Peculiar

Si había forma de describir la situación al rededor del capitán del ejercito de Heaven era simplemente como "peculiar". Su ejercito de ángeles puros con un demonio entre los líderes.

Por eso estaba ahora allí, en el campo de entrenamiento, supervisando, esperando el final del entrenamiento para encontrarse con ese demonio. Esperando pacientemente, sólo mirando...

Por ahora.

Aunque era ambicioso entrenando no le gustaba mostrar su familiar en público, para eso era algo remilgado como Ezequiel a mostrar sus alas. Y dado que entrenaba a menudo con ángeles, era mejor así, aparte de un familiar, las diferencias físicas no eran llamativas y practicamente había sido criado entre ellos.

Su nombramiento era reciente y le enorgullecía pensar que algunas cosas estaban cambiando a su alrededor, ideales que compartía con Ezequiel. Enrrolló su látigo y lo colgó del cinturón dirigiéndose a los aseos cuando se percató de aquella presencia, tomó una toalla comenzó a eliminar la humedad en el cuello, flechando al ángel con sus hermosos orbes turquesa.

Su forma de vigilar durante la supervisión había sido por demás inquietante y solo lo observó manteniendo aquella distancia sereno, pero seguro de que el otro actuaría según sus intenciones.

Cuando al fin terminaron, cuando lo vio ir al cuarto de aseo y notó después su mirada sobre él, la expresión seria en su rostro cambio ligeramente por una leve curvatura en la comisura de su boca, una sutil sonrisa para el capitán y un gesto mudo que podía, por sí mismo, decirle que pensaba que había hecho un buen trabajo.

"Mirtros Blezer, si mi memoria no falla..." llamó con calma antes de acercarse, manteniendo una distancia prudente "Mis felicitaciones por su reciente nombramiento"

Un ángel de alto cargo felicitándolo al mismo tiempo que mantenía una distancia prudente, eso llamaba su atención más que cualquier otra cosa.

-Muchas gracias...una nueva felicitación por parte de otro camarada siempre te alegra el día.-de pronto se sonrojó cuando la suave brisa que pasaba por allí levanto parte de su camisa. Le sonrió amablemente colgándose la toalla al cuello y comenzanzo a abrocharse la camisa apenado, acababa de salir de los aseos y aún no andaba demasiado presentable.

-Cromwell Fehér...supongo.-allí mas o menos se conocían todos, pero el albino en especial había adquirido cierta fama de protector con sus hermanos menores.

Miró, sin inmutarse, la escena, como si le resultara algo predecible, permitiéndole arreglarse a gusto, cerrando tranquilamente los ojos y exhalando suavemente el aire por la nariz a la espera de escuchar nuevamente su voz, dejando ver una leve sonrisa en sus labios al reconocer su nombre en los ajenos.

"Así es. Un placer conocerlo en persona, lo que sé de usted ha sido mayormente de otras bocas, pero veo que no se han equivocado al destacar su habilidad en el campo de entrenamiento"

Con un elegante ademán con la mano y apenas un paso hacia un lado, hizo una suave invitación a seguirlo.

"¿Tiene tiempo? Me gustaría poder compartir con usted una taza de té, tal vez, una comida, si usted desea. Realmente tengo deseos de saber cómo se ha sentido en ejercito."

-Agradesco su cumplido...-juntó ambas manos un tanto nervioso, le intrigaba esa mirada tan serena.- Es un todo un honor para mí...Yo tambien he oído rumores sobre algunas de sus actuaciones en la milicia.

Inclinó la cabeza asombrado ante el elegante gesto del mayor, era realmente agradable ser tratado como un miembro más del ejército. Practicamente había sido criado como uno más de ellos a pesar de la significativa diferencia, el conde había sido casi como un segundo padre para él.

-Se lo explicaré con lujo de detalles en su compañía sería complicado negarse...-sonrió agradecido cuando de pronto recordó algo.-Puede esperarme un momento...debo ir a buscar la chaqueta...

Le hizo una reverencia presurosa a Cromwel y antes de que el otro se diera cuenta se había desvanecido con aquella rapidez tan propia del, directo a los aseos. No necesito esperar demasiado, a los poco segundos Mirtros frenó frente a él y recuperó poco a poco el aire.

-Listo...-comentó colocándose bien la prenda y sacudiendo algunas arrugas.Todavía su cabello estaba lgo alborotado, pero con la prisa no había tenido tiempo de recolocarlo.-Le sigo.

