Castigo...

Habia perdido la cuenta de los dias que llevaba ahi encerrado, le habian sellado la magia, lo habian aislado del mundo. No comprendia como los sacerdotes del templo tenian conocimiento de su amor por Jay, le regañaron hasta el cansacion en la escuela, termino siendo expuesto para que otros lo tomaran como ejemplo de lo que podian corromperse las almas. Si bien no hicieron mencion de su verdadera relacion o hasta que punto habian llegado las cosas entre Jay y el, los demas angeles le veian con pena, otros no le veian.

Lo habian encerrado en el templo, debia meditar, purificar su mente, su cuerpo y su alma, borrar todo rastro de lo que el demonio tocara o hiciera, tenia que olvidar las palabras que suponian los sacerdotes usara para engatuzarle.

Vestia ropas parecidas a las de los sacerdotes, su pasaporte habia sido confiscado, tenia prohibido salir del templo, contactar con cualquier persona estaba tambien en la lista de prohibiciones, la idea era la de aislarlo de distracciones. Los hechizos que usaran con el para amarrar su cuerpo al templo no tenia idea de como quitarlos. Sabia que debia escapar, se fugaria a Terra, Heaven ya no era un hogar para el, Se sabia fuerte, listo para enfrentar cualquier cosa eso penso los primeros tres dias fueron faciles su resistencia parecia no menguar, al cuarto dia, los alimentos si bien eran generosos, parecian adecuados solamente para su supervivencia indispensable. Las charlas y guias como les gustaba llamar a esas horas de casi un lavado cerebral le hacian decaer mas y mas.

En momento como aquel donde se encontraba solo al borde de perder la cordura y su persona parecia titubear tras escuchar todo el dia lo mismo, tras sentirse un pecador una y otra vez, recordaba aquellos momentos con el demonio, los sacerdotes se equivocaban se repetia una y otra vez. Se habia dejado seducir?, no... aquello habia sido un mutuo acuerdo, angel y demonio, aun sin decir nada se habian atraido al mismo tiempo, el interes de ambos habia estado a la par, por que sencillamente estaban predispuestos. Nadie habia intentado cambiarle, nadie salvo ellos con sus estupidas ideas amparandose en que lo hacian por su bien, si su ayuda era la de quitarle el alma y corazon, estaban equivocados en pensar que el queria y necesitaba de eso. Escaparia... no sabia aun como pero lo haria.

Hacía poco que había conocido a Jazbel, y parecía que su corazón saltaba alegre y exaltado cada vez que pensaba en el demonio platinado en en sus palabras, haciendo que deseara con todas sus fuerzas que pudieran volver a verse, pronto, muy pronto. Súbitamente, como si su alegría y felicidad no pudieran durar para siempre se enteró del castigo que uno de sus iguales había recibido, enterarse de lo que ameritaba que ese hecho se hubiera desencadenado no hizo más que angustiarle y preocuparle, pensando que a lo mejor el próximo sería él.

Nunca había llegado a entender porque ellos habían de pagar por los errores que sus antepasados habían cometido, no le parecía justo que se encasillara a la gente simplemente por ser diferente, por no pensar igual que la sociedad que los regía, por ver más allá de los miedos y de los prejuicios de sus dirigentes y de quienes creían a pies puntillas que las creencias que estos transmitían eran la misma voluntad de Dios, cuando estaba seguro de que el padre de todos ellos nunca hubiera deseado que algo como lo que acontecía en aquellos momentos en el reino de Heaven aconteciera. Sus padres, como siempre, se preocupaban por aquella visión, según ellos, ingenua e idealista del mundo, aunque no por ello la desaprobaban, creía que con el paso del tiempo, poco a poco, había conseguido que sus progenitores la aceptaran y de algún modo que aún desconocía comenzaran a dudar de las extremistas visiones del reino en el que vivían, puede que gracias a que nunca fueron muy adeptos a todo aquello.

