Malas noticias...(privado)

Ezequiel estaba preocupado desde hace varios días, no había tenido noticias de Mirtros ni se había parecido por casa. Había comenzado su búsqueda pero no hayaba pistas que lograran darle algun resplandor sobre su paradero y los padres del capitán comenzaban a preocuparse, odiaba ver así a la madre de Mirtros.

Llevaba un buen rato buscando al príncipe, uno de sus últimos recursos, quien mejor sino él para responder ante el capitán. Por no mencionar que Mirtros llevaba algunas semanas distante por sus sentimientos y Ezequiel los conocía. Seguía buscando por los pasillos, por la sala del trono, por cualquier lugar, sin saber que Mirtros no necesitaba pensar mucho para encontrar al albino, lo conocía incluso mejor que Ezequiel y eso sonaba extraño proviniendo de un demonio. El mago dió algunos rodeos hasta que por fin llegó a la conclusión de donde podía estar, seguramente encerrado en los libros como todo intelectual de su calibre que se precie, sabía de la calificación que solía hacer Cromwell de cada libro que entraba a Heaven, al igual que muchas otras cosas que provenían de sitios extranjeros. Una de tantas cualidades que apreciaba de su gobernante.

-Alteza?...-susurró suave, esperando no interrumpirlo. Efectivamente se encontraba en la biblioteca acercándose a él con pasos lentos y pausados.

Habían traído nuevo material a la biblioteca, algunos libros qué él mismo había pedido y otros sugeridos que de igual forma se aseguraría de revisar antes de poner en los estantes, porque algunos de los libros venían directo de Terra y un par de ellos desde Hell y tenía que cuidar lo que leían los ángeles jóvenes, lo que leían los ángeles en general.

Además...

Suspiró cerrando el libro en sus manos, cansado de leer, cansado de pensar en todo lo que estaba pasando al rededor del reino que había sido de Sebel, que para Cromwell, seguía siendo de Sebel...

Se pasó los dedos por el cabello mientras se daba la oportunidad de cerrar los ojos por instantes, recordando lo que había pasando en el puente hacía unos días y cómo esa discusión, a la fecha, aún le hacía estragos el estómago y los nervios. No era algo en lo que quisiera pensar y a la vez no podía evitarlo. Había vuelto a buscar al capitán al día siguiente, había preguntado por él a sus soldados, pero cuando le habían dicho que no tenían idea de donde estaba, había simplemente asumido que había decidido irse de Heaven.

Sebel tenía razón... no se debía bajar la guardia frente a los demonios, ni siquiera un poco.

Escuchó que le llamaban y abrió los ojos para mirar al ángel en cuestión, reconociéndolo al instante, soltando una suave sonrisa, aunque algo cansada antes de ponerse de pie, acomodando el libro que había mantenido en sus manos sobre la pequeña montaña donde estaban los otros.

"Ezequiel... me da gusto verte. ¿Me buscabas?"

Su pregunta le robó una pequeña sonrisa al mago blanco, alzando las cejas entretenido.

-Obviamente.- Había tantas cuestiones en su cabeza, por que que su querido hermano se huviera desaparecido de ese modo sin siquiera dejar una nota no lo ponía precisamente de buen humor. Siempre era amable y condescendiente con otros pero incluso así, algunos podían notar un ligero cambio en él.

-Es solo que...no he notado en alta estima al capitán de la guardia por estos lares.-murmuró suave, pero la penetrante mirada avellana denotaba reproche.- Unos de sus más fieles soldados se apareció por la vivienda y preguntó por él, pero curiosamente cuando le pregunté que si era un envíado de palacio tan solo mencionó que venía por su cuenta.

Una silla rodó en la mesa y Ezequiel se sentó tranquilamente, observando a Cromwell y esperando alguna respuesta de su parte. Cualquier cosa le huviera parecido sospechosa, pero con aquella cuestión esperaba resolver dudas si es que no había pasado algo que escapara de sus conocimientos. Sabía que Cromwell era muy inteligente y eso mezclado con sus años sería clara ventaja sobre él, pero aún no se rendiría de indagar en lo que pudiera.

Lo meditó bien, su primera prioridad sería averiguar si Cromwell sospechaba algo de los sentimiento de Mirtros y lo único que necesitaba hacer era hacerle pensar al otro que podía estar relacionado con su desaparición pero de forma sútil y sin mencionar el por que. Para demostrar que sabía algo, una suave ráfaga de aire cerró la puerta de la biblioteca para intimar entre ambos. Lo observó a los ojos de nuevo después de esa acción, a favor de Ezequiel estaba la ventaja de que tenía mas de un motivo para sospechar de Cromwel, no era solo necesario que lo relacionaran con el enamoramiento de su hermano.

"¿En qué puedo ayudarte?" la respuesta le había parecido algo poco común en Ezequiel, quizás por el leve grado de hostilidad que parecía haber siempre tras la palabra elegida para contestarle, pero decidió no decir nada, si algo le molestaba, ya lo diría.

