[Jazbel] Preludio

Con una alegre sonrisa se había aferrado del brazo que el mayor le había ofrecido con tanta naturalidad, sin darle mayor importancia a aquel gesto, como si fuese el gesto más normal que pudiese recibir de alguien al que acababa de conocer, mostrando así la confianza nata que depositaba en aquellos que le rodeaban, desconociendo que la intención inicial de aquel demonio fuese cazarlo, con una finalidad no establecida.

En ese ambiente alegre fueron avanzando hasta llegar a los grandes jardines, quedando el ángel maravillado de nuevo con la belleza de aquellas platas, lo vistosas que podían llegar a ser las flores y lo cristalino de sus aguas. Igual que cuando llegó al parque, las plantas del lugar parecieron adquirir un brillo especial ante su presencia, haciendo que se viesen aún más hermosas de lo que normalmente lo eran.

Spoiler:

Se quedo en silencio, caminando con un paso tranquilo y regular los alrededores del lago principal, aquellos jardines llenos de vida y belleza. Sin duda alguna una verdadera obra maestra del creador de Eterna. Un acierto de parte de los tres reinos habia sido el mantener el puente tal y como Solei lo creara, los tres reinos, segun los mas antiguos; eran ya solo vagas sombras de lo que fueran en su momento de creacion.

Aspiro el aire limpio y puro, dejandose envolver por la sensacion de poder del lugar. Se sorprendio al sentir el cambio en el ambiente, desde la mas pequeña de las florecillas hasta los grandes arboles se estremecian y parecian cobrar mas vida, como dandole la bienvenida al angel.

-En verdad... que es agradable aqui-

Spoiler:

Sus orbes observaban encandiladas todo aquello que podían abarcar en una sola mirada, compartiendo con el platinado demonio los mismos sentimientos que aquel lugar le inspiraba. En cuanto el suave sonido de la voz ajena inundó sus oídos no pudo más que recuperar su dulce sonrisa, y volver a centrar su mirada en su amable acompañante.

-Es mi lugar preferido de toda Eterna... Y ellas se ponen muy felices si la gente viene a verlas...

Su voz fue un pequeño susurro, pero aún así perfectamente audible, como si le apenase romper la paz que reinaba en aquel bello lugar, apretando en el proceso con ligereza el brazo que aún le sostenía, como si tratase de despertarlo de su ensimismamiento.

-Me alegra que te guste.

-Creo que a absolutamente a todos nos tiene que gustar aqui... de alguna manera nos remonta a nuestros nacimientos...-

Avanzo un poco hasta un enorme arbol comun y corriente, pero que para Jazbel era una especie de recordatorio de Yygradissil. Toco el tronco de manera gentil, mirando Shinju esta vez con curiosidad genuina.

-Eres un puro tambien?-

Observó la dulzura y la delicadeza que el más alto depositaba en sus gestos hacia aquel anciano árbol, sintiendo como este se deleitaba por las suaves caricias recibidas, no pudiendo evitar una sonrisa y una mirada enternecedora, como si acabase de descubrir algo nuevo y maravilloso del de largos cabellos. Entonces, escuchó la curiosa cuestión que el otro había formulado, sorprendiéndose ligeramente al descubrir la pureza del otro.

-Sí... Lo soy... ¿Tanto se me nota?

No creía tener nada especial que destacase en él como para que el otro se percatase de que era un puro, aunque claro, eso no evitaba que se preguntase si había alguna manera de que el otro pudiera detectarlo, como si llevara un radar o algo parecido.

Miro la sorpresa en esas facciones lindas y delicadas del angel, no pudo evitar sonreirse como solo el podia hacerlo cuando se divertia, aquella sonrisa ladeada y un poco seductora, clavando los ojos plateados en los ajenos. Estaba mas que seguro de lo que pensaba el angel sin necesidad real de tener que leer esa mente.

-No tengo una razon en especial para saber que eres... solo llamalo intuicion-

Una brisa bailoteo alrededor de ellos, los cabellos rubios bailotearon junto a la rafaga, mas parecia una caricia que ninguna otra cosa.

-Ademas... estos arboles y flores parecieran estar alegres... solo responden con una engergia especialmente fuerte y es bien sabido que los puros la tenemos-

Se desconcertó un poco por la sonrisa que el mayor le dedicó, pero no pudo evitar corresponderle con otra más dulce y con un leve e inexplicable sonrojo, al menos para él, que se instaló en su rostro al ver aquella sonrisa, era como si enviase mensajes subliminales que su cuerpo era capaz de captar pero su cerebro no llegaba a procesarlos.