Debía admitir que le parecía agradable en sus modos, tenía la educación que se esperaría de un ángel puro y ciertos ademanes en él lo hacían sonreír en sus adentros, y dejarse ver ligeramente sorprendido al verlo correr, siguiéndolo con la mirada, esperando pacientemente a su regreso, uno que le pareció ligeramente alborotado, apresurado y... de cierta forma, tierno también.

Tuvo que llevarse una mano a los labios para contenerse de reír ligeramente, suspirando bajo sin ocultar su sonrisa al tiempo que su mano hizo ademán de ir al cabello ajeno para peinarlo, pero se detuvo a milimetros de éste.

"Estás un poco..." señaló su cabello y sonrió más cálido, amable "Tranquilo... no hay prisa, vamos"

Se dió cuenta de las intenciones del ángel y lo observó sorprendido al ver que evitaba acariciarle el cabello o al menos sabía que tenía intenciones de algo. Mirtros era un poco acelerado y no calló en la cuenta que le indicaba que andaba algo despeinado. Logicamente el continuo movimiento en los entrenamientos terminaba por alborotárselo.

-¿Disculpe?...-mientras seguía a Cromwel hundió varias veces sus finos dedos en los lacios y punteados mechones, no logrando hayar el motivo de su discordia.Pensaba que se le había trabado algo en el pelo- No consigo encontrarlo...

Le comunicó observándolo algo preocupado. Su imagen era importante para él y antes de que Cromwel lo mantuviera tranquilo se le colocó en frente y tomó una de sus manos despacio.

-Con permiso...¿podría quitármelo?...-frunció el ceño algo algo apenado.- No me gusta tener mal aspecto.

Retiró ligeramente su mano al ver que el otro parecía estarce haciendo cargo de ese detallito, viéndolo pasarse los dedos por el cabello, sólo para toparse con una respuesta que no esperaba del todo. ¿No conseguía encontrarlo?

Se sobresaltó al sentir el toque sobre su mano y las sensaciones que esto le traía porque, después de todo y, aunque educado como ángel, Mirtros era un demonio y el saberse tocado por uno de ellos hizo correr adrenalina por su cuerpo y aceleró su corazón, como si su cuerpo le avisara estar alerta de las posibles intenciones y, aunque se le afiló la mirada por instantes, la nueva petición, respuesta e imagen frente a él era... muy distintas a las que su cuerpo había estado esperando.

Se permitió mostrar un pequeño desconcierto que le duró sólo lo necesario para entender lo que parecía estar pasando por la cabeza del otro y volver a curvar sus labios en una pequeña sonrisa para el menor. Asintió, pasándole la mano por el cabello, sintiendo las finas hembras entre sus dedos mientras arreglaba un poco el peinado. Era como un niño. Aún más niño.

"Mucho mejor."

Definitivamente, un muy, muy peculiar espécimen.

"Todo lo demás está en regla"

Alzó sus ojos claros al sentir como le arreglaba los cabellos, cerrandolos despacio sin darse cuenta antes las sutiles caricias del mayor. Aquel trato le hizo recordar al de su hermano Ezequiel, sonriendo dulcemente por lo bien que se sentía y combinarlo con un cálido recuerdo.

-Gracias...es muy amable.

Lo observó de nuevo al escucharlo y se percató de que no tenía nada, lo supo al instante sobre todo por la forma en la que Cromwel había pasado sus dedos. Había notando un rechazo al tomar su mano pero no le dió mayor importancia, creyendo que se había asustado por tomarlo desprevenido.

-Y bien...¿a donde iremos?

"El palacio tiene un hermoso jardín y a esta hora, el clima es especialmente agradable para tomar el té. Si estás de acuerdo, me gustaría que conversáramos allí"

Tenía un pequeño conflicto interno mirándolo, porque estaba el previo conocimiento de estar con un demonio, de todo lo que eso implicaba, pero a la vez, el pequeño impulso por querer tratarlo como a uno de sus hermanos, porque se comportaba como uno de ellos, porque era en cáracter, al parecer, tan lindo como ellos.

Pero qué diría Sebel sobre eso...

"¿Tienes un té favorito? O puede ser que prefieras otra bebida, o algo más sustancioso, después de todo acabas de entrenar, debes tener hambre, ¿qué te gustaría comer?"