Se sentó para seguir escuchando a Ezequiel y, aunque cuando apenas había llegado el ángel había pensado en la posibilidad de poder hablar de algo más, algo mundano, algo simple, como tés y flores, al final, un tema que había estado rondando por su cabeza apareció. Y era de esperarse, Ezequiel y Mirtros se hacían llamar hermanos.

"Ya veo... Por favor, no tengas en mal a los soldados, no he tenido oportunidad de informales algo de Mirtros de forma oficial ya que yo mismo no estoy seguro de qué ha pasado con él" admitió, cerrando los ojos y presionando ligeramente sus lagrimales con el dedo medio y pulgar. Le dolían los ojos. "La última vez que hablé con él parecía terminó muy alterado y, como no supe de él al día siguiente, pensé que se habría tomado unos días para meditar las cosas..."

Tampoco iba a hablarle mal de Mirtros a Ezequiel. No era el caso, ni el fin... No con ese demonio en especial, al menos.

"¿Ha podido hablar con él?"

-Cromwell, te seré franco...incluso conociendo que piensas acerca de los demonios...quiero escucharte y ayudar a Mirtros. A los dos...-frunció el ceño y su mano se posó tranquila sobre la otra, mirándolo fijamente. Esta vez quería ser una amigo para el gobernante, era la única forma de llegar a donde los dos querían o alguno de los dos deseaba. Verdad solo había una y el conde quería llegar hasta el final con todas sus consecuencias.

-Intento comprender parte de lo sucedido, no te culparé de nada...-murmuró suave.- Pero para poder llegar a un entendimiento entre los dos, será necesario que te sinceres conmigo y me digas que crees que pudo escuchar Mirtros de tus labios que lo impulsara a semejante locura.

Su cara se llenó de pena y le negó al otro cualquier rastro de duda.

-Puedes temer por un hermano tuyo perdido en Hell, uno que ni siquiera puede volar y está sufriendo. Por que Mirtros realmente no conoce otro mundo que no es Heaven, apenas es un capitán iniciado y que se muestra fuerte ante otros, pero es especialmente débil tras ese cascarón y puede durar día confuso, es su peor defecto. Es más débil de lo que te imaginas, sabía que esa testarudez suya por ser aceptado entre nosotros lo llevaría a algo así. Pero por una vez no esperé del que huyera y se mantuviera firme como otras tantas lo ha hecho...-separó sus manos y entrelazó sus propias manos sobre la mesa.-

Mirtros siempre ha luchado contra todos los que se oponen a él, no ha sido nada fácil , los ángeles tambien han llegado a ser crueles con él...Es a los que los conduce todas esas ideas sobre los demonios, vivir entre dos mundos no es nada fácil para un demonio. Es como si cualquier error que mi hermano cometiera pudiera ser calificado como algo típico de un demonio, cualquier pensamiento negativo que tuviera respecto a otros, cualquier mentira, siempre tuve la sensación de que lo consideraban inferior para sentir. A veces duele que otros no puedan ver lo evidente, tiene un gran corazón, le gusta ayudar a los demás y es triste que muchos solo prefieran valorar lo que consideran un defecto.

El tono de Ezequiel le llegó a desconcertar, pero lo disimuló bien, salvo por el pequeño instante en que sus ojos bajaron a la mano que se había puesto sobre la suya antes de volver la vista a los ojos ajenos... aunque el "no te culparé de nada", para alguien como Cromwell, sonaba de entrada a que asumía que había una culpa en él.

Cada palabra de Ezequiel hacía notar la preferencia de Ezequiel por Mirtros y, aunque su parte lógica entendía que tenía mucho que ver con que hubieran sido criados prácticamente como hermanos, esa misma lógica, al ser evaluada a la par que sus teorías al rededor de lo que los demonios eran y hacían creer a otros que eran, le hacia pensar que Ezequiel realmente necesitaba alejarse un poco de la familia de demonios por la que ahora abogaba.

Cerró los ojos apenas un instante para forzarse a mantener abiertos sus pensamientos y exhaló suave antes de volver a prestar atención.

Sí, sabía que Mirtros había sido criado en Heaven y que tenía un buen corazón y, aunque sería hipócrita decir que no dudaba de eso, si quería creer en ello, porque lo había tenido en su ejercito y había compartido la mesa con él, ¿no era esa una prueba de que quería creer en ese demonio? Tampoco creía que Mirtros fuera especialmente fuerte y estaba consciente de que, como para muchos ángeles había sido una aberración tenerlo en el ejercito, para el capitán seguro debía ser difícil también tener que sobre llevar eso.

Vivir entre dos mundos, si bien, como lo planteaba Ezequiel, no era nada fácil, tampoco era algo que tuvieran que hacer, y no porque Cromwell no viera la evidente barrera que había entre sus mundos, ideas y razas o porque pretendiera borrarla. Era difícil para él aceptar lo que Ezequiel tenía para decirle, o más bien el enfoque con el que pretendía decirle las cosas, cuando Cromwell, si algo quería, era que todo lo que no fuera ángel se alejara de Heaven.

Lo ponía en una verdadera disyuntiva. Y si pensaba en qué hubiera hecho Sebel, la respuesta le parecía clara... pero era su culpa ahora, haber permitido quedar en la posición en la que ahora estaba.

