo mucho que había añorado aquellas atenciones, porque podía no ser virgen, pero le gustaba que le trataran con tanto... Amor, porque no se le ocurría ninguna palabra mejor para describirlo.

Con lentitud calculada, y en señal de recompensa, se dedicó a volver a atender la virilidad del otro rubio, pero antes de ello se dedicó a compartir un lento y delirante beso con su amante mostrándole cuanto le habían gustados sus recientes acciones. Su boca ahora poseía por completo la masculinidad ajena, mientras su cabeza se movía arriba y abajo y su lengua se enredaba en el falo del menor, acariciándolo y succionándolo con la ayuda de sus labios que ejercían una ligera presión cuando llegaban al glande antes de volver a devorar aquella parte de la perfecta anatomía ajena, rozándola superficialmente con sus dientes para volver las sensaciones más electrizantes, para llevar el deseo a niveles insospechados, para que las hormonas de su amante comenzaran a ver saciada su hambre.

Angeles Mensajes : 471 Fecha de inscripción : 05/04/2011

Si bien la vista era una cosa maravillosa quedarse quieto demasiado tiempo le ponia un poco ansioso, podia sentir el calido interior de ese cuerpo, un dedo, dos dedos, tres en aquel ultimo conteo, que mansajeaban lentamente la entrada, invadiendo y dando pequeños roces, en pequeños circulos, expandiendo la carne tierna y caliente para la intromision que tendrian mas adelante. Jalo un poco del cuerpo de Jay, aprovechando el ancho de la cama, estaba dispuesto a hacer caer al demonio tambien en esa deliciosa tentacion que el estaba experimentando.

Le tomo un par de intentos acomodar el cuerpo de Jay de tal manera en que formaban un perfecto 69, le insito a abrir las piernas, comenzando el mismo a lamer aquel sexo, en principio imitando los movimiento del mayor, para despues sencillamente abrirse paso a el deseo que experimentaba el mismo, dejando que su lengua palpara y su boca succionara con avidez propia de la edad aquella excitacion, dos o tres veces se sintio atragantarse con aquella extension de carne, avanzando lentamente, tratando de abarcarle por completo mientras se acostumbraba a la sensacion, la humedad que salia de la punta del miembro del otro rubio tenia un sabor amizclado que se le apatecia como un delicioso manjar que jamas dejaria. Continuo con su labor en aquella entrada mas que dilatada, buscando aquel punto placentero para excitar mejor a su compañero, sin dejar que su boca dejara las atenciones que ahora propinaba el tambien

Demonios Mensajes : 89 Fecha de inscripción : 06/04/2011

Dejó que el menor le manipulara a su antojo, disfrutando de la ansiedad y el deseo que iba creando en el cuerpo ajeno, incrementando inexorablemente con el paso del tiempo. Al adquirir la nueva posición no pudo evitar que un jadeo acompañado de un sonoro gemido de placer se escapara de entre sus labios, y su cuerpo se estremeciera tembloroso por aquellas húmedas y placenteras atenciones, que a pesar de ser algo torpes en un principio le llenaban de excitación y lujuria por el cuerpo del ángel, haciendo que deseara que aquellos movimientos continuaran, sintiendo como iba adquiriendo experiencia con el paso del tiempo, y combinándose a la perfección con aquellos traviesos y exploradores dedos que torturaban su santuario, hasta rozar su próstata, arrancándole un gemido más sonoro de entre sus labios y que sus piernas se abrieran un poco más para facilitar el acceso al más joven, incitándole a continuar con la invasión, a ir más allá.

Su mente estaba nublada a causa de que su ser era recorrido por tantas emociones y sensaciones que lo llevaban al mismo cielo, pero a pesar de ello se negó a dejar de atender la virilidad ajena, por lo que con la misma dedicación que su amante, aunque con más experiencia volvió a reanudar aquellas húmedas atenciones, deleitándose con la cálida y palpitante hombría de su acompañante, como si fuera la mejor paleta que hubiera probado nunca, siendo así sus gemidos ligeramente ahogados por aquella extensión de carne, menos cuando la sacaba de su húmeda cavidad para atenderla solamente con su lengua y sus finas y hábiles falánges.