Toda la injusta situación que estaba sufriendo el rubio ángel por amar a un demonio le llevó a colarse en el templo sagrado y en los aposentos del "caído", como le habían comenzado a llamar otras personas de su especie. Ser pillado no le preocupaba, primero porque sus padres no permitirían ninguna repercusión, y segundo porque como ellos mismos decían era alguien tan inocente y poseía un don tan especial que sería difícil que osaran castigarle por su atrevimiento, si aquello era cierto o no lo desconocía, pero pensaba arriesgarse a descubrirlo.

Con pasos lentos y silenciosos se coló en la estancia en la que se encontraba el menor, asegurándose de que nadie le viera internarse en aquel lugar, encarando al ocupante de aquel lugar con sus orbes avellana y con una dulce y amable sonrisa dibujada en su pálido rostro. Sin esperar a que el otro dijera nada se acercó a él, sentándose a su lado.

-Hola...

No sabía como iniciar la conversación, pero intuía que si quería llega a buen cauce tenía que ser algo directo por una vez en su vida, y preguntar para que un pequeño lazo de amistad y complicidad se formara entre ellos, porque la debilidad del más alto le preocupaba, pero sabía que su determinación era fuerte, lo podía ver en aquellos ojos.

-¿Le amabas? ¿Aún... Le amas?

Su voz fue apenas un susurro, pero perfectamente audible dentro de aquella habitación, y lo suficientemente bajo para que nadie ajeno a ellos dos pudiera saber lo que estaba pasando tras la puerta de entrada a aquella habitación. Sus luceros expresaban sincera curiosidad, limpios de toda malicia, indicando con su candor que no juzgaba a su acompañante y que nada de lo que dijera saldría de aquella secreta charla compartida.

Dio un respingo cuando escucho la voz ajena no se habia percatado del todo de ese otro angel que estaba ahi, ahora se preguntaba seriamente si iban a seguir con ese suplicio que se habia transformado su vida en aquellos dias.

-Si te digo que si... me azotaras o me daras un sermon de por que esta mal que lo haga?-

Levanto levemente la mirada, observando al otro angel, no parecia del todo como los demas. Pero podia confiarze en esa sola observacion, que tal y que era otro truco para hacerle rendirse.

-Ya lo dije y lo seguire haciendo, le amo, no pueden cambiar eso por mas que digan que es un pecado... tendrian que borrarme la memoria si quieren que le olvide y aun asi.... si lo viera de nuevo me enamoraria de nuevo de el-

El cuerpo no mentia despues de todo, la atraccion animal de los cuerpos daba paso a los sentimientos, segun su modo de ver las cosas

Escuchó atentamente las palabras ajenas, ignorando la desconfianza y la agresividad que estas transmitían, centrándose únicamente en aquellas oraciones que contestaban a sus dudas, con tanta pasión y sinceridad que le arrancaron una pequeña y dulce sonrisa de comprensión y apoyo hacia el menor de ambos, animándose con ello a realizar su pequeña confesión.

-Me alegra... Yo también estoy enamorado... Y también es un demonio. Apenas le conozco, pero... Es como si él fuera el correcto, como si no pudiera haber nadie más, nadie mejor...

Tanto su voz como su mirada destilaban toda la verdad que había tratado de expresar, una verdad que era compartida a nivel de sentimientos por el más alto, y que sabía con certeza de que probablemente sería el único con el que podría hablar del tema sin represalia alguna, aunque siempre existía la posibilidad de que el rubio le delatara ante los mayores, pero por su castaña cabeza esa idea era imposible de concebir.

-Sé que no me conoces pero... Cuando supo lo que te hicieron... Quise conocerte. Mi visión sobre el mundo siempre a sido muy diferente a la que tienen todos los habitantes de Heaven, y aunque no te sirva de consuelo... No estas solo... Estoy seguro de que no somos los únicos y que poco a poco la gente cambiará, puede que lleve tiempo pero no podemos estar tan ciegos por mucho tiempo... Deberíamos tener fe.

