Arrodillado en el suelo, con su cabecita gacha. Cubierto con unas prendas que le habian entregado los sacerdotes, que cubrian por casi por completo su cuerpo y su rostro, menos sus ojos. Las ropas de un penitente
Habia escuchado sus palabras y sus consejos y ahora estaba solo en el interior de la capilla, donde lo habian dejado para que rezara y meditara en silencio sobre sus acciones. El habia tomado aquella solitud como un tiempo para pensar sobre sus decisiones, para poner en orden sus sentimientos
¿Amaba a Michael? ¿soportaria por amor tener que abandonar Heaven, a los niños, enfrentarse a los demas angeles?
¿Seria feliz si rechazaba su confesion? ¿su vida volveria a retomar el rumbo que habia tenido?
Estaba solo y por eso se permitio llorar de nuevo mientras las sombras de la capilla hacian eco de las sombras de sus pensamientos