Angeles Mensajes : 471 Fecha de inscripción : 05/04/2011

-Jay...-

Un gemido quedo, con la voz cargada de deseo, profunda y rasposa salio de los labios del menor, mirandole deseoso.

-Cierta parte mia... necesita sentir cierta parte tuya...-

Y a esas solas palabras, aquellos dedos invasivos volvieron a tocar el punto de placer del mayor, sonriendose solamente, apreso con mano firme la excitacion de Jay, jugueteando con la punta levemente, torturandolo, buscando incitar un poco mas al otro rubio.

Demonios Mensajes : 89 Fecha de inscripción : 06/04/2011

La voz del menor le llamaba tanto con su tono como por las palabras que la hacían surgir, arrancándole débiles jadeos de entre sus labios, haciendo que su aliento chocara contra el sexo ajeno, olvidándose de atender aquella palpitante masculinidad en cuanto su propia virilidad fue apresada por la mano del más alto, siendo deliciosamente torturada, a la vez que su punto G volvía a ser estimulado con el objetivo de hacerle delirar, consiguiéndolo exitosamente en cuanto un ronco gemido salió de entre sus rojizos labios y su suave y necesitada voz se dejó oír por toda la estancia.

-Entonces... No la hagamos... esperar...

Su espalda se arqueó levemente, sus piernas se abrieron un poco más para incitar al habitante de Heaven a invadir su templo con sus tropas, y simultáneamente estas se alzaron demandando más atenciones, con sus orbes miel mirando centelleantes de puro deseo del joven ángel.

Angeles Mensajes : 471 Fecha de inscripción : 05/04/2011

Hechizado por lo que leyo en esos ojos, por la imagen seductora que tenia el rubio mayor no aparto la mirada mientras su cuerpo se acomodaba esta vez para lograr su objetivo. Miro embobado el sonrojo a causa de la excitacion que cubria el rostro ajeno, el sudor que empapaba el cuerpo, sexy y bien marcado de Jay. Hasta los mechones pegados en la frente y las me jillas ajenas tenian un aire puramente sensual.

El jadeo que se dejaba ver en el pecho en su ritmico movimiento le hizo clavar las puntas de los dedos sobre los pezones, dejandole leves pellizcos , situandose mejor entre las piernas ajenas, rozando su virilidad palpitante contra el objetivo real que tenia en mente.

Deslizo su lengua lentamente sobre sus labios, saboreando los ajenos a distancia, dejando que la punta de su excitacion presionara levemente contra el cuerpo ajeno, sin llegar a introducirse en realidad, de gustando el instante, ese justo momento unico, su primer momento real con Jay, su primera experiencia. Esta vez atajo los labios del mayor con los suyos propios, mordisqueandolos, enrojeciendolos aun mas al tiempo en que se deslizaba lentamente dentro de ese cuerpo. Como si la invasion calida y estrecha estuviera siendo marcada por los besos que le estaba proporcionando a Jay.

-Jay.-

Susurro con voz grave y jadeante aquel nombre que se estaba tatuando en su piel, ganando terreno con cada empujon de su cadera.

Demonios Mensajes : 89 Fecha de inscripción : 06/04/2011

Podía sentir como aquella mirada hechizada le penetraba hasta llegar al último rincón de su ser, devorándole lentamente con cada segundo en el que su cuerpo y sus brillantes luceros eran examinados con deleite y anhelo, cortándole el aliento, haciéndole sentir como si todo él fuera capturado por la profunda mirada ajena, arrancándole estremecimientos a causa de lo que intuía que pasaría a continuación, deseándolo con plenitud.