-Será todo un placer...es la primera vez que me invitan tomar algo en palacio.

Sólo sonrió al escucharlo, tenía curiosidad por saber como se sentiría tomarse algo allí en un lugar tan lustroso y elegante. Sabía que a muchos demonios Heaven les parecía un sitio aburrido, pero Mirtros tenía la ventaja de haber sido criado entre ellos y practicamente sentir esa llamaba a pesar de su condición. Comprendía sus creencias, todo, y además le debía la vida a uno de ellos que lo había acogido.

- Las bolitas de coco, son deliciosas...-apuntó obsevando a Cromwel y juntando ligeramente las manos, sin saber que hacía comparando aquel color blanco con el de su pelo.-acompañadas con un té de manzanilla...¿tal vez?...o mejor un batido de macedonia...

Mirtros desvió su mirada un instante, se sentía diferente de como solía ser. Seguramente era la presencia de aquel ángel lo que realmente lo estaba influenciando. Ezequiel se lo decía con constancia, no le faltaba personalidad, pero a veces era demsiado camaleónico. En esta ocasión se lo notó hasta el mismo, no paraba de sonreírle al albino y sentía que le faltaba carácter. Se sonrojó sin más haciendo un extrño gesto, adelantó a Cromwel para disimularlo con un paso algo forzado.

-Si ,sí...sino recuerdo mal era por aquí...-era para la izquierda, frenó en seco y luego comenzó andar a la derecha.-jejeje...vaya que despiste...

"Entonces el jardín es un buen lugar para empezar, no sería coherente que tengamos visitantes que puedan quedarse en el palacio cuando uno de nuestros capitanes no lo conoce aún"

Caminaba a paso tranquilo, extrañamente cómodo con la compañía del capitán, con su conversación ligera y con esas inesperadas reacciones en él, ¿no debía cuidarse de eso? ¿de no saber qué esperar del pequeño capitán? Porque había que recordar que los demonios podían ser buenos estafadores pero, realmente, no detectaba en él ese algo que parecían cargar la mayoría de su raza. Y es que una parte de él se puso incluso contento al escuchar la preferencia por dulces por parte del menor, cuando realmente no era algo que meritara estar alegre al respecto, era un gusto como cualquier otro.

"Son muy ricas, sin duda, en lo particular, prefiero acompañarlas de una bebida caliente, tés de las plantas cultivadas en el jardín"

Y, allí estaba, otra reacción por parte de Mirtros, otra que no sabía si sabía interpretar del todo, como el pasar a desviar la mirada, o sonrojarse mostrando una expresión de lo más... rara a su parecer antes de andar más rápido, con pasos que sentía él mismo forzados y un aparente nulo sentido de la orientación que... que le resultó realmente divertido a una parte de él.

"¿Estás bien?" preguntó al alcanzarlo, tomando su muñeca sin ejercer realmente presión, decidiendo que mejor él guiaría la caminata, hasta que se detuvo un segundo para él. "Quizás el entrenamiento fue muy pesado, ¿te sentirías más a gusto otro día?"

¿Por que? ¿por que le sucedía algo así y justo cuando recibía una cordial invitación del príncipe? Sus labios se sellaron enmudecido ante el simple agarre de aquella mano. Su expresión fue tan fugaz como los escasos segundos que se atrevió a observar a Cromwel directamente, algo saltó en su pecho, así sin más y lo obligó a bajar la vista. Entrecerró su mirada serio, esta vez disimulando su nerviosismo y logrando por fin ser él mismo.

-Tiene razón...-algo confuso su primer movimiento consistió en coger con suavidad la muñeca a modo de indicarle que lo soltara. Volvió a hablarle neutral pero dejando su mirada baja, aquellos ojos grises tenían algo especial. No, seguramente era él el que no estaba bien, puede que estuviera algo mareado. Después de todo si se le habían sonrosado las mejillas y notaba cierto calor en su cuerpo era por el cansancio, si, estaba un poco agotado, solo eso. No debía preocuparse tanto después de todo.

-Puede que hoy haya forzado demasiado mi límite...pero suele ser algo que no puedo evitar, me gusta exigirme más de lo que puedo dar y así poder superarme...soy fuerte, estaré bien.- cuando dijo aquello, lo dijo con orgullo y lo observó mas decidido.