"Ezequiel... sé que has crecido tratando a Mirtros como tu hermano y entiendo que haya afecto entre ustedes. No dudo que ambos tengan un buen corazón y buenas intenciones, ni siquiera dudo que los demonios en general puedan tener corazones nobles, la problemática nunca ha sido esa, sino que va a algo más genético, instintivo, que tiene que ver con el mismo nacimiento de su raza."

Tenía que pensar bien sus palabras, lo sabía.

"Tengo que admitir que la conversación que tuve con él se tornó mucho más personal de lo que había pensado, y es probable que ninguno de los dos se haya expresado correctamente. Me pareció que él creyó por un momento que lo estaba echando de Heaven, cuando nunca fue mi intención sonar de esa manera. Después de eso, él estaba molesto y se teletransportó, desde entonces no sé de él"

Por un instante meditó bien sus palabras después de escuchar a Cromwel, no pudo menos que sorprenderlo interiormente. Desde la última vez que trataron sentía que de alguna manera trataba con alguien diferente, había algo diferente en él.. Sabía que Cromwell había sido benévolo con la posición de Mirtros y le había dado su voto de confianza, no era de extrañar que le tuviera cierta estima a pesar de que fuera un demonio. Por supuesto no pretendía que sintiera la misma estima que sentía Ezequiel por su hermano, pero realmente quería encontrar algo donde se pudiera enfocar el punto de vista en ambos. Intentar comprender a su hermano.

-No puedo adivinar por que ha huído, pero al igual que es débil, tambien es tozudo...una parte de mí no puede creer lo que ha hecho, por eso he venido. Sigo sin poder creer que Mirtros haya huído.

Dejó un pequeño silencio un instante perdiendo su mirada algo pensativo y juntando las manos bajo sus labios, tan solo dejando descansar los codos.

-Lo de discutir con su príncipe me lo esperaba, era inevitable, había cierta tensión entre ustedes...Mirtros ya conocía un poco como pensabas antes de conocerte mas de cerca, son muchos los que saben tu forma de pensar respecto a otras razas y comparten tu opinion. Mirtros quería ser aceptado, siempre llegué a temer que si tocaban ese tema...en fin.-alzó la mirada al gobernante de Heaven, sereno pero curioso.- Hay que buscarlo, sé algo más de todo este asunto y que lo hace especialmente vulnerable al desprecio de quien más estima, no hay nadie más capaz de lograr eso en él...hacerlo sentirse roto.

Se alzó apoyándose sobre el marco de la silla y jadeó pesadamente.

-Solo hay dos posibilidades, si ha huído por su cuenta, incluso si lo encuentro no me escuchará...es muy joven, puede que para madurar necesite tu ayuda, tú serías el único capaz de hacerlo volver...por el contrario, si no ha huído , alguien se lo ha llevado cuando estaba especialmente débil y no opondría resistencia de la misma forma...-negó de pronto.-pero sigo creyendo que Mirtros no huiría. Después de todo lo que ha luchado.

Guardó silencio mientras meditaba bien las palabras de Ezequiel y lo que daban a entender y, la decir verdad, no le agradaba lo que estaba leyendo en ellas.

"¿Debe entender que Mirtros habló de sus sentimientos contigo?" cuando había dicho la palabra sentimientos, había un tono distinto que enfatizaba ligeramente la palabra para hacer notar que no hablaba en general, sino de algo específico referente a ellos. No le agradaba que Ezequiel pareciera apoyar en alguna forma eso. Sentía que era una especie de señal de estar empezando a ser corrompido por lo que era el demonio... un demonio finalmente.

"Creo que en un punto, Mirtros dejó de buscar ser simplemente aceptado para tratar algo más y admito que espero que no hayas apoyado esa idea" no quería hablar de más, porque realmente no quería echarle tierra a la imagen del capitán, mucho menos cuando hablaba con su hermano de crianza pero... sí, le molestaba, no era algo que pudiera negar del todo.

Respiró hondo y exhaló suave, de forma casi imperceptible.

"Aunque concuerdo en que lo mejor sería ver por él, si realmente no se ha ido por su cuenta, o aún si lo ha hecho, lo mejor sería escuchar de él una explicación y las cuentas que le debería a nuestro ejercito y los soldados a su cargo... Lo conoces mejor que yo, ¿tienes alguna idea de dónde sería bueno empezar la búsqueda? Me temo que mi primera referencia sería que haya ido con su familia y, ya que no es así, Hell es mi otra opción y las posibles razones para eso no me terminan de agradar"

-¿Mmmm?...-alzó ligeramente ambas cejas cuando lo escuchó, ahora si que tenía puestos sus cincos sentidos en el gobernante de Heaven, aquel tono de voz tan enfatizado desde luego no podía ser ignorado por el mago blanco, esperando y escuchando pacientemente como siempre hacía, intentanto hayar en el comentario ajeno algo que le revelase mucho más de su estado emocional, mucho de lo que sabía y sus labios no le pronunciaban directamente. Por dentro no pudo menos que sorprenderse cuando o escuchó, si había escuchado bien, Cromwell ya lo sabía y aun así estaba dispuesto a buscar a su hermano, el punto era saber hasta donde sabía de aquello. Solo que consideraba peligroso indagar mucho más.