Sus labios se quedaron entreabiertos con el último jadeo emitido, sintiendo como aquella húmeda y hambrienta lengua recorría sus maltratados y anhelantes labios, disfrutando de la dulce tortura de la que era víctima, mientras sentía como aquella palpitante virilidad se apretaba contra la entrada a su templo, haciéndole estremecer y ansiar más a que el momento de la invasión llegara, pero a su vez deseando disfrutar hasta el último momento de la especial y única unión que se había formado entre ellos en aquellos momentos previos a su primera vez juntos, siendo tan palpable, tan único.

Cuando la invasión se produjo no pudo evitar que un quedo gemido se escapara de entre sus labios y que sus estilizadas piernas se enredaran en la cadera ajena, indicándole al ángel, sin posibilidad de equivocación, cuanto deseaba que aquella primera unión se produjera y cuan profundo deseaba que se colara dentro de si, y no se refería solamente a su cuerpo, sino mucho más allá.

-Rakiel...

Su lengua se coló en la boca ajena después de aquel susurro jadeante, correspondiendo a los miles de besos que el más joven le proporcionaba, deleitándose con ellos y con el lento avance del menor, a la vez que sus manos se aferraban a la espalda ajena, acariciándola intensamente con sus dedos que acabaron por dirigirse hacia el rubio cabello de su amante, intensificando el beso que ahora estaban compartiendo, a la vez que comenzaba a mover lentamente sus caderas para facilitar los movimientos de la hombría de su acompañante, permitiéndole entrar más profundo, permitiéndoles gozar juntos.

Angeles Mensajes : 471 Fecha de inscripción : 05/04/2011

Las serpientes rojizas danzaron freneticamente, aun ritmo dificil de describir. La cabeza resonaba y los sentidos del angel estaban a flor de piel, el aroma que impregnaba lentamente la habitacion, era de sexo; el sonido de los fluidos que ambos cuerpos emitian eran musica a los oidos del menor y ni que decir de los jadeos que escapaban de ambos rubios, era glorioso.

Acariciaba el cuerpo con demencia, recorria de un lado a otro el pecho ajeno, apresaba los botones rosados que se erguian orgullosos, invitandolo a devorarlos, invitacion que no se dejaba esperar una vez que su boca no estaba ocupada con la ajena, las manos seguian el recorrido de reconocimiento por el abdomen, las caderas, acariciaba las ingles con freneci, pasando a los muslos, apresando esas redondas y perfectas nalgas que chocaban contra su cuerpo una y otra vez en aquel movimiento de vaiven lento ya compado en principio, salvaje y alocado al no poder contenerse.

Atrajo al mayor contra si haciendo quiza sin saberlo del todo una especie de tijera al estar sus piernas entreladazas.

Demonios Mensajes : 89 Fecha de inscripción : 06/04/2011

Sus gemidos eran acallados por los besos ajenos que le robaban algo más que su aliento, dejándole jadeante y deseoso. Su cuerpo pedía más con cada nueva embestida, quería más besos, más caricias, que fuera más fuerte, más profundo, más duro... Lo quería todo de aquel hormonal angelito que le llevaba hasta el borde de la cordura.

Sus pezones eran torturados y devorados por aquellos dedos y por aquellos labios haciéndole estremecer, y que miles de corrientes eléctricas recorrieran su espina dorsal llenándole de placer hasta desembocar en su palpitante sexo, que se volvió aún más deseoso en cuanto aquellas grandes y astutas manos recorrieron sus piernas, hasta acabar aferrándose a sus firmes glúteos, provocando que las embestidas se volvieran más salvajes, aumentando su rango de alcance cuando el menor pegó aún más sus cuerpos, haciéndole gemir de puro gozo, alcanzando su voz niveles realmente elevados, haciendo que sus piernas se enredaran más en aquel deseable cuerpo y que sus caderas se movieran al mismo frenético ritmo que el ángel imponía.

