Y aparecio...

Nunca había visto algo parecido, un ataque tan extraño tan solo directo a la espalda del muchacho.Solo esperaba que su nuevo apoyo no le incomodara demasiado. Cuando se aferró a él junto sus frente y lo observó con mirada cálida a la vez que firme.

-Tranquilo...no permitiré que nada te pase...-le asintió.- Ya todo acabó.
Sus ojos turquesa se dirigieron al frente y aceleró el paso entrando al recinto, tomo el pasillo central y buscó emfermería, en cuanto la encontró se dirigió a la primera camilla.

-Supongo que es mejor que te deje la espalda bocarriba...-murmuró mientras lo acostaba cuidadoso. Habían tenido suerte, había un sanador dentro y enseguida acudió allí, inspeccionando las heridas y terminando de retirar la camisa. El corte parecía limpio, pero igual se alejó a por una gasas para limpiar la herida antes de aplicar sus poderes.

Agradecio con la mirada aquellas palabras y suspiro cerrando los ojos al fin.

-Esta... b-bien, estoy u-un poco mejor, lo prometo-

Sintio como las heridas eran tratadas, en cosa de minutos su cuerpo parecia curado y solo el cansacio le invadia los miembros.

-Algo, sucedio ahi fuera-

Estaba alegre de poder ayudar a ese pobre ángel, pero ahora le quedaba esa duda de lo que realmente buscaban en él. Debía imformar a Cromwel lo antes posible, ¿pero como? tal vez por medio de otro soldado, Si, eso estaría perfecto.

-Hey¡ no debes prometer nada...-le sonrió de pronto guiñándole un ojo y cruzándose allí de brazos. La actitud tan dura de aquel chico se le hacía graciosa.

-Si, aquel extraño encapuchado era un ángel...nunca imaginé verles dañándose entre ustedes...¿Tienes idea de lo que quería?.

Frunció el ceño y se quedó pensativo, mientras el sanador hacía bien su tarea bastante preocupado por aquellas puñaladas tan salvajes.

-No se que queria.... saco... saco....-

Se levanto aun cuando le estaban tratando con los ojos abiertos como platos, se tambaleo un poco intentando mantener el equilibrio mientras se dirigia al primer espejo a la mano, algunas cosas cayeron al suelo tras su paso. Con un gemido que demostraba lo doloroso de la accion emergieron de su espalada las alas, conocia la blanca perfectamente, llevaba una vida con ella, pero la otra era completamente plateada.

-Esto... no es mio...-

Toco el miembro emplumado, como si con eso fuera a desaparecer.

-Espera...-conocía ese espíritu indomable, justo por que él mismo lo tenía y lo dejó proseguir.

Extrañamente el capitán de la guardia le permitió explorar al malherido ángel su nueva extremidad la cual no parecía reconocer y extendió su mano repentinamente al sanador.

-Alto..-este solo le frunció el ceño al demonio pero al ver la severidad de su mirada tan solo obedeció y esperó un poco más como el otro le indicaba. Luego Mirtros dirigió su mirada al ángel más alto y se le quedó viendo bastante curioso.

-¿En serio no tienes ni idea de donde a salido tu ala?...-aquello si que era desconcertante.

Estaba agitado, la respiracion se entrecortaba recordando cada cosa que pasara, aun fresco en su memoria la indolente forma de aquel ser que ultrajara de semejante manera su carne, cada sensacion de ardor en las heridas le demostraba cuan real era la situacion, con los ojos casi desorbitados miro al demonio que le auxiliara tratando de comprender lo que decia, un par de parpadeos, segundos que le parecieron una eternidad fue lo que tardo en contestarle al que cuestionaba.

-No- Nego con la cabeza reafirmando las palabras, señalo como automata el ala blanca con un ligero toque de plateado en una pequeña zona que segun recordaba habia sido herida- Me conocen como Rakiel de un ala, jamas tuve... eso-

Señalo la otra con cierta mania, de nuevo completamente agitado

-No la quiero-

Ante la respuesta del ángel simplemente quedó estupefacto, de sus labios no salían palabra alguna y fue cuando el sanador se le adelantó desobedeciendo a Mirtros para que el otros despertara de su ensimismamiento y asimilara lo sucedido, aunque todo daba la impresión de apuntar a que aún se tardaría mucho más que el demonio que tan solo había sido testigo de la escena.

