[Jazbel] Preludio

-Mmm...s uena realmente a que tienes un punto-

Le sonrio entretenido, aquel angel era realmente peculiar, tanto como para llamar su atencion y hacerle sentir aquella curiosa gama de sensaciones que pensaba no podria alguien provocarle en realidad.

-Podriamos llegar a un acuerdo, pequeño angelito...-

Se sonrio al ver como comenzaba sin querer a ceder un poco a los deseos del angel, eso le causaba cierta gracia en verdad.

-Haremos algo que te guste y luego algo que me guste... te parece eso suficientemente justo?-

¿Tener un punto?

No sabía el verdadero significado que aquellas palabras expresaban, provocando que sus orbes avellanas destilaran confusión y desconcierto, pero sin lograr evitar que correspondiera a la sonrisa que le dedicó el demonio con una más dulce e inocente. Seguidamente, sus luceros comenzaron a expresar curiosidad ante la mención de un trato, esperando a que este fuera expuesto, para luego meditar la propuesta por unos breves segundos o minutos antes de aceptar o rechazar lo dicho por el mayor.

-Creo que es justo... El venir aquí ya es hacer algo que me gustara, por lo que ahora deberías elegir tú... Además... Los besos...

Se quedó callado por unos segundos, volviendo a recuperar el tono rojizo de sus mejillas y desviando ligeramente la mirada de los relucientes espejos ajenos, mientras sus finos dedos se posaban en sus propios labios, acariciándolos levemente, antes de volver a hablar con algo de timidez.

-Es algo que... También me gustó... Por lo que... No cuenta.

Aún se negaba a mirar al más alto, nervioso por su reacción o más bien por haberse expuesto.

-Pequeño tramposo... eso es querer zafarse de la responsabilidad de elegir.-

Menciono divertido riendo con las palabras del angel, inocente y puro sin duda alguna, no conocia seres asi de especiales. No conocia seres asi que en verdad le dejaran con esa sensacion agradable en el espiritu ya sin mencionar en el cuerpo.

-Digamos entonces que tomando eso en cuenta, el paseo tu idea de algo que te gusto, los besos algo que a mi me gusto-

Arqueo una ceja con aire entretenido, completamente atento a lo que diria ahora Shinju.

-Lo que por turnos nos deja a tu disposicion, no?-

No era un pequeño tramposo, al fin y al cabo sus respuestas fueron razonadas y acertadas en todo momento por lo que creía sin duda alguna había ganado aquel asalto contra el demonio, y no cayó de su error hasta que escuchó las últimas palabras pronunciadas por el rubio platinado, haciendo que sus ojos se movieran inquietos al no saber muy bien como ganar aquella discusión.

-Pero, pero... Tu dijiste que el segundo beso te lo pedí yo, así que... Así que te tocaría elegir a ti.

Era un último intento por vencer a su acompañante, pero sabía que si continuaban de aquel modo ninguno de los dos daría su brazo a torcer, por lo que mostrando algo de derrota y aceptación en sus orbes avellana enlazó sus dedos con los del mayor, y comenzó a guiarlo por los Grandes Jardines, resurgiendo su sonrojo por aquel cálido tacto, sin revelar aún sus intenciones.

-Todo viene a ser lo mismo...-

Estaba por seguir con su pequeño alegato cuando sintio como aquellos deditos mas finos y delgados en comparacion de su propia mano le jalaban, comenzando aquella caminanta.

-Me gustas... como jamas nadie llamo mi atencion...-

Solto despreocupadamente, era el sencillamente, y no mentia, ese angel le habia cautivado.

Sus orbes se abrieron ligeramente y sus pasos se detuvieron al oír aquellas palabras, girando su rostro para encarar al mayor, mostrando sorpresa en cada una de sus facciones que fueron adquiriendo una suave tonalidad rojiza, a la vez que sus labios se mantenían ligeramente entreabiertos por la impresión que la declaración del mayor había causado en él.

-Yo... También... También me gustas...

Su voz salió algo temblorosa de su garganta, pero aún así expresaba toda la sinceridad de la que su dueño era capaz de expresar mientras iba volviendo poco a poco a la realidad.

-Me daras una oportunidad entonces de amarte?-

Le miro curioso, tenia demasiados pecados encima y una lista de amantes quiza kilometrica, pero intentaria dentro de lo posible cambiar aquello por el angel, aunque los malos habitos parecian muchas veces ser dificiles de quitar.