Su próstata era continuamente golpeada por su amante, volviendo sus gemidos más constantes y sonoros, a la vez que hacía que sus manos no se pudieran quedar quietas y recorrieran toda la piel que tuvieran a su alcance, a la vez que su entrada se estrechaba premeditadamente, buscando aumentar el grado de locura y de deseo que les invadía, si eso era posible.

Angeles Mensajes : 471 Fecha de inscripción : 05/04/2011

-Jay.-

Repetia el nombre, ya sin cordura. Una y otra vez embistiendo ese cuerpo con fuerza, si en princpio habia controlado la pasion, las sensaciones, el ser apresado dentro del cuerpo ajeno, el calor del momento le habian desatado, una y otra vez, mas y mas profundo en aquel cuerpo, lo sentia, cada que su miembro golpeaba algo en aquel delicioso interior aquel hermoso y perfecto ser entre sus brazos temblaba.

Devoraba los pezones, mordisqueba el cuello con ferocidad propia de su juventud, de su deseo que no parecia ser calmado aun. Notaba levemente las marcas que estaba dejando en aquella piel, en el fondo deseaba dejar marca en ese cuerpo, deseaba hacerle saber al mundo que ahora ese demonio era suyo, no iba a dejarle ir, aquella aventura de una noche le habia atrapado, que pensaria Jay de confesion semajante?, solo se sonrio.

Cambiando de posicion, empujo el cuerpo ajeno contra la cabecera de la cama. Aumentando aquel ritmo candencioso en su cadera. Sintio como clavaba las uñas en aquella piel tierna de las nalgas, sentia gotitas humedas, estaba seguro que pagaria por aquello mas tarde...

Demonios Mensajes : 89 Fecha de inscripción : 06/04/2011

Oía como su nombre era pronunciado por aquel fogoso ángel, a la vez que aquella voz provocaba en él más deseo, más lujuria, más excitación con sólo llegar a sus oídos. Su cuerpo reaccionaba enlazándose más con el ajeno, ayudándole con sus movimientos de cadera a entras más profunda y certeramente en su interior para que ambos pudieran llegar a la cúspide del placer. De sus mismos pétalos, rojizos e hinchados por los numerosos besos que habían compartido, salía de tanto en tanto el nombre de su rubio amante, a la vez que exponía más la piel que el otro se empeñaba en degustar para que pudiera hacerlo con más plenitud, y que le marcara como suyo tanto como lo deseara.

Que su espalda fuera estampada contra el cabecero fue algo que no le importó lo más mínimo, y que sus nalgas fueran dañadas por aquel atractivo habitante de Heaven fue pasado por alto a causa del enorme placer que su acompañante era capaz de producirle a su cuerpo, provocando que esa sensación lo nublara por completo, evitando que sintiera algo más que aquel gozo, y que todo lo demás fuera borrado por completo de su ser, haciéndole anhelar que aquella no fuera la última vez, deseando descubrir hasta que punto el más joven podía hacer que le necesitara a su lado, sin importarle las consecuencias.

-Raki... Más... Quiero... ¡Ahhh! Sentirte más...

Su voz salió ronca y jadeante, susurrante contra el oído ajeno, a la vez que su entrada se estrechaba un poco más en los momentos justos, haciendo parecer que su interior quería apoderarse del sexo ajeno, y que este nunca le abandonara.

Angeles Mensajes : 471 Fecha de inscripción : 05/04/2011

Aquella union perfecta, su miembro entero dentro de aquel cuerpo, la sensacion de sentirse atrapado, el roce de los cuerpos, el sudor perlando ambas anatomias, jadeando sonoramente uno al lado del otro, besandose entregandose al placer carnal de aquella union era sencillamente delicioso, acompasaba las caderas con las ajenas, repitiendo una y otra vez ese vaiven frenetico, escuchando el sonido de la madera de aquella cama crujir con el peso de ambos cuerpos y la cabecera chocando contra la pared.