-Té fresco, recién preparado de las hierbas del jardín....-movió ligeramente su rostro como si oliera algo exquisito e imaginario.-Así los tomamos en casa...mi hermano Ezequiel tiene un pequeño huerto donde cultiva diferentes especies...un té casero siempre marca la diferencia...definitivamente no puedo rechazar su invitación. Adoro los lugares tranquilos, sería imposible no sentirse descansado en el jardín.

Logró sonreír con suavidad, esperando con ello apaciguar la ligera preocupación que mostraba el mayor por él.

Sintiendo la muda indicación, lo soltó, mirando un nuevo cambio de actitud, tal vez uno más acorde al puesto que ahora desempeñaba el demonio en su ejercito y, a la vez, tan difícil de comprar cuando Mirtros parecía negarse ahora a mirarle a los ojos, pero luego resaltó ese orgullo, la decisión y entereza que ese esperaría de un soldado, de un capitán, algo que por momentos le hizo sonreír con aprobación al joven frente a él.

"En ese caso, nuestras pequeña reunión le sentará bien, pero, por si las dudas"

Elevó su mano hasta dejarla cerca de una de las mejillas de su contrario, sin tocarlo, pero casi, cerrando los ojos por un momento antes de permitir salir de sus manos ese poco de magia, la sensación cálida que implicaba usar el don de curación aún en su forma más básica, sólo para aliviar la fatiga del cuerpo.

"Eso debería ayudar" comentó antes de abrir nuevamente los ojos, retirando su mano e invitándolo a seguir el camino al palacio.

"Es más agradable comer algo que uno mismo ha cultivado, ¿no te parece?" preguntó con una sonrisa en lo poco que faltaba de trayecto "¿Tu hermano tiene interés en la botánica o la herbolaria?"

Por reflejo juntó sus manos un tanto nervioso ante otro nuevo acercamiento. Notó la cálida magia curativa y un agradable calor recorrer su cuerpo, aquel hechizo era en verdad revitalizador. Tomó una ligera bocanada de aire y suspiró mucho más relajado sin darse cuenta de que sus mejillas no habían perdido ese tono sonrosado tan sútil.

-Gracias...-comentó tras él, disfrutando de las vistas que ofrecía el palacio desde aquella privilegiada posición a diferencia de otras construcciones.-Por supuesto, además es un experto en preparados para curar venenos y emfermedades relacionadas...por eso solicitó en su día el pasaporte, investiga y viaja mucho. Practicamente dedica su vida a la investigación...la herbolaria y la botánica forman gran parte de sus conocimientos...

Se quedó un instante pensativo , Ezequiel contaba con varios permisos y era uno de los altos cargos en magia blanca.

-Seguro que lo conoceis de alguna audiencia, pero no me imagino a todos los miembros nobles que ha debido de atender...realmente posee un gran séquito a su servicio.-sonrió divertido al mencionar aquello.

"Vaya, su hermano parece una persona realmente dedicada. He intercambiado algunas palabras con él" comentó al llegar al palacio, entrando a los hermosos jardines, los que hacia poco había elogiado, donde podía sentirse el inigualable aroma de plantas, flores y tierra mojada. Sus hermanos se encargaban siempre de mantener el lugar impecable, cuidado.

Una sonrisa contenta apareció en sus labios al instante, porque ese lugar siempre parecía estar rodeado de hermosos sentimientos de plantas que parecían felices de poder dar de su paz y alegría a los visitantes de la raza que tanto las cuidaba.

"Este jardín es uno de mis favoritos. Creo que los demonios no pueden sentirlo de la misma forma que los ángeles, pero, apenas uno entra, se puede llenar de los sentimientos que lo que crece aquí trata de transmitir. Todas estás plantas están agradecidas por cómo son cuidadas y lo dejan notar en sus hojas y frutos... Sólo estar aquí es revitalizante"

Llamó a uno de los siervos del palacio y le pidió que trajera agua caliente para preparar una infusión, dulces de coco y un batido de macedonia para el capitán, antes de invitarlo a sentarse a una de las mesas en el jardín.

"¿Me acompañas?"

Iba tranquilo tras él disfrutando de la inigualable adquitectura que lo rodeaba aunque acostumbrado tal vez a una más austera ahora que Ezequiel había tomado la desición de mudarse al campo. Era simplemente un clima diferente.

-Aquí se respira un aire más puro.