Ante las nuevas palabras del mayor solamente pudo recordar fragmentos de conversaciones que habían tenido sus padres a lo largo de los años, siempre hablaban de que tenía un don especial, pero como siempre no fue capaz de ver lo mismo que los adultos veían en él, lo mismo que parecía estar diciendo el mayor, haciendo que se perdiese por unos minutos en sus pensamientos, perdiendo todo rastro del anterior sonrojo.

-Tu... ¿También crees que se pusieron alegres al verme?

Cuestiono quedamente, mirándolo entre curioso y desconcertado, sumamente confuso por lo que aquellas palabras pudiesen implicar.

-Mis padres siempre me decían que cuando yo estaba las flores parecían cobrar vida, pero... Nunca he podido verlo de la misma forma...

-Son raros... demasiado raros en realidad los angeles que pueden causar semejante reaccion-

Paso las puntas de los dedos por el tronco del arbol bajo el que estaban, como recorriendo y mirando un poco mas alla de lo que cualquier ojo normal podia ver... lo notaba el halo de luz que rodeaba el arbol y la forma en que se intensificaba al reaccionar con el aura de aquel angel...

-Todo ser tiene una energia natural y propia... tu energia parece sincronizarse perfectamente con esta clase de vida... que reaccionen aqui, donde se supone la energia es mayor... es ya en si mismo un misterio.. un don realmente especial-

Las puntas de los dedos que antes tocaban el arbol, ahora tocaban suavemente aquel rostro.

Escuchó las palabras del mayor atentamente, siguiendo todo lo que exponía, todo aquel complejo razonamiento acompañado de halagos velados, o al menos es lo que él sentía, ya que no percibía ofensa o burla dentro de las palabras ajenas, haciendo que una pequeña y avergonzada sonrisa le fuera dedicada al más alto, que pocos segundos después fue acompañada por un fuerte sonrojo que invadió sus blancas mejillas al sentir como la mano ajena acariciaba su rostro, con un leve roce, pero sin poder evitar sentirse cohibido por la profundidad de las orbes del demonio platinado, desviando su mirada por unos escasos segundos antes de volver a centrarla en el hombre que estaba enfrente suyo.

-Gra... Gracias...

Su voz salió tenue, y algo entrecortada, mientras su dueño se reprendía mentalmente por ser tan tímido ante cualquier cercanía ajena, algo apenado por si el mayor llegaba a creer que no apreciaba sus muestras de cariño.

-Te has apenado?-

Acerco el rostro un poco mas, lo suficiente como para que las hebras del largo y rubio cabello rozaran un poco aquel rostro lindo y sonrojado. Algo en el interior del demonio se habia movido y saltado curiosamente cuando noto aquel sonrojo delicioso y bellamente trazado en las mejillas del angel.

-Ha sido mucho mi atrevimiento?-

No habia separado el contacto en lo absoluto y contrario a lo que se suponia debia pasar parecia acercarse un poco mas, clavando la vista plateada en aquellos ojos avellanda con cierta diversion y curiosidad

Veía como el rostro del mayor se iba hacer cando cada vez más y más al propio, aumentando aún más la rojiza tonalidad que había adquirido su rostro apenas unos segundos atrás, mientras las manos de su dueño jugaban nerviosamente con la tela de su kimono, aferrándose a su pecho en una clara muestra de cohibición y timidez, respondiendo afirmativamente a la primera pregunta del malicioso demonio.

-N-no... Es eso... Es decir... fuemuycálido.

Su voz salió inicialmente tartamudeante e indecisa, para al final acabar saliendo atropelladamente de entre sus labios, a la vez que su sonrojo volvía a aumentar ante la nueva cercanía del más alto, ignorando la diversión y la curiosidad que causaba en su acompañante a causa de su nerviosismo.

-Oh... y te ha gustado la sensacion calida?-

Se inclino un poco mas, rozando aquellos labios con su aliento, el mismo sentia los suspiros nerviosos del angel.

-Ahora mismo... puedo sentir una conexion... eres capaz de sentir como nuestra energia parece responderse mutuamente?-

Con la punta de la lengua acaricio los rosados y calidos labios, la mirada platinada se estrecho levemente, mirando esos ojos ajenos como esperando algo mas...

-Sincronizandose... -

Cerro el contacto, adueñandose de la boca ajena, dejando que su lengua intentara abrirse paso en la cavidad humeda del angel, ansioso por saborear aquella esencia.

No era capaz de responder ninguna de las preguntas que aquel demonio le formulaba, lleno de nerviosismo por la cercanía que se hacía cada vez más y más evidente y las palabras contenidas en cada una de las largas cuestiones que eran expresadas por el más alto, sintiendo, sin saber si era real o simple sugestión, aquella conexión de la que el platinado parecía hablar, siendo inundado por la calidez ajena.