-Estoy... a punto de...-

Gruño las palabras quedamente en la boca ajena, sentia la espoliada de placer apoderendose de su vientre, azotando su espalda baja con mayor intensidad, el palpitar de su sexo dentro de aquel cuerpo por el cual pugnaba por salir su semilla. Aquel acto del cual estaba seguro podria repetir una y otra vez estaba por terminar dejandolo con deseos de continuar junto a ese demonio de hermosas formas.

Demonios Mensajes : 89 Fecha de inscripción : 06/04/2011

Su voz salía jadeante y gimiente de entre sus maltratados labios, inundando aquella habitación junto con los gozosos sonidos que su angelical amante dejaba escapar desde sus entrañas, haciéndoles ser conscientes del placer que invadía ambos cuerpos y de lo que eran capaces de disfrutar de aquella sublime unión que ninguno de los dos deseara que finalizara, una unión más única y especial de lo que pudieron llegar a pensar el día en el que se conocieron.

Sus manos seguían aferradas a aquella ancha y fuerte espalda con intensidad, provocando que las uñas de sus dedos arañaran sutilmente la morena piel de su amante, expresando también de aquel modo todas las intensas sensaciones que llenaban su ser. Sus labios, pidiendo perdón, daban suaves besos a cualquier extensión de piel que pudieran llegar a alcanzar, párpados, mejillas, otros labios, hombro, espalda, cuello... No importaba que fuera mientras el mensaje llegara alto y claro al más alto.

Cuando las palabras del más inexperto llegaron a sus oídos no hicieron más que arrancarle un jadeo de expectativa, deseoso de que aquel momento llegara, pero a la vez anhelando que aquella danza carnal no acabara nunca. En respuesta a sus palabras pegó algo más sus cuerpos y sus labios se acercaron al oído ajeno, permitiendo que su jadeante aliento calentara al ser de un ala antes de que su lengua, traviesa y húmeda, se dedicara a recorrer aquella oreja, para finalmente acabar maltratando el lóbulo del ángel antes de permitir que su voz, ronca y susurrante, pudiera ser oída de nuevo.

-Hazlo...

Angeles Mensajes : 471 Fecha de inscripción : 05/04/2011

Las garritas de ese demonio, las heridas y el escozor que emitian le hicieron gemir nuevamente, estallando por fin dentro del cuerpo ajeno, relajandose antes de continuar con su mano la masturbacion de aquel miembro ajeno, se sentia tan relajado y satisfecho, pero la sola visiond el demonio en sus brazos le estaba haciendo despertar de nuevo, era algo bueno ser joven e impetuosos despues de todo.

Demonios Mensajes : 89 Fecha de inscripción : 06/04/2011

Sintió como la cálida esencia del ángel llenaba su estrecho interior, recorriendo todos sus recovecos, llenándole de puro placer, a la vez que la mano ajena se apoderaba de su falo, masajeándolo y masturbándolo con brío, arrancándole miles de gemidos con cada impetuoso toque del más joven. Sentía como la masculinidad del más alto volvía a cobrar vida, aumentando su nivel de excitación, logrando que su cuerpo se contorsionara entre los brazos del otro rubio, arqueándose suavemente, semejando el sonido emitido por las cuerdas de un elegante Stradivarius.

-¡Raki!

Sin poder contenerse más acabó expulsando su simiente entre los largos y habilidosos dedos de su amante, estrechándose su entrada a causa de las sacudidas producidas por el orgasmo, a la vez que sus manos se aferraban a las blancas sábanas y sus labios quedaban entreabiertos a causa del último y sonoro grito de puro placer.