Murmuró por lo bajo algo distraído, pero no lo suficiente como para percatarse de la hermosa sonrisa que iluminó el rostro de Cromwell. Entrecerró su mirada disfrutando de una extraña ensoñación que se apoderó de al contemplarlo, pero al instante desvió su vista a las flores y algo intimidado dio unos ligeros pasos hacia unos lirios blancos. Estaba algo inquieto, juntó sus manos en la espalda y se quedó silencioso.

-A mi me gusta estar aquí, si puedo entender un poco esa conexión con las plantas aunque no tanto con otros seres vivos...-comentó al tiempo que abrió sus manos, podía sentir la frescura de aquellas flores recién regadas, la tierra estaba mojada.-Mi hermano dice que cualquier ser vivo puede sentirse en sintonía con la naturaleza y que solo es cuestión de encontrar tu lugar...pero el sabe escucharla de una forma un tanto especial,como voz seguramente... puede estar horas apreciando algo que a simple vista resulta insignificante....no siempre puedo seguirlo.

Giró obediente al gobernante y asintió con una sonrisa, acercándose a la mesa con paso elegante, firme y aquella capa tan elegante con la insignia de Heaven ondeando al viento. Al sentarse se notó algo fresco en la muñeca ,retirándose algo de humedad que seguramente había cogido sindarse cuenta.

-Por cierto...¿suele descansar aquí a menudo?...parece un buen sitio para depejarse de todo posible estrés ...-comentó divertido. Y es que se sentía demasiado a gusto en aquel lugar, pero no debía olvidar con quien estaba tratando o al menos eso esperaba.

"Me gustaría pensar que así es... que todos podemos estar en sintonía con lo que nos rodea, pero al final, lo importante es lo que hacemos con eso"

Tomó algunas hojas de menta, llenándose los dedos de ese agradable aroma para ponerlo en una pequeña pelotita de metal que tenía pequeños poros para poner dentro de ella algunas de las hojas y poder dejarla luego en la taza para servir ella el agua caliente, viendo el delicado tono verde con el que poco a poco se iba tiñendo el agua.

"Es un lugar muy agradable, es normal que ande por aquí, sobre todo cuando necesito pensar, aquí, con Yggrassil y el oratorio son mis lugares predilectos. ¿Tú tienes un lugar en el que te sientas especialmente a gusto?"

Su mirada se centró extrañamente en los labios del príncipe mientras le comentaba aquello, preguntándose si andaría relacionando sus pensamiento con demonios y terranos y el uso que hacían estos de la naturaleza. Aunque Mirtros no conocía demasiado del resto, practicamente conocía mejor a los ángeles que cualquier otra raza.Entrecelazó sus dedos descansando los codos sobre las rodillas y acariciándose ligeramente las yemas de los dedos. En sus ojos se reflejó el agua tiñiéndose de aquel curioso color verdoso y sonrió ante el agradable aroma que desprendía.

-Pues...-alzó su mirada al cielo algo pensativo, aquella pregunta lo había tomado desprevenido hasta que de pronto fijó su vista en el otro.- No, por más vueltas que le dé creo que no...hay demasiados lugares agradables en Heaven, creo que debe ser por eso.

Independientemente de lo que todos esperan escuchar, Mirtros observó sorprendido al gobernante, realmente nunca se había planteado un lugar favorito y hasta a él mismo le extrañaba. Alguna que otra noche había visitado Hell por simple curiosidad y conocía un poco la vida nocturna, pero su pasión era mejorarse como capitán. Era joven aún y parecía buscar su lugar en aquella sociedad.

-Estoy buscando un equilibrio...ultimamente no logro centrarme en otra cosa...-murmuró por lo bajo, parecía alterado por ese tema.-ouch¡...lo siento...

¿Que haces? no le comentes esas cosas...idiota

"Bueno, eso es verdad" admitió con una pequeña sonrisa, Heaven por sí mismo era un lugar agradable para estar, básicamente en cualquier sitio, al menos para él, la luz, el aire y esa armonía perceptible entre los seres vivientes en su tierra era algo que no creía que pudiera encontrarse en Hell o en Terra con esa intensidad, con esa calidez...

Tomó la taza en sus manos soplando suavemente sobre el humeante líquido translucido, acariciando la taza con la yema de los dedos antes de llevarla a sus labios y dar apenas un pequeño sorbo, para no quemarse los labios, la lengua o la garganta incluso, bajándola cuidándose de no hacer ruido.