-Para serte franco a Mirtros no le gusta Hell así que no puedo especificar un lugar, la única idea que apoyo es que Mirtros busque quizás un igual, pero no cualquier demonio, uno que cuide del y lo haga feliz...por que realmente el pacto que tiene en Heaven tan solo lo vuelbe un león amaestrado, por que se le ha prohibido amar. El corazón traiciona, no siempre elige el rumbo a donde debe sino a donde quiere, nadie es la ecepción, por que todos amamos, de una forma u otra. Hasta ahora lo ha controlado, incluso mejor que otros ángeles que no han podido resistir pecar. Pero yo de algún modo, quiero preservar cada raza, sería un caos que todas se juntaran y Mirtros es un caso aislado, el problema es que no pertenece a Hell, se comporta como uno de los nuestros y no entiende las costumbres de los demonios, si quiera sus padres se las han inculcado, siempre lo han apoyado y han dejado que él eligiera que destino escoger y siempre escogió Heaven.

Suspiró pesadamente de nuevo, se veía que echaba de menos a Mirtros, que no quería quedarse de brazos cruzados.

-Seá como sea, es mejor salir de dudas, no puedo ignorar el problema cuando presiento que está en peligro...temo que intenten forzarlo a sentirse como alguien que no es, que cualquiera que lo encuentre se le antoje en hacerlo cambiar de idea. Por que él defiende sus valores y lo he visto en más de una ocasión enfrentado con un demonio, digamos que la calma eterna no es su punto fuerte. No es que los demonios sean asesinos, pero hay zonas de Hell muy peligrosas, y aborrezco desde el fondo de mi alma la esclavitud. Si Mirtros cae en algun punto negro, no quiero ni pensar lo que le puede suceder, es ingenuo, es por eso que me preocupa.-lo observó tranquilo.

-Es un peligro real, no me lo estoy inventando...incluso tú mismo viendo las diferencias sabes bien de lo que hablo. Es cristalino y fiel a sus sentimientos, la única prueba que necesito es esa discursión que tuvieron. Si Mirtros mintiera tan bien como un demonio, todo seguiría tranquilo entre ustedes, pero me temo que no ha sido así. No ha podido mentirte...ha sido más fuerte que él mismo.

"No es amar el problema..." corrigió "el problema es tomar el amor que debería ser entre nosotros fraternal como un pretexto para llevarlo al acto físico que han adoptado los terranos y los demonios"

A veces sentía que ni el mismo Ezequiel sabía realmente cual era la problemática, para Cromwell, de la naturaleza de Mirtros.

"Sí, hay ángeles que han caído en pecado, perdido su pureza, más que la corporal, la de su esencia y la han manchado con un acto como ese que no hace más que cegarlos y hacerlos más y más impulsivos, entregados a pasiones y a sensaciones momentáneas que, en la vida real, sólo acaban en tragedias. Tragedias que nuestra historia y leyendas se ha ocupado de contar, por ejemplo".

Pero... no era de eso de lo que estaban hablando.

"Sé las buenas intenciones de ese demonio, de Mirtros, y conozco la clase de educación que ha llevado, de otra forma, no lo hubiera dejado siquiera postular para el ejercito de Heaven y, si bien reconocí en él un corazón noble, la nobleza también puede ser mancillada por el instinto, por lo que el cuerpo y malas influencias, pueden hacer pensar que está bien, como alentar cierta clase de sentimientos. No dudo que eso mismo lo ponga en peligro de alguna manera, si realmente está en Hell, o de que ponga en peligro la seguridad de Heaven, pese a que no se le han revelado grandes cosas..."

Se levantó de su asiento para caminar a un ventanal cercano y mirar por la ventana hacia donde estaban los ángeles.

"No me parece haberme negado a ayudar a la búsqueda del capitán... Pero también espero que entiendas, Ezequiel, que Mirtros no deja de ser un demonio, con todo lo que eso implica, y así como los sentimientos lo pudieron traicionar una vez, siendo más fuertes que él, como tú mismo has dicho, no hay nada que me garantice que no pasara de nuevo, con los de otro tipo. Tanto se había esforzado él mismo para entender lo que he buscado decirles, por el bien te Heaven..."

Puso la mano contra la ventana, sintiendo el frío en la yema de sus dedos, aún mirando a sus hermanos, a sus ángeles, a todos lo que tenía que seguir luchando por proteger...

"Y lo echó a perder, y la confianza que había empezado a darle, también la perdió. Porque eso hacen los demonios... Esa es su naturaleza y, para su propia desgracia, no pueden hacer nada por ella."

Por eso... por eso era mejor cuando a todos ellos los manteníamos lejos.