Su sonrisa se amplió ligeramente, volviéndose infinitamente más dulce y amable de lo que ya era, concordando con todo lo que se había atrevido a expresar en voz alta. Entonces, cayó en la importancia de las palabras que habían escapado inicialmente de la boca del más joven, tornándose su expresión a una llena de preocupación.

-¿Estás herido?

Se quedo de piedra y sorprendido por la confesion que hacia aquel angel, era cierto que no tenia la imagen de ninguno de los sacerdotes y esos ojos parecian los de alguien honesto, si se relajaba estaria bien?, queria confiar que asi era, su posicion cambio por completo, acercandose esta vez al angel de facciones finas. Le escucho con paciencia y sorpresa, si habia mas como ellos dos, el cambio podia lograrse, no?

-Estoy bien... no me han puesto ni un dedo encima, solo amenazas; creo que he desesperado a mas de uno de los sacerdotes, quiero imaginar que estan cegados, que hacen esto por que creen que es lo mejor; pero esa ceguera puede ser tan molesta y fastidiosa-

Se llevo ambas manos a la cabeza, colocandola sobre la cama aprovechando que estaba en el suelo.

-No comprenden que para quitarme este deseo, esta pasion tendrian que arrancarme el corazon-

Suspiró ligeramente aliviado ante las palabras del más joven, sabía que el maltrato psicológico podía llegar a ser peor que el físico pero se alegraba de que las decepciones que había sufrido hasta aquel momento se detuvieran por fin, no agravando más la herida que había sufrido su inocente corazón.

-Sé lo que quieres decir... Yo tampoco sería capaz de olvidarme de Jaz de ningún modo, nos hemos entregado demasiado para que eso sea posible, se ha formado un lazo demasiado fuerte...

Ante sus palabras sus orbes brillaron ilusionadas y enamoradas mientras se centraban en el discreto anillo que portaba en su dedo anular, indicando con su presencia la seriedad de su relación con su platinado demonio si se sabían leer correctamente las señales. Finalmente, devolvió su atención a su acompañante, con renovada alegría y amabilidad.

-Si pudiera ayudarte en algo, por pequeño que fuera... No dudes en pedírmelo, me encantaría intentar conseguir que salieras de aquí, no es justo que no puedas estar con quien tanto amas...

No había duda ni temor alguno en sus palabras, dando a conocer su entera disposición con la "causa".

-Estas prometido con alguien?-

Miro el anillo, ignoraba el significado de este, pero parecia tan importante para el otro angel que se acerco completamente curioso, la expresion en ese rostro le hizo sonreir y pensar en lo afortunado que eran aquellos que se correspondian plenamente y ese pensamiento le hizo recordar a cierto demonio que amaba; si, le amaba y era algo que no cambiaria.

-Es algo muy importante ese anillo para ti cierto?-

Su dulce sonrisa se amplió al ver la curiosidad y la sincera alegría que se mostraba en los gestos y en las orbes del más joven hacia lo que aquel fino anillo significaba para él, aunque en realidad el otro ángel no acabara de ser consciente de lo que en realidad significaba aquel simple objeto, todo lo que entrañaba.

-Este anillo es realmente importante para mí, más de lo que te puedas imaginar... Este anillo es una promesa, este anillo es lo que demuestra que estamos enlazados, lo que me convierte en su esposo ante los ojos de todo el mundo, ante nuestros ojos... Es más de lo que nunca esperé, de lo que alguna vez imaginé...

Antes de conocer a Jazbel ni siquiera se había permitido preocuparse por algo semejante, y que entre ellos, a pesar del poco tiempo que llevaban conociéndose, se hubiese dado tamaño compromiso fue realmente increíble, algo que le llenaba de felicidad, y que aún ahora le hacía pensar que era un sueño, el mejor sueño que hubiera tenido y del cual no deseaba salir por nada del mundo.

-Estar unido al ser que amas-

Susurro suavemente contemplando el anillo en aquella mano, dejando su mente vagar hasta cierto demonio que tenia atrapado su corazon, repentinamente abrio los ojos sorprendido por no haberlo pensado antes.