Angeles Mensajes : 471 Fecha de inscripción : 05/04/2011

Los ojos del angel se clavaron en el rostro complacido de Jay, grabo cada faccion y gesto de ese rostro satisfecho. Al poco tiempo sintio como su cuerpo se relajaba lentamente al igual que el cuerpo que sostenia entre los brazos, lamio la barbilla y la comisura de los labios, mordisqueo los mismos aun dejandolos mas rojos y maltratados, si bien su cuerpo parecia estar en reposo, cierta parte de su anatomia aun no parecia querer dejar de dar batalla ante lo que se sonrio meramente divertido.

-Sexy y voluptuoso.... eso ha sido otra cosa-

Mordio el hombro, sosteniendole suavemente, acariciandole la espalda y dejando mimos en la piel que aun se sentia tibia y perlada de sudor, se sonreia pensando en como seguiria aquello, hasta satisfacerse un poco mas.

Demonios Mensajes : 89 Fecha de inscripción : 06/04/2011

Sentía las mimosas caricias que el menor le dedicaba, mostrándole tanta dulzura y delicadeza como nunca antes había sentido, arrancándole suspiros complacidos de entre sus maltratados labios, que también fueron maltratados. La ronca y sensual voz del más joven se colaba hasta el último recoveco de su mente, despertando su "hambre" de nuevo, sintiendo como su sexo comenzaba a endurecerse, entrecerrando sus nubladas orbes ante las suaves y deliciosas caricias que su piel perlada recibía tan satisfactoriamente. El momento de recuperar el aliento ya había pasado, y ahora lo único que llenaba su mente era volver a iniciar aquella incitante danza una vez más. Sus caderas se movieron levemente, moviéndose, provocando que la erección que profanaba su templo sintiera la suave y lenta embestida que le dedicaba, a la vez que sus manos alzaban el rostro ajeno para que pudieran compartir y tórrido y apasionado beso, maltratando aún más los labios de antes, quedando ambos jadeantes y deseosos de más. Sus brillantes orbes perforaron las ajenas, llenas de deseo y lujurio con algo más difícil de identificar, y entonces, cuando ya estaba perdido en los mares de su amante, su voz salió suave, susurrante, anhelante y provocadora, ronca.

-Demuéstrame tu ímpetu...

Antes de que el ángel pudiera actuar lo hizo salir de su interior, enlazando sus manos, para llevarlo fuera de la cama, hasta el jacuzzi situado en el lado opuesto de la habitación, ya encendido y preparado para ambos, introduciéndose en él con su acompañante, obligándole a sentarse antes de autoempalarse de nuevo, dejando escapar un sonoro gemido, disfrutando de la calidez de la burbujeante agua que les rodeaba.

-Second Round...

Su voz salió contra los labios ajenos, rozándolos con descaro, antes de mover sus caderas de nuevo, provocando al más joven, esperando a que saltaran las hormonas adolescentes de las que se sentía tan orgulloso.

Angeles Mensajes : 471 Fecha de inscripción : 05/04/2011

Comodo entre aquellos brazos, mimando ese cuerpo que le enloquecia se sorprendio por el sutil movimiento que esas pecaminosas caderas iniciaron, todo su ser se estremecio sintiendo la rigidez de su excitacion comenzando a despertarse, mirando inclusive el miembro erecto de su ahora amante en plena faena de provocacion, se sonrio al sentir esos labios apoderandose de los suyos, correspondiendo con el mismo impetu que su acompañante le proporcionaba. Fue molesto sentirse liberado de esa prision calida y estrecha y un gruñidito se evidencio a modo de respuesta cuando Jay se levantara, le sigui hasta el jacuzzi, sin pudor alguno, casi orgulloso de que su miembro estuviese despierto y preparado para la mision que se le estaba encomendando ahora que veia mas claras las intenciones del demonio.