-Espera un momento.-esa parte no la sabía Ezequiel.-¿te ha propuesto algo? ¿ha intentado revelarse contra Heaven?...pensé que Mirtros era más pacífico en ese sentido. Hasta donde yo sé, trataba de olvidarse de tí...por eso te evitaba, nunca me informó de lo contrario...¿Realmente que puedes temer de un demonio que quiere proteger Heaven?¿Que quiere creer en lo que tú crees?. Solo te daré las gracias por ayudarme a buscarlo...pero....

Se notaba que Cromwell estaba preocupado por algo pero el mago no consideraba que Mirtros fuera un auténtico peligro. Meditó un instante sus palabras, el peligro que veía Cromwell en que el demonio volviera a intentar o a su entender, sentir algo que no debía. ¿En que medida podía perturbar eso a Cromwell?

-Hablas del instinto de un demonio, pero no has mencionado en ningún momento el instinto de un ángel...-entrecerró su mirada con calma.-Me parece que tienes demasiados años para pensar de ese modo...¿Tú experiencia solo te dice...eso?...¿amor fraternal?...¿solo eso? ¿amor fraternal es el que tenemos Mirtros y yo?...-se apoyó en la esquina de la mesa viendo como se dirigía hacia la ventana y se cruzó allí de brazos.- Si todo solo se tratase de amor fraternal, ni siquiera tendríamos la necesidad de distinguirnos en sexo...Supongo que eres consciente de que estás realmente limitado de todo lo que ahogas en pecado, por que realmente nunca has conocido lo que tú mismo criticas...y tan solo esa limitación, debería ser suficiente para saber, que no eres plenamente consciente de lo que estás hablando...que no eres conocedor de la verdad absoluta.

Vio ese reflejo a través del cristal, esos ojos dirigirse hacia todo lo que Cromwell deseaba proteger y lo que representaba Mirtros en ese reino.

-Tener un reino a tu cargo te limita realmente en muchos aspectos...ese peso que llevas sobre tus hombros, esos ideales que son por el bien de todos...te limitan...y no puedes escapar de ello, nunca podrás hacer nada por evitarlo, sobre todo por que tampoco deseas hacerlo. Heaven es tu cárcel...Cromwell...-siguió tras él, bordeando despacio la mesa y dejando una distancia entre ambos. Preocupado por Mirtros, preocupado por los dos.- Yo nunca me baso solo en leyendas y no todos los finales son tristes. Pero tú no puedes saberlo, solo conoces el amor fraternal...tienes más de cien años y todavía no eres capaz de distinguir la diferencia. Tus ojos solo ven a través de las leyendas, eres incapaz de comprender a Remil o a Devas...

No quería parecer demasiado duro, pero cuanto más lo escuchaba mas visualizaba a Cromwell en un palacio de cristal. Había mucha diferencia entre querer preservar las razas y no saber distinguir entre dos clases de sentimientos.

-Mirtros puede superar lo que siente...¿que necesidad tiene de existir un sentimiento tan egoísta?, es algo que me he planteado muchas veces.

"Ezequiel... para ser alguien a quien considero tan inteligente, a veces me parece que te deja cegar por emociones similares a las que mueven a Mirtros" Cerró los ojos y quitó la mano del cristal antes de encarar de nuevo al ángel que estaba con él...

Cada día, con cada nuevo ángel hablando como ahora hablaba Ezequiel, se convencía más y más: Debía alejar a sus hermanos de la influencia de las otras razas.

"No he dicho que no creo en las buenas intenciones del capitán, más bien, creo que he remarcado lo contrario, que reconozco su nobleza, pero también que esa misma nobleza le hace ceder ante los deseos de su corazón de demonio, un instinto que le dice que, para lo que hay aquí en Heaven hay alternativas, unas que no considero convenientes para mis ángeles. El instinto del ángel es proteger, es cuidar, alguno diría que incluso tienden al autosacrificio y eso, en una situación desfavorable, le permite a los seres de otra raza hacer creer al ángel que siente los mismos instintos, de modo que los lleva a concretar actos como... ese tipo de... acto acto físico para complacer a quien ama y le ha hecho creer que eso es lo natural"

Ezequiel mismo parecía ahora tan contaminado de las doctrinas de Terra, de Hell... de sus ideas, de su instinto... y darse cuenta le revolvía el estómago. Era su culpa por haber permitido que el ángel pasara tanto tiempo rodeado de demonios, de haberle permitido viajar a otras tierras sin limitaciones. Era su falta y, ahora, debía repararla.

"Tampoco dije que el amor fraternal fuera el único que existiera, al menos no es el único que es llamado amor, que me parece el único que es amor realmente, con todo lo que implicaría la palabra, sí, creo que es él único amor auténtico y el que en nuestra naturaleza de ángeles tenemos la tendencia a sentir, que los terranos y los demonios se hayan hecho a la tarea de tergiversar su sentido para que... correspondiera a lo que ellos deseaban, es distinto. Los originales nacieron como hermanos y se llamaban entre sí de esa manera, nacemos de una misma raíz, ¿no es suficiente evidencia de la naturaleza por la que debería regirse nuestro amor? El amor fraternal es el menos egoísta, el que sólo desea el bien del otro, el que lo reprende con cariño y es feliz con sus triunfos, el que puede darse a muchos por igual, que no siente celos y no espera ni exige nada. En cambio... el concepto de amor que tienen en Terra y Hell responde a una naturaleza más egoísta, acaparadora, celosa, demandante, desigual...