Sus orbes se abrieron con ligera sorpresa al sentir como la lengua ajena acariciaba sus labios, que se entreabrieron inconscientemente ante aquel dulce contacto, mientras sus pupilas se dilataban por la placentera sensación que aquel toque le proporcionaba. Como si de una señal se tratara su húmeda cavidad fue invadida algunos segundos después por la lengua ajena, sin que él pudiera negarse a ello. Sus luceros se cerraron ante aquella unión, y su sonrojo se hizo todavía más evidente si es que acaso era eso posible, a la vez que él correspondía tímidamente a la exploración que el mayor había iniciado.

-Realmente hay sincronizacion...-

Se separo lamiendo aquellos labios, saborendo aun la esencia del angel. Suspiro al notar como las plantas parecian estar un poco "alteradas" preguntandose si era por las emociones de Shinju o si realmente eran celos al no poder hacer lo que el demonio se habia dado el lujo de tomar por sorpresa del ajeno.

-Una muy agradable por cierto-

Le tomo la mano, mirando el torso con cuidado, dejandole sentir ahora la energia que le recorria el cuerpo a el.

Su respiración se volvió ligeramente apresurada a causa de del dulce beso del que había sido víctima, a la vez que su corazón ahora latía apresuradamente por la misma razón.

Las emociones que recorrieron su ser después del atrevimiento de su acompañante eran confusas y nerviosas, impidiéndole percatarse del alterado ambiente en el que se encontraban en aquel momento, sin que fuera capaz de centrarse en algo más que no fueran las orbes y las palabras del demonio.

Su mano, temblorosa, fue tomada por una de las ajenas. permitiéndole percibir el cálido recorrido de la energía del más alto, aquella que decía que se había sincronizado con la propia.

-Es... Muy cálida. Y el beso... fu... fue...

No sabía que decir ni que pensar al respecto, ni siquiera sabía si debía o no sacar aquel sorpresivo hecho a relucir, pero ahora ya lo había hecho, y desconocía como acabar aquella oración, porque había demasiadas sensaciones positivas que aquella unión había despertado.

-Perfecto, sabroso?, dulce quiza?-

Era todo vanidad despues de todo y se sonreia fascinado con las mejillas coloradas del angelito, Jazbel acababa de cometer una pequeña travesura y lo sabia, era quiza esa la razon principal por la que estaba ahi, quieto junto al angel, mirandole con ese airecito que le habria causado mas de un regaño en ciertos lugares.

-Lo que si se, es que no te ha parecido especialmente desagradable, cierto?-

Le tomo del rostro nuevamente, acercando sus labios

-Quiza deba de besarte para que puedas pensarlo mejor y responderme.-

No encontraba ninguna palabra para contradecir ninguna de las cuestiones y afirmaciones formuladas por el demonio con tanta seguridad y orgullo propio que desprendía cada poro de la piel del de largos cabellos platinados.

Su cuerpo se estremeció ligeramente ante el suave toque que su acompañante le dedicó, guiando su rostro a una distancia más cercana del ajeno, provocando que sus labios temblaran débilmente y que su sonrojo se hiciera más presente.

-Yo... No es que fuera... Desagradable, es decir... Fue...

Sus orbes se movieron nerviosas ante la "amenaza" próxima, sin que aún fuera capaz de acabar una oración de forma coherente.

Y el balbuceo nervioso de Shinju le hizo sonreir mas.

-Tu me estas pidiendo que te bese....-

Y termino recien de decir aquello cuando los labios del demonio ya estaban apoderandose de los del angel, de nuevo profundizando y saboreando esa cavidad a su ancha. Ebrio por la sensacion y la exquisites del contacto, no terminaba de decidir que era lo que le provocaba el angelito en todo eso.

No le dio tiempo a contradecir las palabras que el sonriente demonio le había dedicado cuando un nuevo base fue robado de sus labios, potenciando su nerviosismo y su sonrojo aún más si es que de algún modo aquello era remotamente posible. A pesar de la protesta que le habría dicho al platinado de haber tenido la más mínima ocasión de expresarla no pudo evitar corresponder a aquella unión, algo menos tímido que en su primera experiencia juntos, pero conservando aún así su inocencia. En cuanto el aire se hizo necesario la separación se impuso entre ellos, una distancia bastante pequeña si a él le preguntaran, pero en aquel momento no creía que ninguna distancia le pareciera suficiente dado la complejidad de las emociones que sentía.

-Yo... No dije eso... Aunque... Sí... Me gusto...

Si le gustaba debía ser bueno, por lo que no tendría que apenarse por ello, ¿cierto?

-En realidad no dijiste nada....-

Estaba tan entretenido con aquella carita sonrojada, dulce y tierna, por que demonios los angeles, algunos mas que otros tenian que ser tan perfectamente bellos, jamas lo habia comprendido del todo, ese chico de miradas avellana le estaba realmente gustando, hechizando y casi hechando por la borda cualquier idea de jugar con el antes de dejarle botado.