-¿Y que pretendes?...¿que...te la cortemos?...tampoco podemos hacer eso, estoy seguro que mi amigo tampoco lo aprovará.- se encogió de hombros observando como el ángel aplicaba sus poderes curativos sobre Rakiel y algo enojado lo tomó de un brazo empujándolo literalmente de vuelta a la camilla, al parecer tenía bastante genio. Mirtros solo pudo sonreír sobándose la nuca y no volbiendo a interferir en su trabajo, la mirada de reproche que le había dirigido el lindo sanador le recordaba demasiado a la de cierto ángel.- Tsk...se me olvidaban las vendas.

Se acercó un poco a ellos y observó desde allí, al parecer más obediente.
-Supongo que ahora te dirán Rakiel el de dos alas...por cierto...¿antes podías volar?

-Podrias cortarla?-

Tumbado en la cama miro de reojo al demonio aquel, recordando vagamente haber escuchado que uno estaba en los ejercitos de Heaven, vestia ropas angelicales aquel chico que se veia tan joven como el, podia acaso ser la misma persona.

-Ya, hablo tonterias, jamas tuve la habilidad de volar, sencillamente estaba ahi como un bonito adorno y nada mas, que debo hacer?-

Quieto con la mirada perdida clavo los ojos repentinamente en el albino

-Me llamo Remil, no te perturbaria algo asi?-

-Sinceramente no lo sé, nunca me han dado la posibilidad de volar...yo ni siquiera tengo un ala.-Pero nunca quería que se la sacaran así, aunque ahora viéndolo ese muchacho le despertaba cierta envidia, envidia de la sana. Lo que le parecía curioso era como habían atacado a Rakiel, solo que no lograba entender por que otro ángel y de pronto comenzaban a ver alas plateadas en otros ángeles, juraría que las del resto era simplemente blancas.

Cuando le mencionó que era Remil simplemente se le quedó viendo por el rabillo del ojo, debía estar delirando. El sanador solo se rió mientras aplicaba un pequeño ungüento, seguramente terminaría de sanarlo bien.

-Y yo soy Devas...pero guárdame el secreto...-le conmentó con una sonrisa divertida, que si bien estaba fingiendo podía parecer verdadera a simple vista. Aquel ángel era realmente peculiar.

Le miro perplejo, luego se sonrio mas tranquilo sintiendo como las heridas lentamente iban desapareciendo gracias a las curaciones del angel que le atendia.

-Vaya mala suerte la mia, no eres precisamente mi tipo, si se supone que soy Remil y tu Devas, que conste que no sere el de abajo-

Se quedo quietecillo conforme eran atendidas los rasgones de su piel, un escozor peculiar le invadia cada que la carne comenzaba a cerrarse

Lo observó de reojo ante lo que dijo y simplemente entrecerró la mirada sonrosado, al parecer aquel comentario no le había agradado del todo, había tocado algo en su interior. Ser el de abajo o el de arriba le fue indiferente en ese instante, en su mente surcó otra cosa.

-Tsk...-se acercó a donde estaba Rakiel, ya no faltaba demasiado para que lo curasen. Podía haberle seguido el juego y divertirse, pero Mirtros estaba en una situación delicada. Para fastidiarlo un poco, presionó ligeramente una heridita y con el disimulo opinó.-Parece que ya se están cerrando...¿verdad?

El angel que sanaba intentó no reírse, pero ese momento de tensión se le había hecho divertido, pero en su lugar apartó la mano del demonio y le negó. Mirtros volvió a alejarse y se cruzó de brazos, la mirada turquesa se entrecerró osbtinada, era una sonrisa hermosa pero escondía malicia.

-Creo que la pérdida de sangre realmente te ha afectado al cerebro...tendrás que comer luego muy bien.

-Ah! tsk-

Se removio al sentir esos dedos en su piel lastimada, y le dedico una de esas miradas asesinas que de tanto en tanto le salian perfectamente

-Oe que eso duele!, solo fue una inocente bromita- le jalo suavemente aun teniendolo al alcance de su mano le hablo en tono confidencial para no asustar al curador- Ademas yo me lo monto con alguien-

Le soloto riendose y quejandose un poco mas cuando las manos del curador repitieron el mismo patron que el demonio en el cuerpo de Rakiel

-Que me matan con eso!, aun no disfruto tanto del dolor-

-No sabes la suerte que tienes...-comentó en voz baja y curiosamente el sanador no los escuchó, parecía estar algo distraído mientras le terminaba de sanar las heridas al ángel. Claro que de él no podía opinar lo mismo, tenía prohibido acercársele a los ángeles y muchos menos se juntaría con un demonio, los aborrecía por haber expulsado a sus padres de Hell y haberse apoderado de sus tierras sin más, tierras que le pertenecían.