"Estoy consciente de lo difícil que sería para un ser mortal como yo, incluso quizás para un Original, tener la verdad absoluta, pero se busca y se interpreta a base de lo que se conoce... Los Terranos, y no los ángeles, ni los demonios, sin quienes nacen con sexo, la necesidad de distinguir el uno del otro no es de nosotros, sino de ellos, y el ritual al que se someten algunos ángeles para saber si son fértiles o semillas no existía hace años y quien lo lleva acabo es la adivina que reside en Hell, la influencia demoníaca me parece evidente. Yo no apruebo ese ritual.

"Ezequiel... tú mismo me has reconocido hace poco que preferirías preservar las razas, porque mezclarlas provocaría un caos, pero pareciera que no te has dado cuenta de que ya los terranos y demonios han puesto en ti ideas mezcladas, cosas que no estaban destinadas para nuestra raza ahora las crees tuyas. Tener un reino a mi cargo, si algo hace, y no es limitarme, es que me hace ver, antes que por nadie, por los ángeles y por esas cosas que son propias de nosotros, de saber distinguir de donde vienen las falsas promesas de felicidad, porque mis hermanos lo son todo para mí y no hay mayor deseo en mi corazón que protegerlos y aportarles lo que necesitan, lo que realmente necesitan y no lo que creen que necesitan porque alguien a venido a su oído susurrando mentiras almibaradas para caigan...

"Heaven no es mi cárcel, y me duele que veas a la tierra de los ángeles como eso. Heaven es mi santuario y la casa donde puedo cuidar de mis muchos hermanos. No son solo las leyendas, he vivido para ver muchas cosas, he vivido a dos pasos de las que para ti son leyendas y he visto el sufrimiento que los libros que han escrito terceros no alcanzan a describir por falta de palabras, y cada ángel que se pierde y cada ángel puro que llora yo lo he llorado también, y lo he llorado por ellos y por Eterna y por Solei y mi hermano Sebel..."

Le dolió el pecho con ese nombre, por lo que guardó un instante silencio antes de poder continuar...

"Conozco las palabras engañosas y también he estado al borde, pero me he sabido aferrar a mis principios, a lo que era un ángel en inicio y contra más de una adversidad me he sabido mantener en regla y, aún ahora, sé que no he renunciado a nada que realmente necesitara, porque vivo y soy feliz manteniéndome en los principios que trato de pasarles y evitar que sean tergiversados otra vez por las otras razas y su intento intervención en Heaven... Mirtros podría superar lo que cree que siente si se diera la oportunidad de ver que, efectivamente, es un sentimiento realmente egoísta; pero Mirtros es un demonio, no es un ángel, y lo que necesitamos son cosas distintas, como para nosotros la luz es necesaria y para ellos una molestia, quizás él si requiere de... eso, pero debe entender que un ángel no es el indicado para suplir esa necesidad. Y me toca a mí entender... que quizás fue primero error mío por ilusionarlo con la idea de que tal vez sí pertenecía aquí. Hell, Terra y mi amaba Heaven fueron separadas por el mismo Solei por una razón. Quizás es tiempo de volver a lo básico."

-Siempre he considerado que el amor es un sentimiento egoísta, pero no te expliqué por que..-sonrisa.-Mirtros ahora se debate entre el deber y lo que siente...Solo quiero ayudarlo, es lo que podemos hacer por él...

Comentó tranquilo y no dándole demasiada importancia a la preocupación que tenía Cromwell, tan solo le sonrió con suavidad y rompió la distancia entre ellos, enternecido por todo lo que el mayor sentía hacia sus hermanos pero tambien preocupado por sus limitaciones. Y un gran secreto, una verdad que ni Cromwell podía negarle, pero que no quería sacar a la luz para no verlo sufrir más de lo necesario por sus hermanos. Por que ahora solo le importaba Mirtros y nadie más.

-Cromwell...si fuera otra persona, sentiría deseos de protegerte y cuidarte...de hacerte entender, que al igual que el amor fraternal que sientes por tus hermanos...tambien puedes ser capaz de tener otros sentimientos...que incluso puedes compaginarlos si eliges a uno de tus hermanos para dirigirle tu máximo afecto y que en ningún momento, ese sentimiento te priva de seguir siendo tu mismo. El amor no te convierte en un asesino despiadado ni le dicta a tu corazón que hacer, el amor lo único que hace es decirte que a esa persona en concreto es a la que mas estimas...¿Quien te dijo que el amor es solo carnal?...eso lo decides solo tú, el amor nunca ha obligado a ninguno de tus hermanos tener que aceptarlo.-Lo tomó con suavidad del mentón y juntó sus frentes, observando los lindos ojos del gobernante, sonriéndole amable y hasta protector.- Sabrás que no necesitas que sea un demonio o un terrano el que te haga sentir algo así, los ángeles tambien han pecado entre ellos...es algo que se te escapa de las manos. No puedes meterlos a todos en una burbuja como pretendía Sebel, creo que tú puedes hacerlo mejor...¿orígenes?¿lo básico? tendrás que asesinar a otros en el intento, tendrás que matar a esos meztizos que quieres proteger para seguir viviendo bajo la sombra de Sebel y mantenerlo alegre...no obstante, si tu sucedor así lo requiere, puede volver a cambiarlo todo y tus esfuerzos habrán sido en vano. Por que a diferencia de un original, solo tienes una vida y es efímera...

