El antojo de algo dulce era una cosa, pero lo empalagoso ya era demasiado, tras pedir dos postres que por los colores le parecian sin mucha azucar comprobo con amargura que estos parecian estar hechos solamente con ese ingrediente, ni el cafe negro sin azucar que pidio le salvo de la horroroza sensacion azucarada que invadia su paladar.
-Por todos los cielos.... esto... .-
Termino por empujar suavemente el platito con los postres, nada en el mundo le obligaria a comer semejante insulto para su lengua.