-mjmjmj...pobre...-de pronto intento disimular aquella pequeña risita lo mejor posible, una de esas sonrisa cirstalinas que hacían tiempo no nacían en Mirtros, pero por algún motivo le resultó graciosa aquella actitud.- Hey, hace un momento aguantabas bien el dolor...como todo un hombre.

El sanado acabó y bufó molesto, dejando porfin libre al sufriente Rakiel y recogiendo las cosas con calma, la herida era profunda, por eso tardó más en sanarse. Aquello había sido una carnicería en toda regla.

-Es que estaba tenzo y con la adrenalina a tope, ahora estoy a salvo, eso creo-

Miro rencoroso al curador y clavo los ojos en el demonio aquel suspirando tras haberle escuchado ese comentario

-Sufres por un amor no correpondido?-

-Claro que sí...soy un buen protector...te salvé la vida...-comentó sonriéndole esta vez para que viera que tampoco estaba de malas, pero simplemente habían temas que le tocaban la fibra. Ultimamente Mirtros se alteraba por nada y eso lo notaban hasta los soldados a su servicio. Había sido un flechazo en toda regla por Cromwell, nada bueno podía salir de allí y lo sabía, trataba de negárselo pero había llegado un momento en el que verse a si mismo huír de esa manera, lo cansaba. No dudaría así eternamente.

Lo observó sorprendido ante la pregunta. Bueno, siempre y cuando no dijera de quien se trataba, podría hablar del mismo, nadie sospechaba asi que no había problema de desahogarse medianamente.

-¿Desde cuando eres tan observador? y lo mas importante ¿tanto se me nota?...-comentó con cierto pesar, seguramente sí, seguramente otro lo podían notar si lo habían padecido.

Le miro perplejo, se quedo tendido en la cama aun cuando las curaciones habian terminado y clavo los ojos ambarinos en el rostro ajeno, dejando que una sonrisita le pintara los labios suavemente.

-Jamas en la vida lo he sido, tu solito te delataste-

Le señalo casi groseramente si se tomaban en cuenta los modales.

-Quien mas puede decir "-No sabes la suerte que tienes...- Imito un poco la voz del otro al decir aquello- cuando alguien dice que se lo esta montando con alguien?, solo hay de dos, un desesperado por el amor o alguien que esta en un severo ataque de abstinencia, tu solito me respondiste cuando te pregunte una de dos posibilidades, ves-

Se sonrojó violentamente al escucharlo y frunció el ceño, sus ojos apuntaban con volverse amarillos mientras el sanador optaba por salir de allí y regresar a su consulta original. Sin ermbargo la mirada de Mirtros se quedó calmada.

-Bueno, tú dijistes que te lo estabas montando con alguien cuando bromeaste con lo de Devas y Remil...eso quiere decir que deseas serle fiel a esa persona, pero sino, ni lo huvieras mencionado.-comentó ojeando la otra mirada curioso, el sonrojo en sus mejillas destacaba sus preciosos ojos turquesas parecía estar pesando en su príncipe.

Cuando se dió cuenta le dió la espalda al otro y se palmeó las mejillas sonoramente, parecía enojado consigo mismo.Cromwel estaba prohibido, su entusiasmo por él iba a decaer más pronto de lo que se esperaba y el propio príncipe se lo haría ver en el puente.

-Te han dicho que eres especialmente lindo y facil de leer?-

Se acomodo un poco mejor en la cama, las heridas curadas y su energia un poco mas recuparada, pero la falta de sangre eso llevaria su tiempo para recuperar, tiempo y buena alimentacion sin duda alguna, se sonrio un poco picaramente al pensar en los posibles cuidado que podria ganarse de cierto demonio, despues de todo era un excelente enfermero.

-Por que haces ver el estar enamorado como la peor cosa del mundo?, casi como si fuera un pecado que alguien como yo pudiese leer en ti un sentimiento semejante-

-Solo me han dicho que me sonrojo con facilidad...el sonrojo puede ser debido a muchas cosas, pero te recuerdo que soy un demonio.