-Soy un demonio, soy promiscuo, quiza tenga por ahi un par de secretos, detalles y demas que no creo que quieras escuchar y que he hecho, pero... -

Le tomo del menton suavemente.

-Podria intentar corregirme si mi guia es la correcta.-

Escuchó las palabras del mayor sintiendo como el sonrojo de su rostro volvía a intensificarse al igual que los latidos de su corazón se volvían a acelerar después de dar un pequeño vuelco, como si se hubiera saltado un par de compases. No se esperaba aquel tipo de confesión, tan sincera y que mostraba por completo los defectos que el rubio platinado encontraba en él mismo para poder establecer una relación, una relación que le pedía a él mantener. Sintió aquella suave mano alzar ligeramente su mentón, haciendo que sus miradas se encontraran unidas permitiéndoles captar cada matiz de las miles de emociones y sentimientos que recorrían sus cuerpos.

-Yo... Me gustaría intentarlo. No tengo experiencia en... Todo esto... Pero si tu quisieras... Me gustaría que me enseñaras, y... No creo que nada de lo que hayas podido hacer sea realmente tan malo. Nadie es perfecto, todos cometemos errores... Me gustas, y lo que hayas hecho no cambiará eso....

No sabía de dónde había sacado el valor para decir todo aquello, simplemente alzó su mano que no estaba enlazada con la del mayor y cogió la mano que descansaba en su mentón, guiándola para depositar en ella un dulce y casto beso.

-Es realmente malo...-

Le mantuvo la mirada fijamente, casi soñando y devorando esos ojos avellana.

-No ha pasado ni un solo dia desde que estuve en contacto con otro ser, piel con piel, presa de la lujuria.-

Hablo sin tapujo, era mejor que el angel supiera su pequeño defecto carnal antes de que se enterara por otros medios y la relacion terminara inclusive antes de comenzar por malos entendidos.

-Un ser lujurioso como yo... jamas me he podido controlar a esos instintos bajos que me dominan, antes si quiera de que te aparesca algun amante mio, prefiero ponerte sobre aviso.-

Desvio la mida un instante antes de verlo de nuevo a los ojos.

-Te juro que intentare con todas mis fuerzas controlarme un poco mas.-

Escuchó atento las palabras del mayor, sonrojándose furiosamente ante la lujuria que desprendían sus palabras, ante los miles de placeres que parecía haber experimentado y que él desconocía y le eran imposibles de imaginar. También sabía que sería difícil, lo veía venir con cada una de las oraciones que salían de entre aquellos labios que estrujaron levemente su corazón ante las implicaciones que acarreaban, pero llenándolo al final de una muy ligera esperanza ante la promesa que el demonio de platinados cabellos le había formulado, arrebatándole el aliento por unos segundos mientras se perdía en aquellas místicas orbes que parecían arrastrarlo al más profundo abismo sin que pudiera haber ni el más mínimo esfuerzo por evitarlo.

-Yo... Nunca he...

Su voz se vio cortada por su propio nerviosismo y la vergüenza que le daba admitir ante su acompañante su estado virginal, haciendo que su mirada se desviara nerviosa por unos segundos, a la vez que trataba de recuperar el habla que parecía haber huido.

-Podemos... Intentar estar juntos. No digo que funcione, pero... Si nos esforzamos y no duele demasiado... Entonces... Creo que podríamos hacer que funcione... No es que me guste la idea de que estés con otros -aclaró- Pero no quiero cambiarte, y puede que poco a poco... Dejen de haber otros... ¿Soy demasiado ingenuo?

Sonrió al habitante de Hell levemente, volviendo a mirar a los ojos, ya menos avergonzado de su inexperiencia, y puede que algo temeroso de haberle decepcionado de algún modo.

-Estoy seguro que podremos encontrar un buen balance, ademas no se trata de cambiar... solo de corregir un mal habito de cama que tengo-.

Le beso la frente, por que ese angel era endemoniadamente lindo?, por que tenia que poner todos sus sentidos en el chico de ojos avellanas.

-Y respecto a lo otro... te aseguro que no permaneceras asi por mucho tiempo... mejor aun... te enseñare un monton de cosas.-

Se sonrio con picardia, estaba seguro que estaba por ver un enorme sonrojo

Sonrió dulcemente en cuanto sintió aquellos labios tocar su frente, sintiéndose seguro, querido y protegido por el demonio, olvidando sus anteriores temores tan sólo con aquel gesto y aquellas palabras que el otro había pronunciado hinchándole el ánimo y creando una cálida sensación en su pecho.