-Pero es mas sencillo interpretar los silencios a mi conveniencia, no lo crees?-

Le dejo una suave caricia en la mejilla, delineando poco despues el caminito rojizo de esa carita adorable.

El mayor tenía razón, no había abierto la boca para decir algo entendible desde el primer beso que compartieran hasta escasos segundos antes.

En su mente no dejaban de desfilar las sensaciones y emociones que aquellos besos habían causado en él, analizando si las últimas palabras del mayor eran tan ciertas como el otro había dicho, porque actuar a la conveniencia sin tener en cuenta los sentimientos ajenos no era algo bueno, pero bien era cierto que no siempre podía saberse lo que los demás sentían y actuar por intuición en aquellos casos era lo más acertado... Finalmente, dejó de nadar entre aquellos confusos pensamientos, dispuesto a responder a la última pregunta del platinado, algo nervioso, desviando su mirada por unos segundos al responder.

-Puede que... No estuviera... Del todo errado.

Acababa de admitir abiertamente que le habían agradado ambos besos, y que además en el fondo, de algún modo, había deseado que se repitiera, aunque eso aconteciera por los propios deseos del más alto, al final resultó que ángel y demonio habían coincidido.

-Bien.. es raro que me equivoque... pero si lo hago siempre puedo disculparme-

Menciono acaricando una mejilla del castaño con un movimiento suave y gentil, le gustaba mucho ese rostro. Le encantaba ver los ojos y la mirada nerviosa del angel. Y el sonrojo que teñia aun esas mejillas le daba un aire aun mas etereo y perfecto. No podia creer posible que el angel le hubiera hechizado con una sola sonrisa, que una mirada en verdad le hubiese movido el mundo entero, el era Jazbel el demonio de ojos plateados. No podia y no debia enamorarse o si?

Acaricio lentamente los labios con las yemas del dedo indice y pulgar. Clavando los ojos en los avellana.

-Y que haremos de aqui en mas mi pequeño angelito?-

Ante las palabras del mayor no pudo evitar pensar si podía leer la mente o algo similar sin que él se diera cuenta, como si tuviera un don natural para saber que pensaban y sentían aquellos que le rodeaban, algo como la empatía que él tenía con los animales y las plantas, aunque aquello se suponía que era imposible que aconteciera, empatía entre seres de la misma especie, fueran o no de la misma raza, era algo que no se había llegado a concebir. Sus pensamientos se vieron cortados de repente por la suave caricia que los dedos del platinado le dedicaban, arrancándole un pequeño suspiro, o puede que un jadeo ante las últimas palabras del más alto, que hicieron que su corazón diera un brinco y latiera desbocado, impidiéndole a sus mejillas recuperar su color natural.

Mi pequeño angelito...

Nunca nadie le había llamado de aquel modo, ni con aquella expresión pintada en su rostro, con aquella... ¿Posesividad? No podía estar seguro de ello, pero fuera lo que fuera no hizo más que robarle el aliento y acelerar los latidos de su corazón.

-Yo... ¿Qué... Qué te gustaría hacer?

Sus labios temblaban ligeramente bajo aquella caricia, no era por miedo o desagrado, simplemente una reacción normal de su nervioso ser que ya no sabía ni cómo pensar.

-A mi muchas cosas en realidad...-

Menciono con tranquilidad total, era dueño de su propio ser despues de todo. Aun si aquel angel le provocaba reacciones realmente especiales y curiosas.

-La pregunta es que se te antoja a ti hacer en realidad mi pequeño Shinju.-

Le tomo del brazo comenzando a caminar nuevamente, extasiado con el ambiente que provocaba alrededor el angel, toda la especie de sintonia que daban las energias de aquellos seres que habitaban de alguna manera el jardin aquel.

-Yo hago siempre lo que quiero y un poco mas quiza, por eso mismo es que no seria justo adueñarme de tu dia con mis caprichos.-

Observó curioso al mayor, dejando que le agarrara del brazo y le guiara por la verde extensión de los Grandes Jardines según le placiera en aquel momento, ladeando ligeramente su cabeza mientras meditaba aún la respuesta a la pregunta del platinado, recuperando ligeramente el tono de sus mejillas, sintiendo como el calor que las invadía iba decreciendo lentamente, al igual que su nerviosismo iba desapareciendo. Sus labios se entreabrieron ligeramente, con un amago de decir algo, para luego volverse a cerrar antes de que permitiera que su voz surgiera desde su pecho.

-Pero... No creo que sea injusto hacer lo que deseas. Es más, eso sería un modo de conocerte mejor y no creo que eso sea... Malo.

Quería saber más de aquel hombre de claras y brillantes orbes que actuaba de aquella manera tan desconcertante, impidiéndole saber lo que realmente deseaba expresar con sus acciones.