Se excusó, tampoco le iba a ceder terreno a aquel ángel de leer más de lo que le convenía a Mirtros. Puede que realmente él mismo se estuviera dando cuenta ahora de que no le vendría mal hablar con alguien. Ezequiel no era precisamente el ejemplo de experto en el amor a seguir, era más bien todo lo contrario pero en cambio Rakiel parecía más conocedor del tema. El capitán de la guardia bufó molesto de pronto ¿Por que un sentimiento tan simple le causaba tantos estragos? pensaba que simplemente se iba a enamorar y ya está, pero no que le causara tantas dudas cuando en teoría, sabía lo que debía hacer. Lo dificil era disimularlo y eso que era buen actor.

-Es bueno...cosas mías...-no podía estar con ángeles y odiaba a los demonios, toda una odisea. De pronto se acercó al chico y se rascó la cabeza.-Puedo hacerte una pregunta...¿cuantas veces lo has sentido? erm...amor digo.

Aquello último lo dijo tan bajito que casi no se le escuchó, Dios, era terriblemente ignorante en ese tema.

-Claro, claro lo comprendo, el sonrojo puede ser causado por fiebre, sentirse abochornado, timido, por pensamientos impuros y cosas parecidas, pero tu sonrojo entra directamente en apenado y timido; quiza un poco por sorpresa-

Se acomodo aun mejor en la cama, dejando que la almohada quedara un poco mullida y mas acorde con su cabeza, eran comodas esas camas de la enfermeria aunque el aroma fuera tan simple.

-En mis 24 años de vida-

Parecio meditar un poco la respuesta, no podia decir que un monton de veces, salido quiza unas 10, pero enamorarse era cosa bien distinta.

-Dos veces, me he enamorado profundamente dos veces en mi vida-

Jugó suavemente con sus dígitos, entrelazando unos con otros algo nervioso y luego volviendo a separarlos, así varias veces. Se notaba que aquel tema lo ponía pnervioso y a veces su mente se bloqueaba y dudaba a pesar de estar escuchando a Rakiel hablarle. No tardó en observarlo directamente ante lo que dijo del sonrojo, vigilándolo, viendo como se acomodaba en aquella camilla.

-Dos...-murmuró ensimismado, marcando aquello con sus dedos y luego volviendo enredarlos en un extraño baile silencioso.- Dos veces...

Su ojos turquesa se dirigieron al ángel y le sonrió mas centrado en el asunto, agradecido de que se abriera a él. La actitud de Rakiel era extraña, pero le generaba algo de confianza a pesar de recientemente haberlo conocido.

-¿Se tarda mucho en olvidar? hay algún truco a parte del alcohol?...-entrecerró su mirada al otro.-Los demonios beben y beben hasta caer rendidos, pero lo cierto es que no me gusta como terminan tirados en la calle.

Había hecho una escapada a Hell y había sido la última, no se encontraba en el mejor lugar ni en el mejor momento, su primera visita fue a la zona de los bares nocturnos y lo que ángeles afirmaban de ellos, lo vió con sus propios ojos. Marchándose de allí al instante.

-No olvidas jamas, el sentimiento cambia solamente-

Estaba tan calientito ahi en la mullida cama, las sabanas olian a limpio y la almohada era tan esponjocita, una maravilla. Escucho con atencion un poco mas de curiosidad impregnada si cabia destacar en su actitud. Todo apuntaba a un amor no correspondido que le estaba causando dolor al demonio, eran casi de la misma edad, lo eran a ojos de Rakiel, podian estar teniendo los mismos lios?

-El alcohol nunca es una salida, es un simple escape a la realidad, si lo que quieres en serio es superarlo, solo acepta esos sentimientos que llevas, aprende a guardalos en tu corazon y sigue avanzando-

Suspiro tranquilamente.

-Sabes enamorarse lleva de dos, ser feliz y sufrir un poco, el empeño que le pongas a tu amor no correspondido depende mucho de ti, si lo dejas ir sin dar lucha, pero piensa que despues no te sentiras comodo contigo mismo, no es mejor darse de topes un rato contra el muro para ver si hay manera de franquearlo aunque sea poco convencional la forma?-

Lo escuchó atentamente todo lo que le decía y mientras hablaba, aprovechó para moverse por la habitación lentamente y posarse en la orilla de la camilla, descansando allí y cruzándose de brazos. Parecía experimentado en la materia a pesar de su corta edad, estaba seguro que Rakiel y con esa actitud distaba mucho de seguir siendo vírgen. Era un ángel tan peculiar como él, con un actitud diferente a otros de su raza y mucho más cercana incluso que algunos sacerdotes del templo.