En cuanto las nuevas palabras del mayor fueron captadas por sus oídos las predicciones que había hecho se cumplieron por completo. Sus orbes avellana se abrieron ligeramente más de lo normal, enfocadas en las platinadas de su acompañante, a la vez que un fuerte y gran sonrojo se establecía en su rostro, más intenso y grande que los anteriores por culpa de aquella prometedora sonrisa que sólo confirmaba la afirmación pronunciada por el demonio.

-Yo... Si tu me enseñas....

Dejó la frase inacabada a la vez que intentaba ocultar su sonrojo inútilmente con sus cortos y finos cabellos, apegándose simultaneamente al pecho del mayor, completamente avergonzado, pero queriéndole transmitir que si era él todo estaba bien.

-Puedo enseñarte todo lo que desees...-

Le acaricio la mejilla aun cuando la posicion en la que se encontraba el de mirada avellana parecia un poco incomoda, los dedos se deslizaron por la piel lechosa hasta la barbilla, haciendole levantar el rostro con suavidad.

-Si estas listo... y si realmente vamos a estar juntos...-

Suspiró ante la suave caricia proporcionada por aquella mano que quería guiar su rostro hasta alzarlo por su barbilla, provocando que ambos pares de orbes se cruzaran y examinaran mutuamente, a la vez que su sonrojo se suavizaba ligeramente, pero manteniéndose en su pálido rostro.

-Yo quiero que estemos juntos... Y sobre estar listo... Supongo que eso no se sabe hasta que se intenta. Confío en ti, eso debería ser suficiente...

-Es suficiente, no necesito de nada mas...-

Beso la punta de la nariz del angel, antes de dejar su respectivo beso en los parpados de Shinju, tenia unos ojos hermosos enmarcados por esas largas pestañas que le daban un aire delicado y perfecto.

-Me ganare esa confianza... antes de cortar tus alas... debo cortar las mias y dejar esa vida de pies ligeros que he llevado.-

Aparto varios mechones del cabello de esa frente, parecia que iba a besar la frente del angelito, pero los labios practicamente se desviaron para devorar los ajenos.

Los suaves besos que el oficial le dedicaba en su rostro no hacían más que mantener el sonrojo en su rostro, y las palabras susurradas llenaban de alegría su corazón, felicidad que se transmitía a través de sus brillantes luceros. Sabía que el rubio platinado se esforzaba y se esforzaría por cambiar, que era completamente sincero con sus palabras, y eso le bastaba.

Cuando un inesperado beso le fue robado no pudo más que corresponder del mismo modo, cubriendo sus orbes con sus largas pestañas y aferrándose a la ropa que cubría el pecho ajeno con sus finas y largas falanges, deseando transmitir todo lo que sentía en aquella húmeda unión, entreabriendo sus labios para que el más alto explorara hasta donde deseara con plena libertad hasta que el aire fuera irremediablemente necesario, separándose casi imperceptiblemente de su pareja cuando esto aconteció, dedicándole la más dulce de sus sonrisas, mientras su mirada se perdía en la ajena.

-Para mi también es más que suficiente...

Su voz fue un leve susurro guiado por el viento, antes de que ahora fuera él el que iniciara un nuevo beso, más lento y tranquilo que el que el rubio había provocado, pero transmitiendo sus sentimientos con la misma intensidad, permitiéndole al demonio intervenir cuando lo deseara.

Dio la bienvenida a esos labios que se apretaban contra los suyos, lamio y saboreo, apresando de tanto en tanto el labio inferior entre los suyos, dejando su boca entre abierta, dandole la invitacion para la exploracion, un momento estuvo asi, dejandole explorar, explorando el mismo, disfrutando de ese pr imer beso casto y de amor sincero hasta que el aire se hizo necesario.

-Un anillo, un brazalete o mi ojo... cual prefieres?.-

Hablo tras aquel beso, sonriendole enternecido y completamente seguro y decidido, cada objeto tenia un significado de compromiso segun su familia y en cada generacion se daba la opcion.

Se deleitó por el beso que compartían, sintiendo la muda invitación que el mayor le realizaba al dejar su boca entreabierta, aceptándola inmediatamente al introducir de forma algo tímida su lengua en la húmeda cavidad del más alto, experimentando como sus lenguas se acariciaban y danzaban, explorándose mutuamente, conociéndose hasta que el beso tuvo que ser cortado por fuerzas mayores, permitiendo que la voz ajena invadiera sus oídos, creando dudas que se transmitían a través de sus deslumbrantes luceros. Antes de siquiera responder acarició con una de sus manos el rostro ajeno, depositando un par de castos besos en las orbes del demonio, para luego permitir la salida de sus dudas.