Por esos escasos momentos su mente había vuelto a esa parte desconfiada de él que se permitía dudar si lo dicho por el joven demonio era real o si era una forma en la que esperaba quedar bien frente a un superior, pero decidió guardarse ese pensamiento para sí mismo y mantenerlo en sólo lo que era, una insignificante duda de algo posiblemente inofensivo... Entonces algo captó su interés en las palabras ajenas y lo que le pareció una real consternación al respecto.

"¿Un equilibrio?" inquirió con cuidado, buscando en la mirada turquesa la respuesta, pero sin forzarla "¿Quieres contarme? Tal vez pueda ayudar"

Conmentar algo más al príncipe, significaría abrirle tal vez zonas de su interior que no podían ser compatibles con su gobernante. A pesar de ser una persona con cierto años y cierta experiencia, algo le decía que habían cosas que no se debían mencionar en su presencia. Cuando Cromwel lo invitó a tomar algo con él en aquel lugar no había mostrado signos de desear indagar demasiado en Mirtros.

El demonio solía desconfiar de las intenciones de otros ángeles por que muchos habían intentado aprovecharse de su mayor debilidad, no ser uno de ellos. Pero a pesar de eso el joven había llegado a apreciarlos y considerarse uno más allí, igual no había sido fácil luchar por ello.

Juntó las manos en sus labios algo dubitativo, un puesto reciente, una posición privilegiada en su extraño caso y de pronto observó al ángel.

-Un equilibrio en mi mente...entre lo que soy y lo que debería ser...-de pronto entrecerró su mirada y la desvió al jardin, ocultandola ligeramente entre aquellas pestañas rubias y tupidas.- Son realmente pequeños detalles...en el campo de entrenamiento por ejemplo, no cuento con todos los requisitos...mi familiar está a vuestro completo servicio, pero nunca lo he mostrado ante otros ángeles.

De pronto giró hacía al mayor y le sonrió con suavidad como si solo fuera eso, algo pasajero tal vez.

-Practicamente he sido criado entre ángeles y no conozco otra forma de vida, pero me temo que algunas de mis habilidades nunca serán del todo aceptadas y ya he aprendido a lidiar con ello...-asintió muy seguro de sí mismo.-Me gusta vivir aquí y mis amigos, mi trabajo...nunca renunciaría a algo así...

Y aunque no lo mencionaba, odiaba a Hell, odiaba a todo lo que habían obligado a renunciar a sus padres y como habían estado a punto de acabar con sus vidas por una supuesta traición. Un extraño caso en aquel lugar, Ezequiel no conocía esa parte de Mirtros, parecía demasiado ocupado con sus propios problemas y en esa reencarnación que daba la impresión de no aparecer nunca.

Sintió, sin esperarlo, cierta empatía con aquel demonio cuando mencionó la clase de equilibrio que buscaba, entre lo que era y lo que debía ser, y sintió por momento que esa parte de él lo traicionaba por dejarse convencer por eso, pero la duda y la aparente pena por mencionarlo...

Bajó la mirada a su té, delineando el contorno de la taza antes de alzar de vuelta la mirada encontrándose con una suave sonrisa resignada, quizás hasta agradecida que le parecía esconder cierta tristeza detrás... pero tal vez sólo eran suposiciones suyas, sólo pensamientos que le evocaba ese ser frente a él que parecía jugar entre uno y otro lado de las posibles formas que tenía para verlo. Ángel o demonio... El mismo dilema que parecía tener el mismo Mirtros.

"Yo creo, capitán, que contrario a lo que piensa, cumple los requisitos" Admitió regalándole una pequeña sonrisa, aunque su mirada se desvió por momentos a su té "No soy alguien que suela confiar en los de su raza, si llegaste a ese puesto es porque lo merecías realmente. Las exigencias del ejercito en Heaven, más allá de la magia blanca propia de los ángeles, se basa en convicciones reales, en fe en las enseñanzas de nuestro templo, en los que pueden actuar más por amor a sus hermanos y al creador y el deseo de proteger que por el odio o el deseo de venganza. Y aunque sea complicado incluso para mí aceptarlo, veo más devoción en el capitán frente a mí que en muchos ángeles, más gratitud, y mucho más respeto que el que otros terranos o demonios, incluso ángeles, tienen por las costumbres de esta tierra, eso fue lo que te hizo realmente el más apto"

Elevó la mirada buscando los ojos turquesa del menor y, tras mirarlo apenas un momento, sonrió un poco más notoriamente mientras negaba suavemente con la cabeza para sí mismo.