Sus labios estaban tan cerca, que casi podría rozar los ajenos con tan solo juntarlos, sin embargo alzó su rostro besando la frente del príncipe y volviendo a dejar una distancia prudencial entre ambos. Lo meditó un instante y se alejó de nuevo a la mesa...

-Solo quiero que sepas, que digas lo que digas, antojes en lo que te antojes...seguirás antojado en tratar el mismo tema una y otra vez, no estoy diciendo que debas rendirte con otros...pero sí conmigo.-el conde le sonrió observándolo por el rabillo del ojo, su sonrisa era tan amable como segura de sí misma. Por que a pesar de su corta edad, en su anterior vida había conocido el amor y realmente podía opinar sobre lo que estaba hablando. Kaín se llamaba en sus pesadillas como ese ser de destrucción y sediento de venganza, un ser que siempre negó su amor por aquel demonio y que obsesionado clamó venganza por la persona que consideraba se lo había arrebatado sin siquiera haber intentado él avanzar en su relación. No sabía si Kaín era su verdadero nombre o solo una representación de lo que había sido, si realmente era el autor de aquella masacre y como lo había logrado. Solo sabía que su alma pasaba el siglo, no importaba tanto ese cuerpo y Cromwell no podía compertir con su experiencia.- No necesitas preocuparte por mí, mejor preocúpate de tí mismo.

Tomó un libro del estante de los poemas, todos los que pasaban por Cromwell antes de llegar allí y lo abrió con una sonrisa. Observándolo un poco por dentro, no le era de extrañar ese conflicto que había tenido con Mirtros, para que esos dos cabezones quedaran al menos como amigos, se necesitaban muchas lunas.

-Si te soy sincero, no creo que Mirtros deseara romper esa confianza que has depositado en él, como tampoco necesitas enamorarte para comprenderlo...lo único que necesitas hacer, es concienciarte de una vez de que el amor existe, dejar de tenerle miedo. No necesariamente es una amenaza a todas tus doctrinas, de hecho...puede reforzarlas...-se oyó una pequeña sonrisita de la reencarnación.- Dejarías de alterarte tanto cada vez que te hablan de amor y actuas como un niño, si maduraras en ese sentido...hum...no tendrías la necesidad de demostrar nada, ni siquiera te incomodaría la presencia de un demonio. Pero sin embargo lo haces una y otra vez, cada vez que te hablan de amor...-Negó para si mismo.

-Te darás cuenta de que no tienes que defender con palabras en lo crees una y otra vez, sino tan solo llevarlo a cabo....-cerró el libro y se le quedó viendo, muy atento a la respuesta que Cromwell le diera esta vez.- Me quieres ayudar a buscar a Mirtros, ¿por que sabes que eres responsable de haberle permitido crecer aquí? ¿o tal vez prefieres sentirte culpable de no haber destruido ese huevo a tiempo?. Agradesco a Solei que aprecies a mi hermano, realmente se lo agradesco...tambien argradesco que seas capaz de ver el peligro real que corre mi hermano. Quiero proteger a Mirtros por que lo aprecio, no tengo tiempo para hablar de creencias cuando estoy tan seguro de que no huyó por su cuenta...es un demonio diferente, es un logro de nuestras creencias dentro de Heaven...podrías incluso plantearte pulirlo, haber si lo logras. Demuéstrame la firmeza de tus creencias si quieres...

Su cuerpo, casi de inmediato, sintió rechazo por el del ángel que se acercaba, y, distinto a la mayoría de las veces en las que el mismo Cromwell buscaba el contacto, ahora le había costado más permitir que éste ocurriera.

"No dije que el amor fuera sólo carnal, ni que un ángel fuera incapaz de sentir lo que los demonios y terranos llaman amor, sólo que no es la clase de amor que trato de enseñarles aquí en Heaven, el que es natural en nosotros. ¿Realmente está bien poner a alguien sobre todos los demás? Ese... concepto de amor fue el que llevó a guerras antes y parece querer hacerlo de nuevo." Apretó un poco las manos en puños cuando lo sintió tan cerca, llamando a su autocontrol para no quitarse, pero sin terminar de sentirse cómodo.

Para Cromwell, ese no era el Ezequiel con quien había hablado el día que habían destruido los hermosos jardines del palacio y eso era... inaceptable. Era culpa de esos demonios de los que Ezequiel se había encariñado y su influencia. Y, luego, de entre todos los nombres que pudo decir... el de Sebel.

"Mi vida se prolongará hasta que Sebel despierte, no voy a dejar Eterna en manos de alguien que no sea él..."