-¿Porqué me lo ofreces? Ni siquiera sé que significan... Ni si tendré algo lo suficientemente valioso para entregarte...

Le desconcertaba aquel ofrecimiento, no sabía hasta dónde quería llegar el oficial co aquella pregunta, y le preocupaba que al ofrecerle su ojo pudiera llegar a dañarse si lo elegía, aunque a su vez tenía la sensación de que aquel ofrecimiento era más valioso de lo que en realidad podía llegar a entrever.

-Si te voy a hacer mio... quiero ser tuyo con todas las de la ley de Hell-

Le mordio una mejilla riendo, apresandole por la cintura con firmeza antes de que intentara escapar por la pena o algo asi. Estaban solos, Jazbel se sentia y sabia enamorado y la reaccion propia de su cuerpo por mas que intentase detenerla era meramente imposible, pero sabia o comprendia que no podia forzar al angel a su Shinju a nada mas. La relacion debia perdudar, y esa promesa, ese deseo valia mas que ninguna otra cosa.

-Pero no te dare el significado de lo que significa cada articulo, por instinto es que te debes de guiar-

Le susurro suavemente en el oido, varios de los mechones plateados tocaron el rostro ajeno cuando el demonio clavaba ahora las orbes plateadas en el angel.

Un fuerte sonrojo se formó en sus mejillas al oír las palabras del mayor y sentir aquel suave mordisco y como los fuertes brazos del demonio rodeaban su fina cintura, pero al contrario de lo que el rubio platinado pudiera llegar a imaginar no sintió necesidad alguna de escapar de entre aquellos brazos, sino que más bien una hermosa y tímida sonrisa se dibujo en su rostro y él mismo correspondió con suavidad al abrazo que le era dedicado. Estar de aquella manera con el oficial le hacía sentir extrañamente protegido y seguro, como si no hubiera un lugar mejor en el que pudiera llegar a estar que entre aquellas fuertes extremidades.

La voz del más alto seguía sonando en sus oídos conforme este hablaba, arropándole con la suavidad de su voz, encandilándole y apresándole entre sus encantos, mientras sus orbes eran hechizadas por las ajenas, provocando que inconscientemente, sin poder ni querer evitarlo, le robara un dulce y casto beso a su pareja, mostrándole en él que sus sentimientos eran compartidos.

Sabía que el mayor confiaba en él, y que eligiera lo que eligiera continuaría estando a su lado, pero eso no hacía que el temor a equivocarse desapareciera y que el miedo a dañarle nunca hubiera existido. Por esa razón, con las dudas aún poblando su mente una de sus manos se alzó, acariciando con la yema de sus dedos el contorno del rostro ajeno, mimándolo, amándolo.

-Yo…

Su voz salió en un suave y quedo susurró, mostrando el hechizo bajo el que Jazbel le había sometido, dando al fin una respuesta a la pregunta que le había hecho.

-Prefiero… El anillo…

Su sonrojo aumentó paulatinamente, desconocía si para el demonio y para él podía llegar a tener el mismo significado, pero él lo veía como un símbolo de su amor que él iba a aceptar y a anhelar siempre. Había dudado mucho, el ojo de Jaz era lo que más le había llamado la atención, era como una fuerte tentación, pero algo dentro de él le decía que no debía pedir aquello, como si al preferirlo pudiera llegar a dañar al demonio platinado, y como su pareja había dicho siguiendo su instinto lo había descartado. Elegir entre el brazalete y el anillo había sido más sencillo, simplemente tenía que imaginarse con aquellos objetos y su corazón sólo palpitaba desbocado cuando veía el anillo en su mano. Aún deseaba no haberse equivocado, haber elegido bien, pero fuera lo que fuera solamente deseaba estar con su rubio tormento.

Spoiler:

-El anillo, nuestro amor sera eterno, sabias?-

Cerro los ojos tomando la mano izquierda de Shinju, el corazon le habia palpitado locamente con el beso, y desbocadamente cuando pidio el anillo, susurro palabras intangibles por un momento, como si un viento les rodeara finas lineas c ual fuego encendido dejaron aparecer una hebra de color blanco y plateado alrededor del dedo anular en la mano izquierda del angel, ese fuego no lastimaba ni quemaba y se afianzo por completo en un arillo de exquisito brocado y diseño en ese dedido delgado y largo.