"Quizás un día quieras presentarme a tu familiar, mientras no trates de atacar a alguno de los ángeles con él" comentó con un tono un poco más ligero, más de broma "te prometo que no perderás tu lugar aquí"

-Su majestad es una de las personas más dilúcidas que conozco...eso le honra.-sus mejillas se sonrosaron sin que Mirtros se diera cuenta, su pecho estaba embargado de tanta felicidad como nostalgia.- agradezco vuestra sinceridad, por que me ha dado motivos más que suficientes para creer en voz y en Heaven...adoro estas tierras y a su gente...aunque mi origen es otro huevo más del árbol impregnado...soy consciente de mis poderes

Entrecerró su mirada un instante y luego la desvió hacia el jardín.

-Y a pesar de que todos me dicen de otra raza solo siento mis poderes por que soy incapaz de identificarme con algo más...al haber sido criado entre ángeles y aceptado por ellos no puedo menos que protegerlos, mi familia es Heaven y cuando recibí mi nuevo látigo os juré lealtad eterna...no importa lo que pase, no importa lo que se interponga...- de pronto observó al príncipe con una hermosa sonrisa y un brillo precioso en sus ojos turquesa, una promesa incluso más fuerte que las que había hecho hasta ahora y un sonrojo más que evidente.-siempre lo protegeré y lo apoyaré en todo lo que me pida. Podeís dudar, no lo culparé por ello pero yo no dejaré de creer en usted.

Sin embargo había algo más que lo empujaba a no permitir que nadie dañara a su hermoso señor y ni cuenta se daba. Era como si sus dudas se huvieran disipados todas por aquel día. Con el tema del familiar sentía que el ambiente se relajaba ahsat cierto punto.

-Se lo puedo mostrar cuando quiera, príncipe Cromwel...es bastante obediente aunque su aspecto...jeje...bueno... intimida bastante, hay familiares más agraciados...como las hadas, son realmente graciosas...-comentó divertido recordando la de su madre y amasando un poco el terreno.- sin embargo otro tipo de familiares son más distantes y su único objetivo es proteger a su amo...el mío es del tipo dragón.Aunque de seguro ya debeís haber visto unos cuantos.

Bajó ligeramente la cabeza y se rasco la barbilla con sonrisa apenada, tenía un familiar algo peculiar y que seguramente podía espantar algunos soldados del ejército, otro motivo para mantenerlo oculto en aquel lugar. No era la primera vez que un ángel inocente le daba la tabarra con ver a su familiar y le daba un patatus allí mismo aunque para Mirtros poseía una extraña belleza.

"Qué promesa más noble" admitió con una sonrisa cálida para el menor, porque lo era, una de las promesas más nobles que hubiera escuchado, equiparable incluso con las dichas por ángeles al entrar a cuerpo militar, a algunos sacerdotes, sanadores y criadores.

No dudaba de sus buenas intenciones, porque podía sentirlas, podía verlas en esa sonrisa, pero sobre todo en ese especial brillo en los ojos ajenos, en esos espejos del alma que poco podían ocultar y que eran resaltados en su color turquesa por el suave rosa bajo ellos que de decoraba ahora las mejillas del joven demonio. Incluso sintió por un momento el impulso de acariciar esas mejillas que estarían seguramente tibias, al juzgar por su coloración... Mas entretuvo mejor sus manso con el dulce que tenía el tono blanco de la piel del demonio que un ojo menos experimentado y oído más ignorante podría pasar por ángel.

Era tan lindo como podía serlo un cachorro de león, un hermoso gatito tan tentador para mirar. Admitiría, sólo para sus adentros, que Mirtros era un ser realmente hermoso a la vista.

"Tu familiar suena bastante llamativo, admito que he tenido la oportunidad de conocer a algunos familiares, no todos en las mejores circunstancias, pero... son ciertamente criaturas interesantes, tan distintas unas de otras..." Decidiendo ignorar por momentos la rigidez que suponía el mantener todas y cada una de las normas impuestas por los buenos modales, recargó ambos codos en la mesa y entrelazó sus manos para apoyar ligeramente su barbilla en el dorso de sus dedos "Cuéntame más de tu familiar..."

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