Se sento obedientemente en aquella pequeña tina burbujeante, aferrandose a las orillas cuando el mismo demonio se penetraba, cierto era que de morir en ese instante moria feliz y satisfecho, aquella cadera pecadora le invitaba de nuevo, morio los pezones con fiereza al estar a su alcance y rango de vision, aferro las nalgas del otro rubio, abriendose mas espacio en aquella prision

-Y como va la cuenta hasta ahora?-

Movio su propia cadera con fuerza impregnada, provocando que el agua chapoteara

Demonios Mensajes : 89 Fecha de inscripción : 06/04/2011

Sentir como aquel miembro profanaba su templo mientras él mismo se empalaba era más excitante de lo que en un principio había creído. Su mano aferrando suavemente aquel sexo a la vez que lo guiaba hasta su entrada, introduciendo primero la punta para luego dejarse caer lentamente, sintiéndolo deslizarse por sus paredes internas, hasta que su interior ya lo había acogido por completo, estrechándolo por su sola presencia, succionándolo, demandándole que fuera más profundo, más adentro, sintiendo cada una de las palpitaciones que aquel órgano sentía, haciendo que miles de corrientes eléctricas le recorrieran en señal de expectativa.

Cuando su mente comenzó a aclararse su amante se lanzó con su primer ataque, torturando sus rosáceos botones, arrancándole suaves jadeos, que se convirtieron en gemidos de puro placer en cuanto el más joven aferró sus nalgas salvajemente, entrando aún más profundo llegando a sus puntos más sensibles. La voz de su ángel de placer llegó a su mente, penetrando en ella como un susurro, resultándole casi imposible contestar cuando una segunda embestida, más profunda y placentera que la anterior, le arrancó un sonoro gemido de puro gozo, dándole una respuesta muda a la pregunta del menor antes de que pudiera articular palabra alguna, dejándole tembloroso y deseoso de más.

-Vas... Ganando...

Su voz fue apenas un pequeño jadeo, a la vez que sus brazos se enredaban en el cuello ajeno, y él acababa pegando tanto sus cuerpos que parecían uno solo.

-Más... Raki... Quiero más de ti...

El deseo era palpable en cada palabra que escapaba de entre sus labios, su entrada estrechándose peligrosamente, succionando aquel miembro, demostrando el deseo hambriento de su dueño.

Angeles Mensajes : 471 Fecha de inscripción : 05/04/2011

Delicioso y placentero pecado, un gusto de los dioses aquel cuerpo, voluptuoso, sinuoso, perfecto, ese bello color bronceado que torneaba los musculos firmes y trabajados, eran una maravilla a la vista, los rasgos finos y atractivos del demonio era otras de las cualidades para despertar el libido, Rakiel estaba seguro que estaban hecho para tentar, para provocar, los ojos de Jay eran lo que mas le instaba a seguir, a encenderse de nuevo, esos ojos llenos de lujuria, deseo y pasion, ojos que seguramente al igual que los suyos invitaban a pecar.

Aquella deliciosa union pecaminosa que jamas conociera antes lo estaba enloqueciendo, drogandolo lentamente, no seria ya capaz de dejarlo ir, no podria desperdirse de ese demonio sexy, lo sentia fundirse con su propio ser, esa union fisica solo era un paso mas para una union mas profunda y lo sabia, amaba esa sensacion, deseaba sentir el alma del demonio junto a la suya, compartir la vida con el.

-Me haces sentir raro, Jay-

Mascullo entre besos y caricias, moviendo la cadera a un ritmo salvaje y marcado, dejando en momentos solo que ese c hapoteo del agua se mezclara de forma natural con los sonidos de jadeos y gemidos que inundaban la habitacion por momentos, ignoraba si eran los suyos, los de Jay, se habian vuelto uno solo.

-Quiero tenerte solo para mi, quiero estar asi para siempre-

Una y otra vez embistiendo ese cuerpo sin compasion, hundiendose mas y mas profundamente, ansiaba marcarlo como suyo, dejar su aroma en todo el cuerpo ajeno

-Que me hiciste?-

Mas que un lamento, mas que una pregunta era una simple frase soltada, Rakiel sabia perfectamente la respuesta, vaya si la sabia

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