Sintió el aliento ajeno sobre sus labios y las palabras como vaho caliente, pero ahora no eran nada, era molesto, pero sólo eso. Y si cerró los ojos con el beso en su frente no fue porque estuviera complacido con él. Ezequiel estaba corrompido, y eso era aún peor que un demonio o un terreno por sí mismo. Era alguien que renegaba se su naturaleza y lo asqueaba un poco... Ah, pero Mirtros era justo eso, un ser que renegaba de su naturaleza...

"Nadie puede discutir de algo de lo que no es consciente de su existencia, al menos como concepto, no es el amor la problemática que tengo con los demonios y terranos, creí que eso había quedado claro."

Pasional al grado de dejar de razonar las palabras que le eran dichas y las habladas, típica conducta de demonio, impulsivo, aludiendo a los sentimientos para justificar las palabras, las acciones, los pensamientos y reacciones. Era hasta desagradable.

"Ahora sólo estoy seguro que has perdido de vista las verdaderas creencias de Heaven, las has mesclado tanto con las de otras naciones que, como mestizos, ahora son sólo una bastardización de lo que eran... No, apuesto que realmente no tienes tiempo de hablar de creencias y no sé que pensar..." suspiró y cerró los ojos, con molestia contenida.

"Tomaré a los soldados que estaban bajo el mando de Mirtros para indagar en el puente... por seguridad del reino, lo mejor será que nadie más se entere ni trate de intervenir..."

Cuando escuchó que el amor había llevado a otros a la guerra pudo comprender el punto de vista de Cromwell, pero era inútil, era misión imposible casi hacerle entender el verdadero significado del amor. Hasta que el ángel no lo sintiera por sí mismo, a Ezequiel se le escapaba de las manos hacerlo entrar en razón.

-Cromwell...para mí ahora lo más importante, es que no corra más sangre y proteger de otras razas a los nuestros. Por que ante todo, soy un ángel que adora su tierra, eso para empezar.-Le negó con la cabeza y omitió continuar, colocando ese libro con calma en la estantería.Se levantó se allí y lo observó serio, veía mucho más allá que las dotrinas de quien supuestamente le pasaba unos años.

-Si vuelbes a los orígenes, será un reclamo de lo que fué...-de pronto frunció el ceño recordando a la reencarnaciónde Devas, maldiciendo para sus adentros lo que podía generar un cambio en la historia, estaba en el meollo y ciertamente le preocupaba- Es como si los demás gobernantes no fueran capaces de dirigirse por sí mismos...eres el único que se esfuerza por mantener los ideales, no es de mi agrado que terranos y demonios reclamen lo que desconocen...si no pueden ser capaces de ver lo bueno de nuestras creencias, en inútil basar argumento en lo que a ellos les parece un fallo. Realmente ante ese tipo de ignorancia prefiero callar. Mirtros ha encontrado sustento en ellas por algún motivo...solo digo eso.

Por que hasta un original se enamoraba, pero no trataría su doble sentido en aquella conversación con el príncipe. Respetaba que defendiera sus doctrinas por que para Ezequiel podían compaginarse en algunos puntos. Asintió de pronto y le sonrió con calma antes su últimas palabras. Sabía que el amor estaba ahí, era lo que chocaba con Cromwell pero prefería no discutir más del resto.

-Tomes la decisión que tomes, solo te pido que seas tu mismo...y sigas respetanto la vida de cualquier ser vivo como has hecho hasta ahora. Por que demostrar que amas más otros, es lo que te hace diferente de los otros gobernantes y te honra, hablas siempre de los demás más que de tí mismo.- le sonrió sereno y sin discutirle nada más.- Te apoyaré en lo que pueda Cromwell y respecto a Mirtros, no diré nada más al respecto...los motivos de su desaparición siguen siendo un misterio, por que a veces lo que resulta más obvio no lo es.

Dió unos pasos a la puerta tomando los tres libros que más le interesaban en ese instante.

-Con tu permiso me retiro, los sabios y yo estamos preocupados por nuestro amado árbol..-lo observó por el rabillo del ojo.-Suerte con tu búsqueda y por favor, mantenme informado, quiero ayudar en lo que pueda.

Jadeó profundamente, le preocupaba todo a su alrededor y solo podía observar los cambios, solo esperaba no volver a ver la guerra. El cambio, lo que parecía inevitable. Y Mirtros, su mente era un caos en ese instante.

Tomes la decisión que tomes, solo te pido que seas tu mismo...y sigas respetanto la vida de cualquier ser vivo como has hecho hasta ahora. Por que demostrar que amas más otros, es lo que te hace diferente de los otros gobernantes y te honra...

Algo se suavizó con él con esas palabras. Una parte más analítica lo vería, probablemente, como chantaje pero, sería estando esa parte de él que prefería conservar, ante todo, la fe. Desde muy niño había aprendido que dentro de todos había un tirano y un salvador... y que uno nunca estaba muy lejos del otro.

Asintió cuando Ezequiel se excusó para retirarse. Ahora, había mucho que hacer... mucho que pensar.

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