-Espera un segundo. Si ven eso no estaras en lios aqui?-

Señalo en direccion de la puerta, haciendo clara referencia los sacerdotes del templo que parecian estarlo exorcisando a el segun su mentalidad

En la mirada perdida que se dibujo en el rostro de su acompañante en cuanto se enteró del significado de aquella preciada joya le indicaba que tan profundos y sinceros eran sus sentimientos, llegando a enternecerlo, haciendo que deseara llegar a ayudarle con cualquier cosa que estuviera a su alcance.

El nuevo surgimiento de la voz ajena le hizo volver al mundo real, percatándose de la preocupación del rubio a causa de su sortija de enlace.

-No tienes que preocuparte por ello... Nadie lo ha notado hasta ahora, además... Algo creado a partir de un amor puro... Definitivamente no puede despertar la alerta de nadie, por muy cuestionable que sea su origen para el resto del mundo.

-Eres sabio hermano mayor-

Murmuro suavemente, sonriendole y mirando el anillo con atencion, era cierto la energia que despedia era muy tenue pero no era maligna, era una sensacion bastante peculiar lo que se dejaba sentir de ella aun cuando la mezcla era de lo mas peculiar.

-Yo tambien quisiera- Hizo una pausa mirandose las manos- Yo tambien quisiera unirme asi a ese que me ha robado el corazon-

Un pequeño sonrojo cubrió sus mejillas ante el inesperado halago dedicado por su acompañante. Era la primera vez que alguien le consideraba sabio, normalmente la gente de clasificaba de inocente e ingenuo por sus creencias de que todo ser viviente era bueno por naturaleza, posición que se había dedicado a defender con pasión y seguridad, acompañada por una dulce sonrisa que hacia desistir hasta al más osado de intentar cambiarle de parecer.

Las nuevas palabras que surgieron de entre los labios del más joven le hicieron volver a la realidad en la que ambos se encontraban, entristeciéndose por la aflicción y el anhelo desesperado que el más alto mostraba.

-Y lo conseguirás...

Su voz salió segura y determinada, a la vez que una amable y decidida sonrisa se dibujaba en su rostro.

-Yo te ayudaré a ir a hasta el puente... Dime lo que necesitas y te lo conseguiré.

-Necesito salir de aqui, pero eso es imposible sin que te arriesgues a ser señalado y puesto como mi complice, estoy casi seguro que estarian mas que dispuestos a usar eso para demostrar lo mucho que puedo corromper a mis hermanos-

Se ovillo un poco mas, el puente era quiza su unica salida coherente para aquel lapso de locura.

-Esto se vuleve absurdo, no he hecho nada malo, por que sencillamente no me destierran y asunto arreglado?-

Negó con la cabeza ante la reticencia que el mayor mostraba hacia su decisión de prestarle ayuda, dándole a entender que no lograría hacer que cambiara de decisión por más negativas que recibiera de parte del rubio ángel.

-Si te desterraran a los únicos lugares a los que podrías ir serían Hell y Terra, para ellos sería como darte la libertad de volver a su lado, y en consecuencia lo ven como una forma de corromper lo que se supone que Heaven representa...

Hizo una pequeña pausa, en la que se le escapó un pequeño suspiro, tal vez de resignación, puede que de decepción.

-Quiero ayudarte... Además, nadie sospecharía de mi, hasta ahora ni siquiera nos conocíamos, y nadie sabe que estoy aquí... Sólo... Acepta una pequeña ayuda para ser feliz... ¿O no quieres volver a su lado?

-No eres de los que acepta un no por respuesta, verdad?-

Se sonrio tambien aliviado y resignado, le caia realmente bien ese angel. Apoyo la cabeza en el torso de las manos una vez que flexiono las rodillas a modo de ovillarse un poco.

-Si me ayudas y falla todo, huiremos los dos, el exilio es mejor que el encierro, de todas formas en mi caso, era esa mi primer idea, irme de Heaven, no tiene nada que darme a mi-

Ladeo la cabeza, reposando la mejilla suavemente, sonriendole al otro angel.