Su mirada se llenó de tristeza cuando le mencionó lo de luchar por ello y no rendirse, provar a darse de topetazos contra la pared podía ser la solución para otros allí pero no para Mirtros.

-En realidad lo único que puedo hacer es dejarlo ir, no decirle nunca lo que siento y el deber de sentirme alegre cuando otra persona me lo quite...-negó de pronto, se sentía fatal con aquello no había forma de coger al toro por los cuernos.- Supongo que mi pregunta te resultó estúpida, seguro que si te digo quien me gusta te doy tres segundos para estar con la boca abierta antes de cerrarla.

Murmuró irónico.

-Oee, un corazon, un alma, un sentimiento son cosas que se pueden tocar?-

Se llevo la mano al pecho estrujando la carne del mismo

-Esto solo es un cascaron, angel, demonio, terrano, todos estamos por dentro hechos de lo mismo-

Desvio la mirada en direccion de la ventana que se encontraba en la enfermeria, dejando que su mente volara un instante a cierto demonio que queria ver.

-Yo estoy enamorado de un demonio, yo he fornicado con uno, me he perdido por hacer algo que mi raza prohibe?-

Cerro los ojos con algo de cansancio y dolor, no tenia padres que avergonzar, no tenia seres que se preocuparan mas que la gente que conocia del orfanato, los amigos que tenia su opinion a veces no importaba para el angel, sentia que estaban demasiado corrompidos por la mentalidad de hea ven.

-Mil veces y mas repetiria lo mismo, mil veces y mas lucharia sin importarme nada, es mi vida, es mi felicidad, si pienso solamente en que ese ser que amo pueda estar en otros brazos que no son los mios, prefiero morir, le mataria yo mismo, por que asi de violento es mi amor, no puedo ser feliz pensando que le perderia, no cuando quiero que ese ser y yo seamos uno siempre, que felicidad puedo tener si mi otra mitad esta lejos de mi, realmente amas a esa persona de la que dices estar enamorado?-

Estaba tranquilo apoyado al lado del ángel en la orilla de la camilla, la brisa de la ventana meció suavemente su reveldes mechones y un sonrojo hasta las orejas cubrió sus mejillas. La primera imagen que tuvo fué a Cromwell acercándose a él peligrosamente, sin camisa, sin nada y susurrándole algo al oído y luego abriendo la boca como un vampiro para morder su cuello con premura...

"realmente amas a esa persona de la que dices estar enamorado?"

-...¡¡Nngg!!...¡oye!...te prohibo terminantemente hablar de sexo, de eso-so, de encuentros...¡ESO!...-tosió intentando recomponerse y caminó de inmediato hacia la ventana y apoyando allí las manos. Y sin embargo Rakiel continuó hablando con el corazón, era lo más sincero sobre el amor que le habían dicho al demonio y le estaba entrando por los oídos de un disparo.-Nee...no es justo...hmm...pensar, digo...hacerme pensar que alguien más lo va a abrazar. Hice un pacto con los sacerdotes del templo por eso soy el capitán de la guardia de Heaven, por eso no puedo amar a un ángel de esa forma...

Jadeó pesadamente esta vez y cuando consiguió que su mente se equilibrase giró tranquilo y quedó apoyado sobre el marco de la puerta. Entrecerró sus ojos turquesa hacia el ángel pero era gracioso verlo tan firme y contrastando los cachetes rojos como dos manzanas. Otro jadeo más, seguramente podía recriminárselo a su mente de demonio, ¿verdad?, debía ser una mente como la suya la que generase esos deseos tan impuros en él.

Cromwell...perdóname...perdóname...

-Además, no está tan mal vivir así...-sobre todo por que podía estar al lado del gobernante y protegerlo.- Oye no quiero hacerte sentir incómodo, pero solo te pedí consejo para olvidar lo que siento...no para que me intentes convencerme de lo contrario.

Igual no tardaría en aceptar sus sentimientos y confesarlos de la forma que menos se esperaba.