-Una tentativa tramposa de mi parte... no ha sido culpa tuya, puesto que sabia que te negarias.... la mitad de mi ser te pertenece ahora, si me amas como siento que te amo a ti, lo comprenderas y no te sentiras mal-

Abrio lentamente los ojos, tomando la mano del angel besando el anillo con suavidad, el ojo izquierdo de Jazbel no tenia ya ese tono plateado liquido y el anillo parecia brillar con el mismo tono de el ojo derecho.

-Por que esta es mi propuesta y mi promesa para contigo mi pequeño angel-

Spoiler:

Cuando su mano izquierda fue tomada pudo sentir la intensa calidez que desprendía la piel ajena, segundos después miles de mariposas revoloteaban en su vientre y sus orbes se abrieron ligeramente sorprendidas en el mismo instante en el que su dedo anular fue rodeado por aquel mágico y hermoso fuego acabando por formar el bello anillo que había sido ofrecido y aceptado segundos antes, que se dedicó a admirar por unos breves momentos, embelesado con él y con lo que significaba, sabiendo que había elegido bien. Finalmente, alzó la vista para admirar el rostro de su rubio tormento, percatándose de la diferencia que se había producido entre los luceros del mayor, comprendiendo al fin el significado de las palabras que hacía unos instantes le habían causado desconcierto y confusión.

Tal y como había deseado el demonio, él se había percatado del verdadero significado tras sus actos, los que produjeron que una dulce y tierna sonrisa se dibujara en sus labios, combinando con su brillante y amorosa mirada que era dirigida única y exclusivamente a su acompañante, a su pareja.

-Lo entiendo... Y eso hace que sienta que me enamoro más de ti... Si es que es posible sentir algo tan intenso por alguien...

Su voz sonó queda y suavemente aterciopelada, mientras su corazón latía desbocado y sus mejillas seguían conservando aquel intenso sonrojo.

Spoiler:

-De alguna manera somos ya segun las leyes de Hell esposos-

Divertido le tomo del menton observando el dulce color sonrosado en las mejillas ajenas, fuera ilusion suya de enamorado o no, los ojos de Shinju lucian brillantes, los espejos de aquella alma clara limpia y pura eran ventanas de luz a los ojos de Jazbel. Una luz brillante que facilmente le atraia y subyugaba, las alas del amor sin lugar a dudas le tenian completamente embelezado.

-Solo falta la bendicion de la gran adivina... en Heaven tus leyes... como se unen?-

Le acaricio el rostro tomando la mano del angel, comenzando una caminata por los alrededores. Un monton de cosas por pensar y decidir, seria un secreto lo que ocultarian ahora.

Spoiler:

Las emociones que despertaron por su unión se intensificaron y aumentaron cuando escuchó las siguientes palabras del mayor, que cogiéndole de la barbilla con aquellas cálidas falanges y con aquella hermosa sonrisa dibujada en sus labios, llegando a llenar los luceros plateados que el demonio poseía.

De un momento a otro ya se encontraban andando de nuevo, con sus dedos enlazados entre ellos, dedos que antes le habían acariciado arrancándole un tímido estremecimiento por su suave e íntimo toque. Entonces, mientras andaban decidió contestar a la cuestión formulada por el rubio, sin dejar de mirarlo en ningún momento.

-También tenemos un ritual algo similar... Nuestra pareja debe elegir entre un anillo o un pendiente, y entonces... Entregamos parte de nuestro ser, y como señal de que se ha cumplido el pacto aparece una marca, su color y simbología cambia según el ángel, y dependiendo de lo que tu pareja elija la marca aparece en un lugar diferente. Es una especie de... Ritual de sangre, pero no tan complejo... ¿Qué eliges Jaz?

Susurró quedamente, con una dulce sonrisa, pegando su cuerpo al de su acompañante, indicándole con aquellos gestos y con su mirada que deseaba pertenecer al más alto tanto como este le pertenecía, que realmente deseaba que estuvieran juntos.

-Igualdad de condiciones, no ha sido esa mi promesa para contigo?.-

Le mordio el cuello, delineando con besos la piel justo donde la ropa cubria el cuerpo ajenos, las manos viajaban sin restriccion por el cuerpo del angel, acariciando lascivamente la espalda de el de mirada avellana. Mordisqueo la ropa con una sonrisa t entadora y sugerente.

-El anillo, quiero mi anillo, un amor enteramente eterno-

Los dedos se atoraron en el nudo del obi, con aparente descuido, pero la mirada plata en aquel ojo que aun tenia vida demostraba que estaba concientemente jugando con el mismo.

-Hasta que la muerte nos separe-