Sonrió levemente, satisfecho por haber conseguido superar las barreras impuestas por el rubio ángel, ya comenzando a trazar las lineas que le llevarían a alcanzar sus objetivos, intentando descubrir en que lugar podría estar el pasaporte del menor.

-No fallará... Deberías tener más confianza. Al fin y al cabo, lo que hace que los planes salgan mal es la falta de confianza y seguridad en uno mismo. Debes creer para poder.

Se quedo pensativo por unos segundos, intentando descifrar algo en su mente, centrándose en su compañero una vez hubo acabado.

-¿Hay algo más que necesites? Ya sabes, aparte del pasaporte...

Nego con la cabeza

-Con lo que piensas arriesgarte es suficiente, eso y el pasaporte y solo por que presiento que sera dificil persuadirte es que acepto de acuerdo?-

Menciono con un dejo de resignacion, pero claramente sonreia agradecido.

Rió levemente ante las palabras del rubio, pero no por despreciar su preocupación, sino por parecerle adorable que el menor se preocupara de una forma tan sincera y pura por él, cuando él tenía plena confianza de que todo iría bien.

-No te preocupes por ello... En realidad yo he sido un modelo a seguir toda mi vida... Nunca he roto un plato, siempre he ayudado a los demás y mis padres viven en palacio, por lo que mantengo buenas relaciones con mucha gente... Siempre han dicho que era un buen chico... Incluso ahora lo dicen...

Hizo una pequeña pausa, mostrando una débil sombra de tristeza en sus luceros y en sus pálidas facciones.

-Me pregunto... Si pensarán lo mismo si la verdad se llega a descubrir...

Le tomo las manos, fue un movimiento lento dado que estaba demasiado debil e intento sonreirle.

-Todo estara bien, todo tiene que estarlo, si no siempre puedes huir no es asi?-

Aquella persona le habia dado animos y el no estaba seguro de como podia hacerlo, de ayudarlo en lo que parecia ser un problema para el otro angel.

Sintió como las cálidas manos del otro ángel tomaban las suyas, tratando de reconfortarlo, logrando arrancarle una sonrisa de sus labios al oír las susurrantes palabras pronunciadas por el rubio, acompañándola por un leve sonrojo y un brillo deslumbrante y enamorado en sus claras orbes castañas.

-Sí... Podría huir... Porque huir significaría estar con él...

Con el simple tono de su voz ya era capaz de transmitir la magnitud de sentimientos que profesaba hacia su demonio de cabellos platinos, mostrando una gran dulzura y un gran amor hacia el hombre que le había robado el corazón.

Spoiler:

-Lo demas es irrelevante entonces, seguramente con el tiempo las cosas cambien, tienen que cambiar-

Le palmeo ambas manos que sostenia entre las suyas, sonriendole, comprendia a la perfeccion el sentimiento del otro angel, lo comprendia demasiado bien, el mismo se se ntia iluminado y tranquilo cuando su pensamiento le guiaba hacia el demonio de mirada seductora, de voz pecaminosa, cuando todo su ser era invadido por los recuerdos que mantenia con su Jay.

Spoiler:

Su risa sonó distendida y dulce, acompañada por el brillo de sus claras orbes soñadoras, antes de volverse a enfocar en el ángel que le acompañaba.

-Eres muy optimista... Tu pareja tiene mucha suerte entonces, si le amas tanto como creo debe ser realmente dichoso... Nosotros también tenemos suerte por haberlos encontrado.

Su mirada volvió a perderse en su mundo de los recuerdos por unos segundos, antes de volver a la realidad, enfocándose en un pequeño reloj que se encontraba en aquella habitación.

-Se hace tarde... El cambio de turno será en diez minutos...

Aferró las manos ajenas, para asegurarse que la atención del rubio se enfocara en su persona.

-Te conseguiré lo que me pediste... Con algo de suerte para mañana ya lo tendré, pero... El hechizo será algo complicado, aunque tengo un amigo o dos que podrían ayudar indirectamente sin percatarse... Sí, mañana al anochecer debes estar preparado.